Las circunstancias siempre mandan, y esa es una de las variables que un entrenador debe manejar, principalmente en torneos de regularidad, donde todo sistema operativo requiere de actualizaciones que quizás no se preveían. La visita del Sevilla al estadio Santiago Bernabéu llega para Solari en un momento de circunstancias para el equipo blanco, tanto por estado de forma y las bajas en determinados puestos como por un contexto clasificatorio en el que el resultado es tan fundamental como cualquier otra aspecto que en ese momento adquiera un peso relevante. Tomando la reciente visita blanca al Benito Villamarín y enfrentando a un equipo que, de modo muy diferente eso sí, utiliza un sistema de tres centrales y un ritmo alto de juego con mucha presencia exterior y determinación en las áreas, no debe descartarse que el argentino coja falsilla y clip y empareje a su equipo, de inicio o puntualmente, con el conjunto de Machín.
Solari podría pensar si utilizar de nuevo el 3-5-2
Los dos motivos que llevarían al argentino a pensarse la continuidad de esta disposición es la diferente iniciativa que le lleva a ser local y las diferencias que existen, en la práctica, entre Machín y Setién. El conjunto sevillista mastica menos el juego, toma diferentes colores durante el partido y llega a la portería rival de un modo más directo, aprovechando el instinto de sus dos rematadores, junto a Sarabia, más la incesante actividad y profundidad de su carrilero derecho, Jesús Navas. Pero pensemos que el plan madridista utilizara el mismo dibujo pero, en lugar de un 26% de posesión como el día del Betis, disponer de un 55%. ¿Cómo se desarrollaría, con los jugadores actuales, esta disposición táctica?
Toda fase ofensiva, cuando la pelota está en poder de uno mismo y el rival espera por detrás del balón, sabedor de tener que estar así un porcentaje del tiempo mayor durante el choque, ha de apoyarse en determinados puntos del campo para poder sumar desequilibrio y posicionamiento óptimos que hagan girar al rival y te ofrezca una ventaja posterior para recuperar la pelota o defender la transición sin demasiados apuros. Ahí, Karim Benzema y el mejor Marcelo Vieira nacen imprescindibles para reducir las dificultades de un sistema en el que faltan efectivos en los costados para construir superioridades alrededor de balón. El término superioridad es fundamental para acumular pases en una zona, generar atenciones, enseñar la pelota con más número que el rival, sumar tiempo con pelota y generar espacio en otras zonas del campo. Por eso, la figura de Sergio Ramos es la margarita del 3-5-2.
Ramos es la margarita de este sistema tan particular
El de Camas fue utilizado en el Villamarín como central medio en la línea de tres, una decisión que tiene sentido desde el punto de vista tanto competitivo como puntual: es el líder de la defensa, el zaguero más decisivo y ascendente y el más capacitado para medirse en el área con los ‘9’ rivales, más ante un % de posesión tan escueto. Sin embargo, si el Madrid tiene la pelota, quizás deba plantearse dónde ha de ubicarse a Ramos, pues en esa posición queda desconectado de acciones técnicas primordiales para generar ventajas en campo contrario, más sin la presencia de Toni Kroos: conducciones para dividir y atraer, cambios de orientación amplios, pases cortos en el lado fuerte del ataque y defensa activa ante la pérdida. Deshojar el 3-5-2 es deshojar a Sergio Ramos.
AArroyer 101p · hace 322 semanas
JTernero · hace 322 semanas
Otro factor a tener en cuenta es el cambio que sufre el Sevilla fuera de casa, donde adolece de muchos de los elementos positivos que lo acercan a lo que quiere ser como equipo. Por todo esto, no tengo tan claro que sea el equipo local quien vaya a querer el balón desde el inicio. En los últimos tiempos, fuera de casa, el Sevilla cede la iniciativa durante demasiado tiempo, -ejemplos reciente de ello lo pueden constituir Mestalla, las primeras partes en Butarque y Mendizorroza o los dos partidos en el Nuevo San Mamés- y ello lo aleja de la victoria. No hay motivo para pensar que no vaya a ser así hoy, pues el Bernabeu es un estadio que mina la autoestima de los rivales per se, pero el Madrid deberá enfrentarse a la decisión de ser consecuente con lo que quiere hacer, y eso será un punto interesante de analizar. ¿Será capaz Solari de encerrarse en el Bernabeu contra un equipo inferior para salir a la contra? ¿Se expondrá al riesgo que representan Navas-Sarabia-Silva al contragolpe? ¿Apostará por el riesgo y el talento ofensivo o tomará decisiones conservadoras? ¿Cómo puede reaccionar el Bernabeu ante un planteamiento conservador o un resultado en contra? ¿Podrá el Sevilla ser capaz de imponer su personalidad en el más complicado de los escenarios -recordemos el partido en el Camp Nou-?