Gonzalo Higuaín ha puesto su firma a casi un centenar y medio de tantos –entre Serie A, Copa Italia y Champions- desde que está en Italia. Durante sus tres campañas en el Napoli, a donde llegó procedente del Real Madrid en el verano de 2013, y las dos posteriores en la Juventus, en las que ha levantado cuatro títulos y ha llegado a una final de la Copa de Europa, el argentino ha tenido tiempo para erigirse como uno de los mayores artilleros del campeonato; poniendo especial hincapié a su temporada 2015/16, cuando consiguió pulverizar todos los registros hasta entonces existentes con sus 36 tantos en 35 jornadas. Un instinto depredador, de pura raza, que por no tenerlo es más causa que consecuencia de los problemas que viene arrastrando el Milan desde hace ya tiempo. Porque el curso pasado, primero con Montella y después con Gattuso, el rossonero distó mucho de ser uno de los cuadros más goleadores de Italia. Y para muestra de esta carencia, un botón: el último pichichi del Milan fue Zlatan Ibrahimovic, con 28, hace 6 años.
Higuaín ha crecido mucho en los últimos años fuera del área
Gonzalo Higuaín puede ser una pieza súper productiva dentro del sistema que viene dibujando Gattuso desde su llegada al Milan, respetando ciertas decisiones puntuales. Siendo la referencia ofensiva de Napoli y Juventus, con Rafa Benítez, Maurizio Sarri y Massimilino Allegri, con lo que ello supone, el argentino ha experimentado un crecimiento exponencial para jugar fuera del área. Una destreza que, en principio, le hace partir como una carta de muchísimo valor dentro del plan, pues entre otras muchas cosas podrá ser el puntal que durante meses no tuvo el Milan en punta, ni con Kalinic ni con André Silva, para dinamizar –bajando a recibir-, estirar –dando profundidad- y rematar. La llegada del ahora exdelantero de la Juventus es, de hecho, bastante coherente si se compara con Cutrone, mucho más agresivo en cuanto a sus desmarques a la espalda de la defensa, que es con quien se repartirá los minutos, en principio, por ejercer de ‘9’ en cada torneo.
Esa complementariedad entre ambos perfiles será muy rica para Gennaro Gattuso, que incluso podrá probar a ponerlos juntos, como ya hizo el pasado sábado ante el Real Madrid, con el joven canterano rossonero algo más abierto a banda. Higuaín, en definitiva, recala con el objetivo de elevar desde su llegada el techo de un Milan que la temporada pasada anotó los mismos goles que la Sampdoria (10º clasificado), y tan solo dos más que Fiorentina y Torino (8º y 9º); por no entrar a valorar los más de treinta tantos de desventaja que tuvo con Lazio (que acabó 5º, solo un puesto por encima del propio Milan) o la misma Juventus. Una carencia que Gonzalo Higuaín, en principio, debería ayudar a sufragar. Pero su fichaje se puede explicar desde un prisma mucho más complejo que el de su determinación en los metros finales, y para ello es importante volver a recalcar que su evolución en los últimos años ha ido dando grandes pasos en cuanto a su movilidad y su asociación.
Gattuso deberá potenciar la conexión Higuaín-Suso en ataque
Y en esas, la sociedad que más –y mejores- réditos podría aportarle a Gattuso, visto lo visto, es la que Higuaín y Suso podrían mantener sobre el costado derecho. El gaditano es, por decirlo de algún modo, como una llave maestra para este Milan: participa en la salida de balón, bajando a recibir directamente de los centrocampistas, tiene velocidad para estirar al equipo desde fuera y su regate ‘a lo Robben’, con el que encara y rompe hacia dentro con su pie izquierdo (partiendo desde el lado derecho), es una mina de posibilidades a lo largo y ancho del calendario. Una suma de recursos, mirándolo por otro lado, que ahora, con la llegada del ‘Pipa’, Gattuso deberá hallar el modo de que ambos potencien. Porque Higuaín, en definitiva, servirá como boya sobre la que volcar la salida, si esta debe efectuarse de una forma más directa, para recibir, girar y después descargar hacia cualquier costado –en este caso el derecho, el de Suso-, para dar continuidad al juego; como pared en zona de tres-cuartos, con la que tocar y poner de cara a los futbolistas de la segunda línea; correr, cuando haya espacios para ello; y rematar, que al final es lo que define a todo delantero. Y más a uno que lleva años en torno a la treintena de goles por temporada.
Andrés Madrid 14 agosto, 2018
Pues a mí en clave AC Milan es que me parece un win win de los muy grandes.
Al final el equipo rossonero se lleva a un jugador que si o si le va hacer sumar puntos para así clasificar a la Champions, paso clave en la reconstrucción del club.
Mis dudas vienen con Higuaín, ya que pasar de ser el DC titular de un TOP 5 de Europa a jugar en lo que es el Milan hoy, es que es un golpe tremendo. Dudas de cómo afrontará eso el Pipa.