Resulta algo obvio que los librillos de Maurizio Sarri y Antonio Conte comparten muy poquitos capítulos en común, al margen de que los dos se hayan escrito y distribuido en italiano, y de que ambos, con más o menos tiempo para su desarrollo, ya hayan encontrado en la Premier un nicho para su divulgación. En los últimos años, Sarri y Conte han sido fieles a su propia idiosincrasia, y mientras que el Chelsea y la selección italiana han priorizado piernas y espacios durante el paso del de Lecce por sus respectivos vestuarios, tanto en el Napoli como en esta nueva aventura en el club de Londres, el napolitano está haciendo mucho hincapié en la posesión y el ritmo entre todas sus piezas. Sobre ese denominador viene trabajando este Chelsea de Maurizio Sarri. El de Hazard, Fàbregas y Jorginho. Pero también el de David Luiz, Rudiger, Azpilicueta, Morata o Kanté.
Kanté está ocupando un rol diferente al que tenía con Conte
Porque el caso del futbolista francés, campeón del mundo hace cosa de mes y medio en el súper pragmático 4-4-2 de Didier Deschamps, está siendo muy llamativo en estas primeras jornadas. La Premier League, desde que N’Golo Kanté aterrizase en el Leicester de Claudio Ranieri, todavía no había sido testigo de esta versión futbolística del ex del Caen. Y esto se debe a que Kanté, a sus 27 años, está experimentando una revolución dentro de su juego. Un proceso que, conviene detenerse en ello, no es del todo nuevo para él, pues ya durante su paso por la Ligue 1 desarrolló un papel ciertamente parecido, que no idéntico, al que le está exigiendo Maurizio Sarri durante estas primeras semanas de proyecto. Así las cosas, Kanté, acostumbrado a un rol muy específico en aquel Leicester y el posterior Chelsea de Antonio Conte, enfocado a la recuperación y a correr una gran cantidad de kilómetros, de un lado a otro, persiguiendo a sus rivales, ahora, más allá del cuerpo a cuerpo, está realizando todo tipo de maniobras con un único sentido.
Esto, para empezar, ayuda a explicar que el centrocampista francés viese portería en el primer partido liguero ante el Huddersfield y que ante el Arsenal, tan solo una semana más tarde, sus movimientos hacia el área fuesen todo un quebradero de cabeza para Unai Emery. Porque así, antes de entrar en más detalles, está actuando el parisino. Sus acciones, que hasta ahora están partiendo todas desde el interior derecho del 4-3-3, están dotando de profundidad, soluciones y amplitud al arquetípico sistema del técnico italiano. Kanté, por norma general, está repitiendo un mismo movimiento a lo largo de un mismo partido, como así ha demostrado ante Newcastle, Arsenal y Huddersfield: desde dentro hacia fuera, saliendo a ocupar una posición que en teoría debería ser del extremo diestro (Pedro), todas y cada una de las diagonales (sin balón) del galo están compartiendo origen y destino, cuando el Chelsea, he aquí lo más importante –seguramente- de todo este proceso, se encuentra en disposición de progresar sobre la línea divisoria de los dos campos.
Sus movimientos por derecha están equilibrando los de Pedro
Pero no acaba ahí la cosa. De este movimiento que, de tantas veces realizarlo durante un mismo partido, Kanté está haciendo más discurso que recurso, el Chelsea puede extraer dos lecturas sumamente lógicas con lo que está proponiendo: en primer lugar, y que sirva como contexto, el lado derecho del equipo está configurándose a partir de Azpilicueta y Pedro. Y si el primero, por una u otra razón, acostumbrado a ser central durante estos años, no está estirando con el mismo ahínco que Marcos Alonso por el otro costado, y el segundo, relacionado siempre con el balón, está constantemente yendo hacia dentro para recibir y actuar desde una posición más centrada, Sarri ha encontrado en esa capacidad física de Kanté un buen elemento para no perder presencia sobre dicho sector. Porque desde ahí, cuando el balón le llega a los pies, el futbolista francés no está haciendo de extremo, ni mucho menos. Sino que su función va más enfocada a asegurar la zona; y, sobre todo, cargar el área con una segunda diagonal que suele terminar por detrás de Morata cuando el esférico llega desde el otro lado, o, en relación al segundo de estos matices, el Chelsea requiere de su agresividad tras pérdida para morder lo más pronto y arriba posible.
De esta forma, alejándolo de los primeros pases, Sarri está tratando de reubicar al jugador galo a una zona en la que su esencia y los principios estilísticos de su propuesta puedan converger de forma natural. Un proceso que, como cualquier otro, llevará su tiempo. Pero mediante el cual, de conseguirlo, el napolitano se asegurará que el colectivo no redunde en los mil y un problemas que tuvo durante el segundo año de Conte. A fin de cuentas, los toques y las devoluciones de Kanté no pueden presumir de la misma finura que los de Hazard, Pedro o Fàbregas, para poner a Jorginho de cara; sin embargo, esto no es excluyente con que Kanté, en su debido contexto, sea tan importante como el que más para Ranieri, Conte o Sarri. Aunque, por extraño que pueda parecer, los tres entrenadores italianos le hayan llevado a adoptar direcciones de lo más diferentes.
OliJC 30 agosto, 2018
Gracias @Adrian Blanco por este articulo. N'Golo Kanté ocupa un rol muy poco favorecedor aunque mas que indispensable en todos los equipos, el de recuperar el balon rapido y cubrir las espaldas de sus compañeros, pero tambien de empezar muchas jugadas. Y aqui es donde N'Golo destaca : tiene una tecnica muchissimo superior a lo que se le puede intuir. Gracias a ella, se puede escapar de la presion, saltar incluso lineas, y sus pases, si bien estoy de acuerdo en que no son los de Hazard, tienen poco porcentage de error. Por eso es capaz de adaptarse a lo que le pida cualquier entrenador, y seguro que lo hace bien con este nuevo posicionamento mas arriba. Ademas goza de un fisico capaz de hacerle volver abajo con gran velocidad y eso durante todo el partido. Si no fuera tan timido, que lo es, seria una figura mucho mas destacada. La version MUY mejorada de Casemiro…