A pesar de lo que podía esperarse dados los equipos que Marcelino García Toral había construido en el pasado, su Valencia sintió desde un primer momento la necesidad de atacar generando la ventaja con el balón. Del técnico asturiano se esperaba una aportación diferente, más relacionada con ceder la iniciativa, robar en la zona deseada y progresar al ataque aprovechando espacios concretos.
Este Valencia necesita control sobre el balón para activar a sus mejores jugadores
Encontrarse en el proyecto con Parejo, Rodrigo Moreno o Gonçalo Guedes obligaron a un sistema de juego diferente, una línea que ha costado seguir en el arranque del presente curso por diferentes circunstancias. Ha sido con el barco a la deriva cuando Marcelino ha encontrado piezas individuales que han ido activando a jugadores importantes, empezando por la presencia de Santi Mina y continuando con la de Daniel Wass en el lateral derecho.
El fútbol del danés ha ayudado a reactivar la estructura ofensiva del equipo. En primer lugar porque ha dado sustento a un jugador que bien activado resulta ser una parte importante de la carrocería ofensiva, como es Carlos Soler. El canterano, no obstante, es un perfil muy particular, que necesita jugar entre líneas pero sin la responsabilidad de abarcar todo el ancho del campo rival. Sus apariciones en el carril interior derecho necesitan ser alimentadas desde un escalón anterior, y esa conexión con Wass, el jugador que le queda más cerca, le ha permitido ser activado con mucha más frecuencia.
La buena sinergia que están mostrando Wass y Soler tiene que ver con el buen tacto del danés para moverse sin pelota. Tanto si ha de dar un primer pase desde una posición más retrasada como si luego debe progresar por fuera para que el sistema, con el movimiento interior de Soler, no quede demasiado estrecho, se está mostrando muy acertado, todo ello apoyado -y esto está siendo fundamental- con una buena técnica para continuar la jugada. Marcelino ha encontrado en el lateral derecho a un futbolista que permite hacer fluir el balón, algo clave para reencontrar la confianza hasta que lleguen Parejo y Guedes.
Defensivamente, el Wass lateral derecho no mantiene la calidad defensiva del resto de piezas de la zaga
El peaje que el Valencia está pagando tiene que ver con la parcela puramente defensiva. La intensidad y calidad de Wass en esa faceta está resultando un boquete en el estructurado 4-4-2 de Marcelino -hay un dato que resume bien esta circunstancia y es que en la presente temporada sólo ha ganado un 21% de sus duelos defensivos-, y esto resulta una ventaja táctica para el rival de cara a organizar su plan de ataque, que sabe que enfocar el desborde hacia ese perfil puede resultar una carta ganadora. Es, sin embargo, un precio que el entrenador ché está decidiendo pagar.
AArroyer 1 diciembre, 2018
A mí hay una razón que me parece completamente entendible para razonar la apuesta de Marcelino por Wass de '2'. Y es tan básica como hacer jugar en contexto de crisis a un tipo versátil, con una mentalidad y una regularidad muy valoradas, a pesar de reducir sus mejores cualidades y esa capacidad de adaptación que han terminado resultando positivas.
No es ningún especialista y a nivel de posicionamiento se puede desubicar con un gran flujo ofensivo del rival por ese costado pero el experimento, en mi opinión, tiene sentido y está funcionando.