Miguel Cardoso lleva muy poco tiempo al frente del Celta, pero su equipo ya ha dado un paso importante para con su realidad más inmediata: tiene una idea reconocible. Sabe lo que quiere y todo el mundo en Vigo entiende lo que pretende el luso, que es justo lo que le faltó al anterior técnico, Antonio Mohamed, en sus últimas semanas en el cargo. El RC Celta ya ha demostrado que quiere ser el protagonista de sus encuentros a través de la posesión, y que no renunciará a ello, al menos de momento, aunque le lleve a asumir ciertos riesgos con la situación que le atañe. El Celta de Cardoso está llevando a cabo su metodología desde un comportamiento vertical, en ocasiones ciertamente agresivo, que, por supuesto, va a requerir tiempo, como todo proceso. Pero este arranca en diciembre.
La propuesta de Miguel Cardoso quiere dominar con la pelota
El Celta de Cardoso tiene por base una salida de balón que va de los pies de su portero hasta el juego de espaldas de su principal referencia ofensiva. Ante Real Sociedad y Huesca, el equipo ha expuesto una serie de mecanismos esencial para el ex de Rio Ave y Nantes: cuando el colectivo arma la jugada desde atrás, los centrales, el doble pivote, los laterales, los extremos y los puntas del 4-2-3-1 son parte activa de dicho aparato. Una vez el guardameta pone el balón el juego, los dos centrales (Araujo y David Costas) se están abriendo en paralelo sobre la frontal del área para que el pivote (Yokuslu) se coloque en una posición intermedia entre ambos y el Celta, de esta forma, se asegure salir siempre desde atrás con una línea de tres futbolistas cerca de su portero. A través de estos dos pequeños movimientos, los cuales ya realizó de manera refleja ante la SD Huesca, el Celta está intentando asegurar que su salida disponga de varias vías de actuación en función del contrario. Algo que evidentemente deberá seguir puliendo, pero que ya es un inicio.
En un peldaño superior se están situando los dos laterales (Mallo y Juncá) y el segundo pivote (Jozabed), que quizá responden a la parte más importante de todo este escenario: pues de ellos tres depende que, de una mezcla entre la técnica y la táctica individual, el proceso siga o no su curso, y se adentre o no -con el riesgo que implicaría aquí una pérdida- en la parcela contraria. Con Yokuslu asumiendo periódicamente ese primer pase entre centrales, la lectura del segundo miembro del doble pivote -que por ahora viene siendo cosa de Jozabed- es esencial para darle continuidad a una circulación que nace y se desarrolla dentro, pero que cuenta con la amplitud de sus dos laterales como balón de oxígeno, sobre todo cuando el esférico ha rebasado la línea divisoria. Es ahí, si todo avanza según lo previsto, donde entra en escena el tercer y penúltimo tramo de esta escalera: el posicionamiento de los dos volantes (Boufal + Brais /Mor) y el segundo punta (Iago Aspas). Tres posturas que, una vez llegado aquí, precisan el sentido de la jugada.
En consonancia con la anchura de los laterales, y dado que el balón recorrer casi siempre el carril central, los volantes están siendo más interiores que extremos en pro de la posesión. Tanto Brais como Boufal, o incluso Iago Aspas -que viene alternando su sitio muchas veces con el primero-, se están viniendo por dentro, dando así forma a una especie de rombo en el que, al hilo de todos los pasos anteriores, Jozabed está siendo la arista baja, los Boufal y Brais las de fuera y Aspas, que espera por delante de todos ellos, cierra por delante (cuando es segundo punta) y por detrás de Maxi Gómez. Así, groso modo, es como está queriendo articular su salida y su continuidad en campo rival el Celta de Miguel Cardoso. Una colocación que lució en Anoeta, en la noche de su estreno, y repitió esta última jornada ante el Huesca, como metodología de una postura que en ambos casos ha tenido más tiempo el balón que sus rivales (59.23% y 52.58%, respectivamente) pero que, a colación de estos números, también ha doblado el número de pérdidas en su propio campo en comparación a la media que el conjunto arrastraba de la etapa de Antonio Mohamed: 18 en Anoeta y 21 ante el Huesca.
Miguel Cardoso: “Lo importante es que el equipo le de a sus futbolistas la oportunidad de aparecer. Hoy ha sido Iago Aspas, mañana será Maxi Gómez y después Brais Méndez o Boufal. Eso siempre es lo más importante. La calidad individual va a aparecer”.
Pero todo esto parece solo el inicio de un proyecto con un cariz muy estimulante; sobre todo de mediocampo hacia delante. Mientras la propuesta coge forma y hasta que el equipo recupere a los actores más indicados para este reparto, la solución más inmediata para el RC Celta pasa por potenciar el enorme talento del que dispone en campo rival. Especialmente en el caso de Aspas, que por algo es la herramienta más autosuficiente de este equipo, capaz de comandar acciones por sí mismo, así como de liderar un ataque que maneja diferentes alternativas para según qué contexto. Por lo pronto, Aspas, Brais y Maxi Gómez dan cuerpo al terceto más determinante de este Celta. Pues ellos tres, pisando área, o merodeando cerca de esta, son el mejor amparo para un modelo que requerirá tiempo y paciencia, que son las dos cosas que no tiene ahora mismo el Celta.
David de la Peña 5 diciembre, 2018
Tan cierto es que va a resultar complicado para Cardoso que las cosas salgan bien de forma rápida, como que al menos se está viendo una idea concreta que, en mi opinión, tiene bastante sentido con lo que tiene en tres cuartos de campo, y con la sinergia que todos ellos, además, pueden tener con Maxi Gómez.
Es cierto que Aspas -al menos en mi opinión- como primer punta, tiene un margen de maniobra tremendo, pero también que con el uruguayo pinchado más arriba y todo lo que hay por detrás con Sisto, Brais, Boufal, el propio Aspas… tiene sentido lo que está buscando el portugués.