El Benito Villamarín, más como estadio que como el feudo del verdiblanco que quiere ver ganar a su equipo, vivió ayer una noche grande cuando menos lo esperaba. La visita del Celta de Vigo de Antonio Mohamed pareció amortizada visto el dominio verdiblanco en el marcador y la dinámica de resultados del conjunto vigués pero todo se revolucionó en una segunda mitad frenética, con un punto desbocado y sorpresas y reacciones propias de un desenlace en forma de ‘tour de force’ por parte de ambos equipos. Dicho de otro modo, desde el 2-0 al 3-3 ocurrió de todo. Y de mucho valor, especialmente para el futuro a corto plazo del cuadro gallego, que agitó la escena con una rabia que no se le adivinaba desde hacia muchas semanas.
El Celta primero buscó presionar la salida de balón bética
El ‘Turco’ saltó al Villamarín con la intención de buscar arriba al Real Betis Balompié. Esta decisión, siempre tenida en cuenta por los equipos que enfrentan semana tras semana al conjunto de Setién, tiene la misión, directa e inequívoca, de sacar rédito de un método incondicional de sacar siempre el balón por raso y superando líneas. Tratando de hacer dudar la convicción de los verdiblancos, y enfocándose en conseguir generar inestabilidad en mitad de un contexto de ciertas dudas en cuanto a la creación y producción de ocasiones, los vigueses, con Maxi en el banquillo y Mor junto a Aspas, con Brais y Boufal en los costados, buscaron las cosquillas a un William Carvalho de nuevo foco de atención del rival para generar robos adelantados. El Betis, que aún con Guardado en ese escalón, y Canales y Lo Celso a espalda o lados de Okay y Beltrán, tenía por donde avanzar, lo pasó mal.
Lo Celso dejó detalles de auténtico crack de la Liga
La confianza del Betis no pasa por un momento de plenitud, lo que le está costando algunos sustos renovados en su salida en corto ante presiones muy alzadas. De ese modo, el Celta le tomó el ritmo y la cadencia al encuentro, camuflando sus problemas en la circulación de balón. Fue entonces cuando el Betis dejó dos goles que explican su capacidad para jugar en pocos toques y aprovechar espacios generados por una salida algo más directa y salteada. Con el Celta abierto y desplegado en pos de la presión, el Betis trenzó dos progresiones muy similares, conectando hombres de diferentes líneas sin apenas elaboración. Lo del primer gol mereció capítulo aparte: un auténtico golazo apoyado en un envío mágico de Pau López, una conexión diagonal de Francis con Lo Celso, un taconazo descomunal del argentino y una gran definición de Lorén Morón.
Aspas ganó en libertad tras el 2-1. Y fue demoledor
Con 2-0, el Celta pareció dar síntomas de agotamiento, pero Mohamed y sus chicos obraron una reacción merecedora de lo que fue pasando. El técnico sudamericano dio entrada a Maxi Gómez a la par que cambiaba a defensa de tres centrales, lo que permitió a Aspas bajar un escalón, arropado por dos carrileros que se encargaban de la amplitud, para comenzar a intercambiar posiciones y ocupar espacios en todas direcciones. Esa capacidad para producir y despertar su alrededor, llamó la atención de un Brais que se centró, atacó las debilidades verdiblancas en el balance defensivo, sacudiendo la imagen de la pantalla con un ritmo altísimo y un hambre que tuvo una enorme recompensa. Un doblete de Gómez, fruto de su inagotable instinto de delantero centro puso por delante a los gallegos. No tardó ni dos minutos Sergio Canales en meter un gol monumental en una falta directa para terminar de colorear, de un brochazo arrebatador, una noche enormemente emocionante. Uno de los partidos más excitantes de lo que va de campeonato.
AdrianBlanco_ 5 noviembre, 2018
Qué importante va a ser para el Betis el regreso de Guardado. Con el mexicano cerquita de Carvalho, el dibujo de Setién parece mucho más coherente y, sobre todo, permite que Canales y Lo Celso no tengan que intervenir tan abajo, sino en un escalón en el que hacen mucho daño. Creo que esa, además de lo finísimo que estuvo Loren fuera del área, es la mejor noticia que puede sacar el Betis del partido. Porque lo de Maxi Gómez, en clave Celta, ya no es noticia. Qué tío. Qué manera de comerse el área. Es buenísimo. Y el Turco le echaba de menos.