Real Sociedad y Sevilla empataron anoche en Anoeta en algo más que a los puntos. El cuadro de Garitano, a partir de su 4-2-3-1, y el de Machín, desde su 3-5-2, se repartieron de manera muy pareja los principales algoritmos del encuentro. La posesión (51-49%), los remates (10-8: 1-1 a puerta; 5-5 fuera), los saques de esquina (7-7) y hasta los pases (369-339) fueron, todos ellos, claros indicativos de lo dividido que siempre estuvo el duelo. Una contienda que, más allá del 0-0 final, sirvió para constatar ciertos aspectos -unos más positivos; otros, algo menos- de dos conjuntos que se quedaron más lejos de agredir el rectángulo contrario que de abrigar el suyo propio.
Al Sevilla le faltó una referencia fija por delante del esférico
Sin André Silva ni Ben Yedder arriba, el Sevilla salió a Anoeta en un bloque medio desde el que, además de tener más y mejor controlada la transición ofensiva de Oyarzabal, Juanmi y Januzaj, se quiso asegurar el suficiente espacio por delante para la velocidad de sus dos puntas: Promes y Muriel. Pero el equipo hispalense echó en falta una presencia algo más fija –ya fuese la del luso y/o el galo- para, antes de atacar corriendo, juntar a todo el colectivo en torno su figura. Algo que Muriel y Promes, como es lógico, no dieron durante la primera parte; aunque su manera de enfocar el ataque fue coherente con la forma con la que la Real se protegía en su campo.
Con uno de ellos dos -Promes, normalmente- esperando abierto y el otro -Muriel, casi siempre- buscando atacar por dentro, el Sevilla trató de superar así, con un recurso bastante práctico, las continuas vigilancias de Garitano. La Real Sociedad, con el 4-2-3-1 con el que arrancó el partido, se propuso dinamitar todos los puentes por delante de Banega. Con Zubeldia e Illarramendi en el doble pivote, yendo ambos sobre cada interior del Sevilla (Vázquez y Sarabia), y con Theo y Elustondo, desde fuera, impidiendo que Navas y Arana pudiesen correr con ventaja, la Real Sociedad dejó al argentino con una única opción para progresar desde el pase: hacia arriba y sin nexo alguno de por medio. Una dinámica que, por los riesgos que entrañaba, entre la distancia y la naturaleza de sus propios puntas, privó al Sevilla de cualquier conato de dominio posicional con balón.
La mejor noticia para la Real Sociedad fue su solidez defensiva
La Real, que debió asumir durante distintos tramos el control de la pelota, apenas le pudo sacar provecho a los movimientos de Willian José sobre el costado izquierdo. El punta brasileño, que, como ya es costumbre, se dejó caer bastantes veces sobre el lado defendido por Navas y Carriço, sirvió como principal punto de apoyo por delante del balón. Sin embargo, dado que las acciones de Theo no dividían en ventaja, conduciendo siempre hacia dentro pero sin la osadía para atacar la espalda de Sarabia, el equipo de Asier Garitano careció de continuidad en el último tercio del campo. Un aspecto que, pasando a un 4-3-3 con Illarramendi –como pivote- y Zubeldia+Zurutuza –como interiores-, el de Vergara trató de corregir con la determinación de Sandro y Januzaj por fuera. Pero en esas, con el Sevilla reorganizado en mediocampo, a la versión más propositiva de esta Real Sociedad no le dio para más que para complacerse con el empate, incapaz de castigar el 5+3 del Sevilla en repliegue, y con el hecho de que atrás parece más sólida.
AdrianBlanco_ 96p · hace 337 semanas
danisouto6 42p · hace 337 semanas
Al menos, esta vez sí, el Garitano más adaptable a las virtudes del rival tuvo su éxito. Solo al inicio con un sistema diferente vi a un Sevilla tan poco punzante, y no todo fue por las ausencias de André Silva y Ben Yedder. Noticia positiva esta para el aficionado realista.
AArroyer 101p · hace 337 semanas
No sé cómo puede crecer Garitano a nivel ofensivo. No ya sólo en esta Real, sino como técnico. Al final es un entrenador de un método muy marcado, y le falta generar un patrón de ataque tras robo que potencie a sus futbolistas. Es que no sé bien a quién pretende potenciar Asier con esta disposición.