La explosividad de Kylian Mbappé y la exuberante capacidad de recuperación de N’Golo Kanté son probablemente los dos impactos visuales más importantes que la selección francesa ha dejado en este Mundial. Detrás de ambas imágenes, Didier Deschamps ha conseguido montar un plan de juego en el que la ocupación de los espacios ha permitido al equipo dos premisas que le han hecho funcionar con eficacia: llegar siempre a una ayuda en la defensa posicional, y transitar al ataque con las patas de la mesa bien calibradas.
Pogba, Kanté y Matuidi abarcan bien el carril central en defensa, con Mbappé descolgado sobre derecha y Griezmann -que ya sabemos que tiene un enorme talento para meter la pierna- compensando con un movimiento diagonal que abarca desde la zona de mediapunta central hasta el carril izquierdo. Con los cinco más Giroud para ofrecer un apoyo de espaldas en caso de recuperar la pelota, las piezas le están dando estabilidad a un dibujo en el que es difícil filtrarse hasta Lloris, y que obliga al rival a perder la pelota con tino si no quiere sufrir un devastador contragolpe.
La estructura defensiva de Francia es su principal seña de identidad
El comportamiento coral ha sido premisa fundamental en Deschamps, y sólo Mbappé, que queda suelto sobre el perfil derecho para hacer una carrera imparable al espacio en caso de que Francia robe la pelota, tiene cierta libertad a la hora de recuperar la posición en defensa, con la explicación, eso sí, de darle forma al plan de contragolpe. Puede decirse que el técnico galo no ha buscado un contexto que potencie de forma constante a Griezmann, su gran estrella, que a pesar de eso ha logrado pesar con acierto frente a Uruguay y Bélgica en dos contextos de partido bastante distintos.
Sirva como ejemplo para demostrar que Deschamps no ha priorizado un puente fiable para llevar la pelota al futbolista del Atlético de Madrid, el cambio definitivo de perfil de Pogba, que comenzó como pivote izquierdo y ha acabado el torneo jugando a la derecha de Kanté, para cerrar a Matuidi -Tolisso frente a Uruguay- y activar ese mecanismo de contragolpe con Mbappé descolgado sin que hubiese demasiado espacio entre el jugador del PSG y Kanté. La estructura ha dejado a Griezmann con un colchón por detrás formado por Lucas, Matuidi y Kanté, tres jugadores sin inventiva ni técnica de pase para alimentar de forma constante a un mediapunta como Antoine.
Deschamps no ha buscado que Griezmann resuelva las cosas por sí solo
Sin embargo, el peso del jugador del Atlético de Madrid ante Uruguay y Bélgica fue enorme. Ante el cuadro charrúa, con Francia asentado en el ataque posicional, abriendo líneas de pase en todo el carril central, y desde ahí conectando las piezas de Francia para que la contra del equipo sudamericano fuera mucho más costosa. Ante los de Roberto Martínez, potenciando ese plan de contragolpe después de que se produjera el robo, haciendo bien su papel de puente entre la media gala y la posible posterior recepción de Kylian Mbappé.
Frente a Croacia la cuestión será cómo emplear a Griezmann con acierto. Zlatko Dalic tiene el precedente vivido ante Inglaterra, y es un plan que puede tener ciertos paralelismos con el medio campo francés. Southgate ubicó a la misma altura para defender a Henderson, Lingard y Dele Alli, y será un filtro a nivel posicional parecido -a nivel cualitativo el francés será muy superior-, con Pogba, Kanté y Matuidi en ese carril central. Modric y Rakitic nunca pudieron progresar en la primera mitad de la semifinal, y si el técnico croata repite plan, con Brozovic como pivote, Francia tendrá oportunidad de robar y transitar al ataque.
Griezmann, sea cual sea el escenario de partido, será una amenaza constante para Croacia
En ese caso, Griezmann debería tener la labor de controlar las recepciones de Modric -ambos chocarán si Dalic no hace un ajuste en el rol del jugador del Real Madrid-, y desde esa posición intermedia buscar el pase que posteriormente lanzará a Mbappé. Veremos cómo hace Dalic para evitar esa recepción del jugador del PSG. Roberto Martínez fijó a Vertonghen y surtió efecto para controlar los contraataques, así que veremos si el lateral zurdo croata controla mucho más su altura para que Mbappé no pueda correr con ventaja.
Es una final y los espacios los irá definiendo el marcador, pero parece que Francia puede vivir en un ataque organizado algo más constante que ante Bélgica, y por estructura, Antoine Griezmann puede hacer daño al sistema defensivo croata. Con Giroud teniendo ocupados a los centrales y si es Brozovic su pareja de baile, el delantero rojiblanco puede atraer constantemente a Rakitic y a Modric a su zona y liberar espacio para las conducciones de Pogba, que puede ser el más beneficiado en un contexto como ese. El crack del Atlético de Madrid está ante la cita de su vida, viene de menos a más en el torneo y aunque la sensación es que no esté luciendo tanto a nivel visual como otros jugadores del cuadro galo, su papel ha sido fundamental en cuartos, semifinales, y raro será que no suceda lo mismo en la final en caso de que Francia levante su segunda Copa del Mundo.
AdrianBlanco_ 13 julio, 2018
Griezmann ya ha dejado claro ante Uruguay y Bélgica quién manda en esta Francia. Y no descarto que pueda volver a repetir dichas actuaciones ante esta Croacia. La selección de Dalic no está ejecutando una presión muy ordenada, que digamos, y eso está dejando solo a Brozovic; en la que, si nada cambia, será la zona de Antoine.