La idea de Javi Calleja fue de menos a más con lo prometido: “Vamos a ser un equipo valiente, un equipo intenso, que proponga. Queremos que se vea al Villarreal desde la salida del campo y hasta que pite el árbitro el final del partido. No queremos especular ni ver qué va sucediendo en el encuentro para adaptarnos. Queremos mandar en el campo, y para eso debemos tener el balón y ser nosotros mismos”. El mensaje, lanzado por el madrileño en la rueda de prensa previa a la contienda, podría ser aplicable a la segunda mitad del Submarino, tras el cero a uno de los rojiblancos. Un encuentro que, como muchos otros, podría ser diseccionado en varios tramos para el análisis. Y aunque en todos ellos, a los puntos, el Villarreal fue mejor que su rival, lo cierto es que el último periodo sirvió, más allá del empate, para certificar una de sus mejores versiones en lo que va de curso. “Salimos reforzados, creemos en lo que hacemos; es la línea a mantener. Sin duda”, concluyó al acabar.
Kalinic dio muy poca profundidad desde la punta; apenas estiró
El Villarreal dejó para más tarde su arquetípico 4-4-2 para formar de inicio en un 4-2-3-1 en el que Fornals, por dentro, se situó a la misma altura que Pedraza –izquierda- y Cazorla –derecha-, en una línea de 3/4 que quiso ser muy protagonista con el esférico a ras de césped; aunque el dominio, como la posesión (47-53%), quedó muy dividido durante la primera parte. Con Iturra al lado de Trigueros, bajando a recibir entre centrales, el Submarino quiso dar forma a una salida puramente vertical, en la que Fornals, recibiendo entre líneas, Gerard Moreno, acostado sobre la derecha, y Pedraza, por delante de Jaume Costa, fueron los encargados de acercar al Villarreal al área de Oblak. Y todos ellos destacaron ante el bloque medio-bajo del Atlético por una única y sencilla razón: los tres, cada uno a su manera y altura, permitieron al equipo correr con balón. Moreno, como decíamos, trazando diagonales dentro-fuera entre la espalda de Filipe y el perfil de Lucas; Fornals, interviniendo rápido en zona de aceleración; y Pedraza, muy escorado, atacando el pico del área de Juanfran apoyado en Jaume Costa, su lateral izquierdo, en un dos contra uno, y corriendo a toda pastilla hacia el rectángulo.
Desde el 4-4-2, Simeone dio cuerpo a la pizarra con sus cuatro centrocampistas al mismo tiempo: con Saúl –derecha- y Koke –izquierda- desde fuera, el doble pivote fue cosa de Rodrigo y Thomas. Y en esas, Griezmann por detrás de Kalinic. Es importante remarcar la altura de uno y otro arriba, pues gran parte de las posibilidades del Atlético durante la primera mitad se perdieron con los esfuerzos del croata, solo como única referencia, por fijar las atenciones de Álvaro y Funes Mori. Pero la participación de Kalinic se redujo a poco más que eso. Ni dio profundidad, pues el Atlético apenas volcó el juego sobre sus espaldas, ni tampoco –tan alejado del resto de pases- consiguió intervenir en la circulación. Sin lo uno ni lo otro el Atlético redujo mucho su capacidad ofensiva. Y de ahí que Simeone, al descanso, probase a darle algo más de dinamismo a la última línea con la entrada de Lemar; aunque esto, por otro lado, supuso la salida de Rodri y que Griezmann, un escalón por delante, rebajase su colaboración en el juego, que dejó de ser tan continuo: de los 23 toques y 8 pases que dio en la primera parte a los 17 y 6, respectivamente, que dejó desde el descanso hasta acabar el duelo.
El Villarreal fue muy superior desde el 0-1 del Atlético de Madrid
Ya en la segunda mitad, y con el cero a uno en contra, Calleja recuperó para los suyos el 4-4-2. De primeras, Cazorla bajó al doble pivote con Trigueros, Fornals fue a la derecha y Bacca y Gerard Moreno en primera línea; pero la lesión del colombiano y el regreso de Cáseres llevó al Villarreal a un nuevo reajuste, con Cazorla por el lado izquierdo y Ekambi al lado del delantero catalán. Un segundo tiempo, desde el cabezazo de Filipe Luis, en el que el Villareal hizo imperar su método. Corrió todo lo que hasta entonces no había podido. Dispuso de ocasiones para darle la vuelta al marcador. Y, lo mejor de todo, se reencontró consigo mismo. Cierto es, vaya por delante, que el Atlético puso también de su parte, pero el Villarreal fue muy superior durante muchos minutos. Lo fue, sobre todo, cuando el encuentro se partió por varios sitios al mismo tiempo. En ese rato en el que el Villarreal no espera ni piensa, que es como más cómodo se encuentra; sino que solo ataca. Sin pararse a mirar atrás.
Bernabeu 21 octubre, 2018
Con todo el respeto para los atleticos, pero este equipo parece destinado a convertirse en una trituradora de talento.
Kalinic se esta uniendo a Vietto, Jackson, Gameiro, Mandzukic, como futbolistas que no es que no hayan rendido, sino que directamente jamas se sintieron conodos.
Da la sensacion de que solo Costa puede ser el 9 del Atleti, y eso en mi opinion, es un problema.