En Old Trafford se dieron cita dos realidades completamente opuestas. El 0-1 con el que se cerró el encuentro no explicó las diferencias competitivas de dos equipos que se mueven, reaccionan y juegan de modos tan dispares, pues el momento de Manchester United y Juventus está separado por muchos detalles, ideas y características que les posicionan en escalones distintos. Y fue muy interesante cómo respondió la Juventus, más por la forma que por el fondo, a lo planteado por José Mourinho. El técnico portugués buscó, desde su repliegue, que la Juventus se sintiera taponada y que tuviera que arriesgar pases en las dos primeras líneas de su salida de balón. No sólo no consiguió apenas pérdidas comprometidas en el cuadro ‘bianconero’, sino que dio pie a que el campeón italiano ofreciese una versión mejorada de sí mismo. La Juventus de Turín es un equipazo. Otra vez.
El pasado más reciente del equipo piamontés ha pasado por una reconfiguración importante. Hace dos temporadas, en su plantel figuraban Gianluigi Buffon, Gonzalo Higuaín, Leonardo Bonucci o Dani Alves. Junto a la explosión de Miralem Pjanic, uno de los mejores centrocampistas del mundo en la actualidad, con rango de auténtico capo de la posición en Europa, la Juve articuló un ritmo y unas soluciones con balón que le hicieron progresar en el cómo para alcanzar un estatus digno del presente de la competición. Aunque en Cardiff el Madrid fue demasiado en lo anímico, el arquitecto Allegri contaba con un plan muy propio de lo actual. Un año después perdió a Bonucci y a Alves, más tarde a Buffon e Higuaín, pero ahora, con Ronaldo, Bonucci y un portentoso Pjanic, el asunto vuelve a sonar tan familiar como poderosísimo.
Mourinho puso marca individual sobre Miralem Pjanic
Quedó patente durante todo el choque que les midió al Manchester United. Yendo por partes, a la Juve le correspondió tener la pelota en el primer momento en el que el partido repartió dichos papeles. Enfrente, una decisión clave para el desarrollo de la noche. Mourinho colocó a Mata por detrás de Lukaku, con misiones muy específicas sin balón para español y belga. Juan se encargó de emparejarse en marca individual con el cerebro bosnio, mientras Lukaku fue el encargado, sin despiste alguno, de tapar la línea de pase horizontal entre Bonucci y Chiellini, centrales juventinos. Con Pjanic desactivado y los centrales cegados en lo horizontal, Mourinho buscaba que la Juve tuviera que dar un pase adelante y no de seguridad a un jugador alejado, no llamado Pjanic, el más capacitado para cruzar la divisoria.
La medida era inteligente, porque la Juve es un equipo que no quiere prisas, y Mourinho buscaba que su rival sintiera que tenía que tomar riesgos. Ahí comenzó a tomar partido Leo Bonucci, un tipo muy seguro sumando creatividad y personalidad. Suya fue decisión de conducir y salir de zona, de abrir a los costados o de encontrar los movimientos de apoyo de sus compañeros más dotados -Dybala, Ronaldo-. Y durante esa primera media hora y las posteriores fases en las que los italianos salían desde atrás, se comprobó que Allegri no tiene de qué preocuparse. No sólo porque tiene mimbres para respirar tranquilo en esas situaciones sino porque tiene mimbres para crear un gol en cualquier momento. Un matiz que pone a la Juventus en la categoría de los equipos más dominantes del continente.
En dicho escenario táctico, los turineses contaron con dos laterales de primerísimo nivel. Alex Sandro es uno de los jugadores más capaces para tomar decisiones con el balón en los pies. Tiene recursos individuales para profundizar y consciencia colectiva para guardar la pelota, darle continuidad y enviar el cuero en perfectas condiciones para que circule. En el lado opuesto, Cancelo es pura determinación desde su imprevisible gama de movimientos, muchos de ellos profundos, de los que rompen líneas en conducción o en arrancada en desmarque. Por dentro, además, Cristiano Ronaldo y Paulo Dybala sumaban recepciones de enorme calidad, tanto entre líneas, para desahogar al poseedor, como por delante de Matic y Pogba, para sumar segundos de calidad.
La Juventus dejó una imagen de auténtico equipazo
El resultado fue una ocupación perfecta del campo aún teniendo a Pjanic desactivado. El bosnio, no obstante, estuvo finísimo entendiendo sus circunstancias. Miralem abandonaba la zona del pivote para dar espacio a Bonucci; se metía entre líneas para que otro compañero le relevara en la base. Así, la Juve iba generando superioridades de todo tipo, en base a multitud de soluciones: triángulos, amplitud a dos alturas, movimientos de apoyo, rupturas agresivas una vez la pelota llegaba fuera, y sobre todo, mucho control. El ritmo Allegri.
El Manchester United, por tanto, no pudo sacarle partido a su asumida inferioridad, pues podía conseguir atacar con espacios mediante Martial, Lukaku y Rashford, con Mata ejerciendo de lanzador o gestor de las contras. El dominio de su rival no era parcial ni ficticio. La Juventus generaba profundidad, y una vez llegó el gol, consecuente, dominó la escena como le corresponde. Es conocida su esencia y relación con el juego. La Juve no es un equipo complaciente con un plan de dominio y protagonismo constante, pues se siente más cómoda alternando roles una vez cuenta con marcador a favor, pero ha dado forma a una percha en la que todos los trajes le sientan bien. Y esto tiene un valor importantísimo, porque ha recuperado su traje de 2017, el de la cirujana gestión del balón, sumándole capacidad de desborde, intimidación en las áreas y una circulación de balón extraordinaria. Un candidato como el que más para plantarse en el Wanda Metropolitano.
AArroyer 24 octubre, 2018
Con este equipo no sé si hay algunas dudas en alguna dirección pero no comprometen más que otras que puedan tener sus rivales. Esta Juventus es un auténtico equipazo que no me sorprendería en absoluto que consiguiera ganar la Champions este año. No tiene fisuras.
Tiene dos laterales impresionantes, lo de Alex Sandro es tremendo, que pedazo de futbolista. Y tiene a cuatro cracks que son máximo nivel -Bonucci, Pjanic, Dybala, Ronaldo-.
Si no lo habéis visto, poneos el partido para ver cómo se mueve la Juventus desde los ajustes de Mata y Lukaku explicados en el texto. Es un manual de timing y ocupación de espacios. Le falta ajustar las posiciones que gestionan Mandzukic, Douglas Costa, Bernardeschi y Cuadrado. Cómo va gestionando eso Allegri. Pero el equipo asusta porque ha ganado a Ronaldo, que está brutal y es brutal. Y además ha ganado con Bonucci un escalón de creatividad y soluciones con balón. Monumental equipo de fútbol.