Después de haber contado con el gigantesco talento de Dani Alves y Phillip Lahm, la figura de ese ‘lateral invertido’ será un sello con el que se relacionará a Pep Guardiola cuando el catalán deje los banquillos. En el Bayern de Múnich terminó de dar forma al concepto gracias a la figura del alemán y a la de David Alaba, en una realidad como la Bundesliga donde los rivales tenían gran facilidad para construir rápidas transiciones al ataque.
Con los laterales por dentro el equipo lograba dibujar líneas de pase más cortas y por tanto, asegurar más tiempo el balón, lo que le permitía estar más junto y frenar con más seguridad esos contragolpes. Más allá de que no sea sencillo encontrar disponibles en el mercado futbolistas del talento de Lahm, Alaba o Dani Alves, en el Manchester City, las llegadas de Walker o Mendy responden a una necesidad diferente.
En el Manchester City no ha conseguido incorporar a un lateral especialista en conservar la pelota
No por esto Guardiola ha renunciado a ocupar la zona de los interiores con los laterales si ha sido necesario, pero la realidad de la Premier League ha llevado al Manchester City a buscar un perfil diferente, precisamente para responder a dificultades como la que le ha producido el Liverpool de Jürgen Klopp y sus velocísimos atacantes: Pep necesitaba piernas además de sistema.
El nombre de Walker, quizás un tanto ‘antinatura’ con respecto a esa premisa de conservar la pelota del entrenador skyblue, se ha convertido en fundamental. Guardiola ha desarrollado de forma definitiva un plan de juego en el que en muchas ocasiones sale desde atrás con tres futbolistas -los dos centrales más, generalmente, el propio Walker-, cerrando a un interior, adelantando a otro para que la zona de la mediapunta esté siempre ocupada, con un lateral subiendo un escalón, un extremo fijo en el lado opuesto y el otro acompañando al delantero centro en posiciones más centradas. Es decir, llegar al 3-4-3, pero ocupar el campo sin pelota con cuatro defensas y cuatro o cinco centrocampistas.
Ahí el lateral inglés hace una triple función. Primero es un apoyo cercano que suele generar superioridad en salida, pero su físico le permite además compensar la realidad del sistema. Cuando el equipo asienta la posesión en campo rival, puede llegar hasta línea de fondo para doblar al extremo diestro, pero además, y quizás es lo más importante en el día a día de la Premier League, su tremenda velocidad le hace un cortafuegos fundamental cuando los rivales corren a campo abierto.
Walker y Mendy están haciendo muchas más cosas de las que se presupone son capaces
Por ahí puede explicarse también la figura de Mendy, que si bien es cierto suele cumplir en el equipo un rol en ataque bastante más exterior gracias a su buena zurda para meter la pelota en el área, al final también rinde perfectamente en esa necesidad de ganar duelos en carrera contra atacantes veloces, y por eso la versatilidad del sistema le deja en ocasiones como tercer central si Pep decide darle otro rol a Walker o, simplemente, si el inglés no está.
La realidad es que a pesar de que hablemos de dos futbolistas que no tienen una gran soltura para controlar y pasar en espacios reducidos, están sabiendo ocupar bien el lugar que Guardiola pretende, y ya sea una realidad de mercado al no haber podido fichar a ‘un Alves’, o bien una apuesta firme por la buena adaptación de ambos a las exigencias del fútbol inglés, los dos representan un argumento potente cuando hay que frenar a perfiles como Sadio Mané o Mohamed Salah.
David de la Peña 7 octubre, 2018
Tengo mucha curiosidad por ver cómo prepara Guardiola el partido. Al final hablamos de un enfrentamiento que sabemos que es siempre delicado para él, y venimos también de un precedente difícil la temporada pasada.
Los nombres de Walker y Mendy me parece un buen punto de partida. ¿Los dos en el once, uno o ninguno? No descartaría tampoco la opción de tres centrales más puros para salir a Firmino y luego proteger el espacio de la carrera de Mané y Salah.