Después del contundente resultado que Colombia logró frente a Polonia, a Pékerman ‘no le quedó más remedio’ que repetir con James Rodríguez y Juan Fernando Quintero en el once inicial. El cuadro cafetero volvió a jugar con el 4-3-3 en el que el futbolista de River Plate forma como interior derecho y James Rodríguez arranca como falso extremo izquierdo, aunque con la inclusión de Carlos Sánchez como pivote defensivo en el lugar de Wilmar Barrios, quizás buscando compensar el riesgo que supone que Quintero sea el organizador del juego ofensivo.
Pékerman fortaleció el medio campo con Carlos Sánchez
En cualquier caso, el primer tiempo estuvo totalmente marcado por el posicionamiento defensivo de Senegal, que regresó al 4-4-2 que vimos en la primera jornada. Aliou Cissé ubicó en ambas bandas a Sarr y Keita Baldé, dejando descolgados en la punta del ataque a Niang y a un Sadio Mané que dominó los primeros 45 minutos. El combinado africano robaba a media altura y conseguía salir con bastante facilidad a campo abierto, donde el equipo, además de desplegarse francamente bien, se aprovechó de una debilidad que mostró el cuadro cafetero.
Sadio Mané, incontrolable para Colombia en la primera mitad
Colombia no conseguía colar pelotas entre líneas, no progresaba con comodidad y esos robos a media altura de Senegal significaban posibilidad de despliegue. Ahí el equipo cafetero buscó achicar al poseedor con agresividad, una jugada que tanto a Yerry Mina como a Dávinson Sánchez les sale de forma natural, y los africanos mostraron gran agilidad para soltar la pelota de forma precisa y atacar el espacio con determinación. Esa agresividad en los movimientos defensivos colombianos abrió puertas que el cuadro africano aprovechó.
Sin James, Quintero pierde el hombre que más líneas de pase le abre
Esto también ocurrió porque Colombia sumó un problema con pelota, que provocó la lesión de James Rodríguez. La ausencia del ’10’ le restó a Quintero una infinidad de líneas de pase, sobre todo durante el lapso de tiempo en el que Muriel pasó de jugar abierto sobre izquierda a incidir de verdad en los pasillos interiores. Fue en ese momento cuando el equipo sudamericano logró progresar con más facilidad, y en esa oleada más constante de ataques logró poner la pelota en la cabeza de un salvador Yerry Mina.
rs21 29 junio, 2018
¿Puede convertirse Mina en un central élite a pesar de ser tan lento y tosco?