La furia de Jürgen Klopp | Ecos del Balón

La furia de Jürgen Klopp


Quizás se nos haya olvidado que poco antes de la llegada de Jürgen Klopp al banquillo del Liverpool, presenciar un comienzo en Anfield como el visto ante el Manchester United hubiera sido como mínimo noticia. Pero ahora no. Los complejos han saltado por los aires, y desde el primer hasta el último asistente confiaba en que su equipo podía y debía jugar así. Ganar, perder o empatar en escenarios como este llega a dar igual, porque el entrenador alemán ya ha conseguido hacer realidad la manida frase del día de su presentación; “necesitamos convertir a los incrédulos en creyentes”. El mejor camino hacia la victoria y la mejor respuesta contra un desliz.

Cuestión, esta última, que no sucedió en el clásico frente a los red devils, algo totalmente lógico teniendo en cuenta el desarrollo del encuentro. Jürgen Klopp apostó por el 4-2-3-1 que está repitiendo en las últimas semanas, en el que Mohamed Salah es el delantero centro y Roberto Firmino juega por detrás, con un matiz con respecto a lo visto últimamente: Naby Keita jugó como volante izquierdo y Sadio Mané, ligeramente más arriba, como extremo derecho. Todo ello con un denominador común, que era colocar el bloque muy arriba e impedir que el Manchester United pudiera desplegarse.

El inicio del Liverpool fue arrollador: presión, ocasiones y un ritmo altísimo

Hubo tres nombres clave para que esta intención tuviera recorrido. El primero fue Roberto Firmino, quizás menos espectacular en su aportación que sus otros dos compañeros pero decisivo para generar ese escenario. El jugador brasileño conectó las piezas del equipo en campo rival, aprovechando que el Manchester United sólo defendía las zonas intermedias con Matic y Herrera, ya que Lingard quedaba cerca de Lukaku para correr, a mayor altura, y Rashford bajaba mucho acompañando a Clyne en la izquierda. Firmino generó una constante superioridad en medio campo que fue clave para que la posesión del Liverpool fuera de calidad, lo que dio pie a que Fabinho y van Dijk, los otros nombres propios del primer tiempo, pudieran lucir.

Con el Liverpool arriba y junto, estos dos últimos futbolistas marcaron la diferencia. En el caso de Fabinho, gracias a su agresividad y buena lectura para recoger rebotes cerca de la frontal del área rival, y sobre todo en el de van Dijk, que fue quien provocó que los de Mourinho apenas pudieran desplegarse. El zaguero holandés ganó prácticamente la totalidad de sus duelos con Romelu Lukaku, que era quien tenía que sujetar el cuero y dar aire a sus compañeros, de modo que el Liverpool conseguía vivir en un ataque posicional prácticamente constante.

Merece mención especial Virgil van Dijk, que ya debe de ser considerado uno de los mejores defensas centrales del planeta. Hablamos de un futbolista de 1,93 metros de altura, con una complexión típica para equipos menos ambiciosos, que pretendan defender el área y estar juntos en campo propio y que no necesiten de sus centrales grandes heroicidades. Un escenario este, por cierto, que él domina a la perfección, aunque lo que está haciéndole marcar la diferencia es su gestión de espacios mucho más abiertos. Anticipación, juego aéreo para responder a la salida directa a la que muchas veces el rival se ve obligado debido a la presión del Liverpool, y una zancada poderosa que le permite para contra delanteros veloces a campo abierto. Lo suyo ante el Manchester United fue una auténtica exhibición.

Virgil van Dijk realizó una actuación soberbia, que le confirma como uno de los mejores zagueros del mundo

Teniendo en cuenta el contexto del partido, a Jose Mourinho no le importó que el el Manchester United se encontrase el tanto del 1-1 antes del descanso, y decidió meter a Fellaini por Dalot para cambiar la situación, pasando a un 4-1-4-1 muy marcado, con Lingard y Rashford en bandas y el belga clavado por delante de la defensa. La medida surtió efecto por dos motivos: el primero fue que Firmino redujo su impacto en las circulaciones de su equipo, y el segundo, que los rebotes en la frontal del área estuvieron mucho mejor protegidos. Los red devils seguían sin desplegarse, pero al menos hicieron la vida más incómoda al Liverpool.

