El positivo cambio de dinámica de River Plate después del descenso a la segunda división del fútbol argentino se ha sustentado sobre varios pilares. Uno de ellos ha sido sin duda poder juntar el que probablemente sea el elenco de centrocampistas más versátil de todo el fútbol sudamericano, por supuesto apoyado por una calidad media superior a los rivales que se ha ido encontrando enfrente en este proceso.
Entre el trayecto que se dibuja entre las figuras de Enzo Pérez y Ponzio, los medios que suelen jugar a menor altura, y Quintero y Pity Martínez, los que lo hacen más cerca de los delanteros, aparecen los nombres de Nacho Fernández y el de Exequiel Palacios, los dos centrocampistas más dinámicos del cuadro millonario, y especialmente la figura de este último está llamando la atención por el potencial que presenta.
El elenco de centrocampistas de River Plate es, probablemente, el más completo del fútbol sudamericano
Aunque Gallardo suele variar el dibujo con bastante regularidad, Exequiel Palacios tiene generalmente reservado el papel de interior izquierdo, desde donde está dibujando un perfil de futbolista que, y esto es importante para contextualizar el escenario de una futura llegada al fútbol europeo, no aporta a su equipo contextos de control. Palacios no es eso.
Jugador de trazos muy largos, lo que define su movilidad cuando River Plate tiene la pelota, por lo general sus pasos por una jugada producen aumentos de ritmo en los ataques de su equipo, con sus pros y sus contras. Si el plan de juego es transitar con premura al ataque, o es necesario que uno de los centrocampistas se despegue para dar espacio a un organizador o meter un jugador entre líneas, Palacios es una pieza utilísima, y de hecho bajo estas premisas ha encajado francamente bien en el plan de Gallardo.
Aunque Exequiel Palacios tiene calidad para ayudar en las circulaciones, su mentalidad es más agresiva
Si en cuanto a movilidad ya estamos hablando de un jugador que desprende energía y agresividad, cuando tiene la pelota los comportamientos son muy parecidos. Exequiel Palacios no es un centrocampista para garantizar control y sumar en una circulación pausada que junte al equipo, más allá de que su pie, bastante fino, le permita devolver y controlar el cuero con acierto. Sus intenciones se dividen entre envíos verticales a líneas posteriores -generalmente bastante precisos porque su toque de balón y la tensión de sus envíos son de gran nivel-, y superar marcas a través de la conducción. Sus primeros metros son potentes y sabe cambiar de dirección con la pelota pegada al pie, así que genera ventajas a partir de esta circunstancia.
Llegados a este punto, aparecen dos posibles escenarios cuando Exequiel Palacios está en el campo. El primero y positivo es el de dotar a su equipo de profundidad con esos movimientos agresivos que estiran a los defensas rivales y provocan ocasiones para los suyos. No sólo por los espacios que descubren sus compañeros, sino por su propia capacidad para finalizar jugadas, y es que dentro de las características del argentino quizás la más destacada es su golpeo a puerta. El centrocampista de River tiene una técnica depuradísima para golpear: orientación del cuerpo, talento para colocar el pie de apoyo y buen contacto con la pelota, lo que produce una suma que le permite ser una auténtica amenaza desde la frontal del área.
El fantástico disparo de Palacios le invita a intentar acabar siempre en la corona del área, y jugar acostado sobre el perfil izquierdo le permite, al ser diestro, activarlo de forma más natural
Sin embargo, el segundo de esos escenarios que provoca su presencia -y Palacios es además un jugador, y más en este River Plate, con gran peso- tiene que ver con el descontrol. Acelerar por sistema las acciones ofensivas del equipo estira en muchas ocasiones las distancias entre sus compañeros, de modo que no finalizar jugada supone esfuerzos defensivos más amplios.
El hecho de que River necesite que sea él mismo en todo momento para darle forma a su sistema de juego provoca que aún no haya sido posible medirle en un escenario que demande decisiones más cerebrales de forma más constante, probablemente innegociable en un posible salto al fútbol europeo de élite, si bien es cierto que hay dos cuestiones que son muy positivas: en un plan de juego que se adapte a él, hablamos de un jugador para sumar en alta exigencia, mientras que sus condiciones técnicas en cuanto a pase, disparo y conducción, permiten adaptarle a otros planes.
David de la Peña 9 diciembre, 2018
Es un buen futbolista Exequiel Palacios, además creo que moldeable para corregir algunas cosas y adaptable (y esto me parece fundamental) a entrenadores muy diferentes, diría que antagónicos, lo que sin duda habla mucho y muy bien del potencial del futbolista.