Ronald Koeman está intentando hacer despegar a un gigante dormido que empieza a ver la luz al final del túnel. Países Bajos, una selección marcada por el relevo generacional y una de las identidades más profundas del balompié mundial, compareció ayer ante la Alemania de Joachim Löw, en el Johan Cruyff Stadium, para acercarse un poco más a esas dos cuestiones. Aún lejos de contar con una plantilla regada de talento o de volver a representar la vanguardia técnica y táctica del continente, Países Bajos sí está más cerca de poder competir al máximo nivel. Tiene claro de qué jugadores dispone, en calidad, virtud y estilo, y cómo puede potenciarlo todo mientras camufla sus principales debilidades. No puede decir lo mismo la campeona del mundo de 2014, atrapada en un intento por recuperar el brío que la hizo grande sin mayor éxito que el de tener la pelota.
Koeman está haciendo competir mejor a su selección
Las posibilidades de ambos conjuntos en el choque de anoche vinieron marcadas por su trío defensivo. Mientras la selección oranje pudo sacarle partido a las tremendas capacidades de Van Dijk y De Ligt para defender arriba o para cerrar espacios en campo propio, la retaguardia teutona suma ya muchas dificultades para anticipar en campo contrario o recuperar metros ante transiciones veloces, de ahí que su rival tuviera más opciones de hacerse con la victoria. La velocidad de jugadores como Depay, Babel o posteriormente Promes, lanzados por los pies de Van Dijk, De Jong o Blind, fueron una de las claves del choque y uno de los secretos de esta selección holandesa. Koeman alineó a los jugadores más capaces de dañar la espalda de Ginter y Hector, haciendo muy largas las distancias a la dupla Boateng-Hummels. No obstante, eso ocurrió en la segunda mitad.
En la primera, Alemania asumió cierta iniciativa, pero sin una presencia dominante, en metros y en porcentaje de posesión. Su principal mecanismo fue encontrar abierto y arriba a Timo Werner, el jugador más agresivo y vertical. Pero Werner lo hizo todo solo. La Alemania post 2016 viene intentando equilibrar una propuesta colectiva que no le garantiza materializar un flujo ofensivo importante ni disponer de una pérdida de balón de calidad. En el Mundial, Kroos se quedó prácticamente solo tras perdida y Löw intentó, pasado el verano, cerrar con un lateral junto a los centrales y acompañar a Toni con un jugador más estático. Apostando por Kimmich, un híbrido entre el interior que crea líneas de pase y el mediocentro que da espacio al más cercano, y un Can que puede descolgarse, Löw pretende suturar las heridas. Pero cada vez le cuesta más a su selección traducir en ventajas posicionales y en ritmo ofensivo alto su posesión.
Alemania se abalanzó con Sané en la segunda mitad
Por ello, los oranje tuvieron claro dónde estaba, más tarde o más temprano, la oportunidad. Dándole a De Jong el eje del mediocampo, Koeman sumó una salida de balón muy segura ante la más que probable presión alemana, mientras mantenía a su sector zurdo, el de Blind y Wijnaldum, más cerca del mediocentro para sumar hombres cerca del balón. Bien es cierto que con pelota, a Países Bajos le queda algo lejos la capacidad de dominar los partidos. Su calidad en campo contrario no le permite apostar por una idea ambiciosa a la que le acompañen la capacidad de sus hombres más ofensivos en el espacio reducido, pero sí sabe manejar una respuesta ante equipos más protagonistas. Y es lo que ocurrió con marcador a favor.
Cumplidos los primeros 45 minutos, Alemania embotelló a su rival tras la entrada de Leroy Sané. El eléctrico extremo del Manchester City agarró la pelota, por dentro y por fuera, y sacudió a Países Bajos, que redujo la altura de su defensa hasta meterse en el área. Esta circunstancia, que no se tradujo en el empate a pesar de rozarlo, provocó en Koeman una reacción lógica: introducir a Quincy Promes para amenazar con velocidad por los tres carriles. Fue así como se combinado certificó una victoria que refuerza su autoestima y debilita la de una Alemania que sigue quedándose a medio camino.
AArroyer 14 octubre, 2018
Qué poquito transmite Alemania… en todos los sentidos. Ya no son problemas tácticos, es que en su segunda unidad está perdiendo bastante talento, en mi opinión. Su plan principal, con los mejores jugadores, sí tiene margen, peor creo que baja bastante el nivel cuando activa según qué piezas. Y el tema de los centrales, en un equipo que pretender dominar atan arriba y tanto tiempo… me sigue dejando muchas dudas.