La respuesta de Klopp fue intentar agitar el árbol, y Xerdan Shaqiri, el elegido para la tarea, saltó al césped con un hacha a la espalda. El jugador suizo ha conectado de maravilla con su nuevo entrenador, además de por su forma de entender la gestión de las jugadas de ataque, siempre de forma vertical y agresiva, por su manera de sentir el juego, sin medias tintas y buscando estar activo siempre que sea posible. En cinco minutos el ex del Stoke City pidió la pelota, agredió el sistema defensivo del Manchester United y probó fortuna, tocándole el premio gordo en los dos remates que buscó por pura constancia y predisposición. Fue la guinda a una actuación redonda de un Liverpool lleno de furia, la que le ha transmitido su entrenador y que está haciendo creer a todos en el club que la ansiada Premier League es posible.


3 comentarios

  • Juantelar 17 diciembre, 2018

    Muy superior el Liverpool en todo el encuentro. Es cierto que tras el descanso bajó un poco el ritmo, llegó con menos claridad y frecuencia al área rival, y se notó la dirección de campo de Mourinho. Pero aun así cualquier cosa que no hubiese sido una victoria de los locales habría sido una injusticia. Porque el arranque del choque fue frenético. Qué ritmo, qué manera de presionar y de embotellar al Manchester. Y Fabinho pletórico, recogiendo todos los rechaces y poniendo la guinda a su partido con una asistencia.

    El Manchester…a mí me da pena. Por el club y Mourinho. Y lo malo para mí no son los resultados, que al fin y al cabo depende de varios factores. Lo preocupante son las sensaciones. El juego tan pobre. Y que desde la llegada de Mourinho hace tres años el equipo apenas ha evolucionado.
    Si es que ayer no mereció ni empatar, que lo hizo casi sin querer, por un fallo de Alisson.

    Y qué gran entrenador y constructor de equipos es Klopp. Al igual que en Dortmund, con menos recursos que otros grandes, ha montado un equipazo que juega a su imagen y semejanza, con un modelo de juego totalmente desarrollado y optimizado. Compite con los grandes y encima es divertidísimo de ver. Mi entrenador favorito de la actualidad.

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  • David de la Peña 17 diciembre, 2018

    @Juantelar

    Pues la verdad es que el tema de Mourinho da para un largo debate. ¿Es plantilla por debajo de lo que debe ser el Manchester United o es un tema de que no se está consiguiendo un plan A lo suficientemente constante para poder competir en el día a día? La verdad, y considerando a Mou un gigante, creo que soy más de la segunda opción.

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  • Callahan 17 diciembre, 2018

    Más allá de lo de Van Dijk, que es una locura, a mí me gustó mucho el partido de Fabinho. Le ha costado entrar, pero teniendo en cuenta que el contraataque del Liverpool no es esa máquina perfecta del año pasado, el brasileño puede ser clave; te permite vivir en campo rival y empotrar al otro equipo en su área, tanto por los robos y la presión alta como por la calma que tiene con el balón en los pies. Y como empiece a soltarse con asistencias como la de ayer… Aunque es verdad que el United defendía muy atrás, y casi siempre recibía solo en la frontal.

    Respecto al United, yo es que no veo plan A. No ha dado continuidad a un centro del campo que podría haber sido muy top (Matic-Herrera-Pogba), no tiene una defensa sólida sobre la que asentarse, tampoco ha armado un contragolpe ganador (y mimbres hay, con la referencia de Lukaku y balas como Rashford y Lingaard)… Y la plantilla puede tener carencias, pero yo de Mou esperaba que la optimizase mucho más.

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