Asier Garitano lo tenía clarísimo. Su Club Deportivo Leganés debía estar asentado en la siguiente idea defensiva: su bloque debía ser muy activo en la presión en todos los pases que recibieran o se dieran los centrocampistas rivales. En ese momento del juego, su equipo no podía ser pasivo, pues la línea defensiva figuraba muy alzada y un segundo de tiempo para el poseedor podía encontrar el desmarque de los puntas. Esa idea sí permitía que los defensas del oponente se dieran todos los pases que quisieran y que si lo veían conveniente intentaran jugar en largo a la espalda de la zaga, una consecuencia que Garitano entendía como exitosa, pues restaba continuidad técnica al rival, de la que el Leganés sacaría partido en la disputa de un balón convertido en descontrolado.
Butarque siempre vio como sus puntas se quedaban algo cortos
Esta idea, que aterrizó en Primera de una manera sorprendente, cerrando todos los espacios en la medular y en las bandas, haciendo bueno todo el sistema, permitía recuperar la pelota en un tercio del terreno no del todo contraproducente para crear una ocasión de gol, no se robaba la pelota muy abajo. Aún así, su transición ofensiva fue, durante esos dos años, el gran caballo de batalla del técnico vasco. Los perfiles a utilizar no contaban con la calidad, velocidad y autonomía para realizar jugadas de valor gol. Guerrero, Gabriel Pires, Szymanowski o Amrabat disponían de algunas características muy válidas pero sumadas no lograban hacer del Leganés un equipo intimidante en la máxima categoría. Encontrar delanteros para el sistema del Leganés fue complicado para la secretaría técnica.
Entonces, llegó Pellegrino, armó un equipo de bloque más bajo y la pregunta recayó en En-Nesyri y Carrillo, una pareja que parecía responder a lo que se intuye hablaron cuerpo técnico y directiva acerca de las necesidades. Como Mauricio utiliza línea de cinco, la presencia de dos jugadores exteriores en la transición parecía garantizar a sus puntas una presencia interior permanente, no tanto cayendo a las bandas para sacar al equipo. Pero la sensación ha sido parecida a lo visto con Garitano: el Leganés se quedaba corto de amenaza y remate. Hasta que apareció uno de los fichajes de invierno más acertados de todos los realizados en la Liga. Martin Braithwaite, el ex del Middlesbrough, llegó el pasado 3 de enero y parece haber nacido para jugar en Butarque.
Braithwaite es exactamente todo lo que necesita el Lega
El delantero danés que está asombrando en cada partido representa el molde que un equipo que nace desde la seguridad defensiva desearía tener. Ya sea como único punta o como compañero en una dupla, las piernas y la agilidad de Braithwaite están marcando las diferencias, pues a su velocidad le añade una complexión muy poderosa para la fricción. Si bien no tiene el juego de espaldas para bajar un balón, sí que tiene el nervio y el salto para pelearlo, mientras es el delantero más capaz para sacar metros a su marca en conducción o jugada individual que ha tenido el club en su corta trayectoria en Primera. Y eso solo sería el camino, porque además, para colmo, es un grandísimo finalizador, con recursos para ser preciso, efectivo y rápido en la toma de decisiones delante del portero, invirtiendo el tiempo justo para sacar ventaja y no perderla después. Claro opositor a movimiento del mes de enero.
vi23 29 enero, 2019
Pero.. cuando vuelva cariilo quien se irá al banco? Tu qie crees?