El estatus que el Atlético de Madrid ha conseguido alcanzar desde la llegada de Diego Pablo Simeone a su banquillo ha elevado la exigencia con respecto a sus resultados. La plantilla ha ido aumentando su calidad, y eso está llevando al técnico argentino a tener que gestionar un proceso que, teniendo en cuenta la identidad que se ha asentado en el equipo en los últimos años, no está siendo sencillo.
El perfil de futbolista que está llegando al club está quebrando en dos bloques la realidad del equipo. Al final Simeone, con una plantilla en la que se juntan futbolistas como Rodrigo Hernández, Antoine Griezmann, Koke Resurrección o Thomas Lemar, acumula perfiles que demandan una mentalidad diferente a la que ha llevado al Atlético de Madrid a estar prácticamente año tras año entre los mejores equipos de Europa.
El aumento de calidad de la plantilla del Atlético de Madrid obliga a matizar el camino recorrido con Simeone
Cómodos moviéndose en escenarios de defensa posicional y contragolpe -lo que llevó a Diego Costa a convertirse en el gran tótem del proyecto, hasta el punto de que Simeone priorizó antes que cualquier otra cosa su regreso-, la nueva naturaleza de la plantilla, culminada con la incorporación de Rodri Hernández, demanda un método de control más relacionado con el balón. Una brecha que está obligando a un proceso que, de momento, sólo ha llevado al Atlético de Madrid a picos de buen rendimiento.
En ese camino el nombre de Ángel Correa está jugando un papel decisivo, y precisamente ese es el motivo que está ‘obligando’ a que el argentino haya pasado a tener rol de jugador titular, a pesar de que sus números como revulsivo le convertían en un recurso muy valioso para que Simeone pudiera cambiar el rumbo de los partidos. Sin embargo, por aportación al sistema y a la evolución que requiere el equipo, el ‘10’ colchonero está teniendo que entrar de forma regular en las alineaciones.
Simeone ha tenido que prescindir de Correa como revulsivo para darle el rol de titular
Sobre todo cuando el equipo consigue asentarse en campo rival, los patrones de ataque no están terminando de fluir como para encontrar situaciones de remate con claridad -el equipo rojiblanco es el duodécimo del campeonato que más dispara a portería a pesar de ser el segundo en la clasificación general- y Correa, en esa espesura para finalizar jugadas de forma relativamente cómoda, está ayudando a que el ataque tenga algo más de fluidez.
Con Correa partiendo desde posición de extremo derecho, el Atlético de Madrid encuentra estructura para desbordar al rival. El jugador argentino tiene un gran tacto para moverse entre líneas partiendo desde la derecha, y a partir de ahí está generando un puente hacia varios lugares. Por dentro, sirve de punto de apoyo para Griezmann en el ataque a un espacio reducido, hace además de conexión cuando Arias gana metros por derecha -está surgiendo una buena sociedad entre ambos a nivel de movilidad-, y -aunque a Costa le está costando aparecer-, el delantero tiene también un jugador que tras recibir por dentro puede lanzarle.
Ángel Correa construye un puente con varios jugadores del ataque del Atlético de Madrid que agradecen su presencia
De hecho, si revisamos sólo los números, la aportación de Correa no está siendo demasiado llamativa. Dos goles en las doce jornadas disputadas hasta el momento y dos asistencias, 1,32 tiros por partido y una presencia en las circulaciones no demasiado relevante -promedia 35 pases por encuentro-, con, eso sí, más de 6 regates por partido con un acierto del 70% -quizás la aportación más significativa si nos detenemos sólo en las cifras, cuestión que además está estrechamente relacionada con ese ataque posicional-. Sin embargo, la presencia de Correa se antoja imprescindible, y esto está totalmente relacionado con la definición de un plan de juego.
Esa electricidad en el pico derecho del área está suponiendo estructura ofensiva, y además, cargar el peso del ataque del Atlético de Madrid sobre ese perfil diestro, algo que compensa el hecho de que Saúl esté jugando como volante izquierdo, lo que puede permitirle llegar a zona de remate con la defensa rival preocupada de tapar espacios en el flanco opuesto. Simeone, de momento, ha tenido que renunciar a su mejor revulsivo, pero a cambio ha ganado varios patrones que le puede permitir alcanzar velocidad de crucero en esa necesaria evolución hasta ‘encontrar’ a las piezas más decisivas de plantilla. A priori, debe salirle a cuenta.
Juantelar 24 noviembre, 2018
Correa es un tremendo generador de peligro. Es eléctrico, tiene desborde, se mueve bien entre líneas, habilidoso y escurridizo. Pero le falta mejorar sus registros de asistencias/goles. No es un jugador productivo porque falla en los metros finales y es una pena, porque en el momento que adquiriese algo más de determinación, podría tener unos números importantes.