El RCD Espanyol de Rubi quiere el esférico para hacer daño. Y eso, tres semanas después de su victoria ante el Valencia, es lo que volvió a dejar claro en Cornellà ante la visita del Levante UD. El cuadro periquito tuvo más tiempo el esférico (57-43%), remató más veces entre palos (8 a 4; 21-16 en el total) y hasta cometió más faltas que su rival (17-13) en un partido que, más allá del resultado, sirvió para ponerle boca y ojos a algunas de las instrucciones que está llevando a cabo su técnico. La posesión, la presión por recuperarla lo más arriba posible y el sentido que se le está dando a la pelota son, grosso modo, algunos de los principios básicos del Espanyol en este arranque de curso. Principios que, tras el pinchazo en Mendizorroza, sirvieron para desarmar al equipo de Paco López de su mayor virtud: el Levante no pudo correr en el RCDE Stadium.
El Espanyol está saliendo a partir de sus dos interiores
Rubi repitió el mismo once que ante Valencia y Deportivo Alavés. Un 4-3-3 algo asimétrico en el que Baptistao y Sergio García, cada uno con un rol muy distinto, se movían por delante de Darder y Granero; que a diferencia del día del Valencia, partieron por derecha e izquierda, de manera respectiva. Esta configuración, con Marc Roca por delante de los dos centrales, pronto le sirvió al cuadro blanquiazul para adueñarse de la posesión. Y de todo lo que tuviese que ver con esta. El comportamiento de Sergio García –izquierda- y Baptistao –derecha- respondió de una forma tan diferente como complementaria entre sí, con el de Bon Pastor yendo hacia dentro y el de Sao Paulo, por el otro costado, más cerca del pico del área. Un reparto que, sobre todo, sirvió para dotar de ritmo y dinamismo al verdadero quid de la cuestión: la determinación de los dos interiores.
Con Hermoso y David López en el centro de la zaga, el Espanyol configuró su fase de salida desde tres movimientos clave: el constante ofrecimiento de Marc Roca, hacia uno u otro lado, yendo más arriba o más abajo; la lectura de Granero, para abrir o cerrar su posición a partir del sector izquierdo, compensando así la profundidad de Dídac Vilà; y las recepciones de Darder sobre el carril central, partiendo generalmente desde el perfil derecho, con lo que el Espanyol se aseguró una doble función al mismo tiempo: generar todo su fútbol por dentro y no garantizarle a los de Paco López una transición sencilla. Un método que, dado que el equipo intentó generar su juego desde atrás, sin saltarse ningún paso intermedio, dibujó, hacia uno y otro lado, la colocación de las once (Granero) y diez (Darder), en la estrategia que intentó plasmar Rubi.
Al Espanyol le está costando llegar con soltura hasta Borja Iglesias
De esta forma, el Espanyol incurrió en reiteradas ocasiones en un mismo esbozo dentro de su hoja de ruta: de dentro hacia fuera, partiendo de los centrales, saliendo por el centro y llegando a la posición de los interiores; para que estos, en contacto con los laterales, fueran los principales responsables del origen y el destino que conducían todos los acercamientos del equipo al área de Oier. Una figura –por intentar ponerle forma- algo irregular, con la que el Espanyol, a pesar del uno a cero, evidenció que la propuesta aún sigue siendo más teórica que práctica. De hecho, el siete de doce que suma en estos momentos el cuadro catalán es más positivo si cabe al tener en cuenta que la forma no es del todo completa. Porque al Espanyol, por encima de cualquier otro detalle, le está faltando el más importante: conectar con Borja Iglesias. Ni desde el carril central, donde se está moviendo para ofrecerse, ni por fuera, con las subidas de Dídac y Javi López, el equipo no ha encontrado aún el camino de llegar hasta su ‘9’. Algo parecido a lo que le ocurrió al Levante; pero con menos metros y más pases, como quiere Rubi.
AdrianBlanco_ 17 septiembre, 2018
El Espanyol de Rubi volvió a transmitir muy buenas sensaciones en casa. Pero esta vez, por encima de cualquier otro nombre, me quedo con el de Granero. El 'Pirata' está siendo una de esas grandes noticias en este arranque de Liga. Ayer, como digo, interpretó de maravilla cuándo abrirse y cuándo cerrarse desde el interior, y esos toques "tan suyos" le están dando mucho al equipo. A ver si mantiene el nivel, porque es muy importante.