Serge Gnabry es todo un talento aún por descubrir. El futbolista costamarfileño con pasaporte alemán, cedido las dos últimas temporadas en Hoffenheim y Werder Bremen, se ha hecho con un sitio en los planes de Niko Kovac. Y su crecimiento ya es algo tangible en la realidad del Bayern de Múnich. Partícipe en seis tantos hasta la fecha (cuatro goles y dos asistencias), el rendimiento del extremo se ha convertido en una de las grandes noticias de la recuperación muniquesa. Más causa que consecuencia dentro de esta mejoría, el germano está rayando a muy buen nivel ante la lesión de Robben. A pie natural, con autonomía para salir o permanecer en la banda según demande cada acción, Gnabry está experimentando un proceso mediante el cual su fútbol, cada vez más reflexivo, se encuentra en disposición de coexistir con Kimmich.
Ante el Hannover, el Bayern firmó su mejor partido de la temporada
Esto último resultó muy notorio en la goleada del Bayern ante el Hannover 96. Partiendo desde dicho sector, con Kimmich de nuevo en el lateral y con Gnabry como extremo dentro del 4-2-3-1, el Bayern consiguió desbordar al cuadro de André Breitenreiter desde los carriles exteriores. Si pocos días antes, en Ámsterdam, el cuadro teutón había echado mano de un planteamiento mucho más reactivo, cediéndole la iniciativa al Ajax para recuperar y correr a la contra, de vuelta al contexto de la Bundesliga el plan del Bayern fue, seguramente, el más completo que ha realizado hasta la fecha entre todas las competiciones. Atacando por fuera, cargando el área con bastantes futbolistas al mismo tiempo e insistiendo mucho en la presión tras pérdida, aprovechando que siempre reunía unos cuantos hombres en torno al esférico, el conjunto de Niko Kovac coronó con un 0-4 la sensación de que la versión más reciente de este Bayern de Múnich guarda pocas similitudes con la del arranque.
La conexión entre Kimmich & Gnabry puede ser muy productiva
Antes de entrar en más detalles, es de recibo señalar que este Bayern ya ha automatizado los mecanismos del 4-2-3-1 (con balón) y 4-4-2 (sin balón) como plan de base. Con Thiago, Goretzka o el propio Kimmich en el doble pivote, la configuración sistemática del propio dibujo, con Müller y Lewandowski unos metros por delante, lleva al Bayern a orientar el grueso de sus acciones hacia fuera, apoyándose en la lectura táctica de sus laterales. Una disposición en la que Gnabry, que parte habitualmente por el costado derecho, tiende a centrar su posición, acercándose al carril central, para despejar así el costado a su lateral. Una diagonal fuera-dentro que ya venía realizando con la compañía de Rafinha, y que ahora cobrará una mayor relevancia con la figura de Kimmich. No solo de fuera hacia dentro, sino también en el camino inverso; ya que el lateral alemán, a fin de cuentas, maneja y realiza salidas y acciones mucho más complejas de las que desarrolla Rafinha por el costado.
Para un Bayern que promedia un 62.81% de posesión en la Bundesliga, es vital que desde fuera reúna ciertos requisitos para que el esférico que llegue a zona de remate lo haga en las mejores condiciones. Y en esas, se encuentra Niko Kovac. Ante el ocaso del fenómeno ‘Robbery’, la pareja de extremos más determinante de los últimos años, el Bayern trabaja día a día para que el dúo Coman-Gnabry se adapte lo más rápido posible a las exigencias continentales. Todo un proceso en el que sus dos laterales, Kimmich y Alaba, deberán asumir un papel de gran importancia; pues de estos dos, y de su relación con los extremos, dependerá el techo competitivo de esta plantilla. Una circunstancia para la cual Gnabry, por derecha, ya se puede asegurar que es parte activa de todo esto.
Gnabry (por partido): 7 regates, 39 pases, 3 centros y 3 disparos
Cuando va el balón va hacia el costado, en escenarios de claro dominio posicional, el Bayern está dibujando dos alternativas dentro de su amenaza ofensiva. Y en ambas, por supuesto, participan Kimmich y Gnabry. Con el primero asumiendo una mayor cuota de balón, recibiendo muchas veces en paralelo a los dos pivotes, sus movimientos se encuentran enfocados a dos direcciones: por fuera, recorriendo el carril pegado a la línea de cal, o por dentro, donde normalmente llega hasta las inmediaciones del pico del área. Dos acciones en las que Gnabry, que es ahora cuando entra en escena, tiene respuesta a partir de su colocación sin el esférico. Si Kimmich va por fuera, el extremo es entonces cuando asume el rol más interior para arrastrar la(s) marca(s) y realizar así un aclarado a su lateral. Mientras que si este actúa hacia dentro, su movimiento se enfoca a dar amplitud, sujetar en muchas ocasiones el balón, y bien salir en el uno para uno o devolverle la pelota a Kimmich. Dos escenarios en los que también participa Müller, que va rellenando los huecos del lateral y/o el extremo, y en los cuales, en la amplia mayoría de veces, el objetivo final es siempre el mismo: que el balón llegue “limpio” hasta el jugador más resolutivo del Bayern de Múnich.
AdrianBlanco_ 19 diciembre, 2018
Me está gustando mucho el entendimiento entre Kimmich y Gnabry en este sector derecho del Bayern. Creo que, teniendo en cuenta el momento de Robben, tiene toda la pinta de ser una relación destinada a quedarse. 😀