El Valladolid de Sergio González ya ha avanzado de la casilla de salida. Al cuadro pucelano, que hasta ayer era uno de los dos únicos equipos que aún no conocía la victoria de toda LaLiga, le ha costado encadenar sensaciones y resultados. Y eso es algo que, mientras cada cosa ha ido por su lado, se vio bien el pasado fin de semana en Balaídos. Una gran segunda mitad, en cuanto a intensidad, velocidad y ritmo en sus decisiones, no fue suficiente para corregir –remontando- el errático arranque de los primeros veinticinco minutos. Tiempo más que suficiente para que el Valladolid volviese a sacar a flote la pesadumbre que, por momentos, le ha acompañado desde que arrancase la campaña. En esa ida y vuelta se están moviendo los de Sergio González. Pero más “de venida” que “de ida”, que es, sin duda, lo más positivo de estos dos últimos partidos.
La profundidad de Nacho está siendo clave por el lado izquierdo
El regreso del Real Valladolid a Primera está dejando, por ahora, más nombres propios que noticias en lo colectivo. Fernando Calero, Nacho Martínez, Borja Fernández, Óscar Plano o Enes Ünal son solo algunos de los más habituales para Sergio González. Es más, el problema no ha siendo tanto el qué o el porqué, como suele ser lo más habitual en este tipo de casos, sino más bien el cómo o con qué de un equipo que, tras esta mala racha, es uno de los menos goleados de la competición, habiendo recibido ya al FC Barcelona. Esa indeterminación, más de fondo que de forma, es más causa que consecuencia de este inicial seis (puntos) de 18 (puntos). Algo en lo que el Valladolid, en boca de su propio técnico, ya está trabajando: “Somos de una idea de pensar y de trabajar, pero con matices para generar sorpresas”. Aquello que volvió a enseñar ayer.
Ante el Celta, retomando lo de Vigo, el Valladolid consiguió sacarse las “piedras de la mochila”, tal y como reconoció Sergio, al romper con el desatino de la portería. Y lo hizo, además, sentando un precedente que podría tener su recorrido, como demostró anoche ante el Levante de Paco López por primera vez desde lo de Balaídos. Dos de los tres goles del Valladolid ante los del Turco Mohamed compartieron un denominador común: balón a la banda, explotando la profundidad de Nacho, y dos centros tan diferentes como productivos –uno más alto y otro más tenso- que la diagonal de Plano, desde el costado, supo aprovechar para cargar el corazón del área. Un movimiento tan práctico como resolutivo, con el que el conjunto vallisoletano, sumado a la destreza de Borja para iniciar el juego, o a la de los interiores por acercarlo arriba, busca aquello que no es nada fácil: un patrón, una jugada, que sea sinónimo de puntos.
Ante Celta y Levante el Valladolid ha superado el 60% de posesión
Dicha fórmula fue la que volvió a repetir ayer el Valladolid ante la visita de los de Paco López. Y la misma, que se tradujo en el uno a uno de la segunda parte, fue la tónica más repetida por los de Sergio en una primera parte en la que Óscar Plano, por derecha, y Toni Villa, por izquierda, compartieron bastantes movimientos. Y sobre todo uno muy concreto, a la espalda de Campaña y Vukcevic. Una proactividad, en definitiva, con la que el Real Valladolid alcanzó su mejor versión de lo que va de curso. Con estos dos yéndose hacia dentro, sirviendo como escalón intermedio entre Míchel –con Alcaraz saliendo de centrales- y la pareja formada por Enes Ünal & Duje Cop. No obstante, lo mejor que ha ofrecido el Valladolid en este último partido y medio -contando sus segundos 45 minutos en Vigo- no ha sido tanto de pizarra como de otros intangibles que, por matizar, también influyen –y mucho- con todo lo que ocurre sobre el campo. Porque si algo ha ganado Sergio durante esta semana es la convicción de que su mensaje despierta estímulos. Y ahí va calando.
El Real Valladolid, que volvió a ordenarse anoche en un 4-4-2, ha cambiado mucho su intención con respecto a las primeras jornadas. Ahora, con índices de posesión superiores al 60% –como en Vigo tras el descanso- o incluso más cercanos al 70% –como en la primera parte de ayer-, los de Pucela han pasado a querer tener el esférico para hacer mucho daño. Porque las posesiones del Valladolid mantienen un objetivo común, y es que el balón llegue lo más rápido posible al área rival. Ya sea con Nacho desde el sector izquierdo, quien está rentabilizando su golpeo como uno de los más productivos de la competición –ante el Levante, sin ir más lejos, completó 3 de 5 desplazamiento en largo y alcanzó un 87,7% de tino en su pase-, con las diagonales por dentro de Plano, la lectura de Villa –que está eligiendo bien cuando acercarse o alejarse al balón- o las descargas de Ünal –que está siendo bastante útil para jugar en largo-, el Valladolid, sea por uno u otro, parece más cómodo. Arriba y abajo. Y a partir de ese compendio de individualidades será desde donde Sergio deberá construir un discurso para este Real Valladolid.
AdrianBlanco_ 28 septiembre, 2018
Su segunda mitad en Balaídos fue muy positiva y ayer, ante el Levante, el Valladolid volvió a dejar 60-70 minutos de muy buen nivel. El proyecto de Sergio González va arrancando. Y, curiosamente, lo está haciendo con una propuesta muy distinta a como empezó la Liga. Lleva dos jornadas consecutivas queriendo tener el balón. Y con él está siendo súper dañino. El Nacho Toni Villa Plano puede -y debería- ser sinónimo de muchos puntos.
Eso sí, va a ser interesante ver cómo en las próximas semanas se suple la ausencia de Plano. Va a estar unos cuantos días fuera, y llega en el momento en el que estaba siendo el mejor. Más trabajo para el bueno de Sergio.