La gran goleada del Mundial llegó de la mano de una Bélgica que proyecta un estado de ánimo inmejorable de cara a los octavos de final de esta Copa del Mundo. El conjunto de Roberto Martínez presenta una serie de virtudes ofensivas que le están permitiendo producir tantas ocasiones como eficacia goleadora. Ante Túnez, los ‘diablos rojos’ demostraron su imponente potencial ofensivo, basado, principalmente, en atacar espacios con una fluidez y un acierto técnico del máximo nivel. Como nunca y como siempre, la imagen ofrecida responde a la potenciación de talento individual, aspecto en el que poco tiene que envidiar a ninguna otra selección de Rusia 2018.
Bélgica arrancó fiel a su estilo, atacando espacios con agresividad
A pesar de sus dificultades para mostrar competitividad sin la pelota, careciendo de una organización férrea y de calidad, el combinado tunecino salió al césped con una presión bastante adelantada y ambiciosa, en la que la salida de tres por dentro y dos carrileros estableció ventajas desde el primer momento, en especial en la conexión de Alderweireld y Meunier. El lateral del PSG fue uno de los más destacados del partido, pues entendió a la perfección el rol que le encomendaba el juego. Con su primer toque y su conducción no buscó llegar arriba todos juntos, sino atacar el primer espacio, modificar la velocidad de la jugada para que los cracks decidieran en franca ventaja.
Meunier entendió perfectamente el partido
Una vez se ganaba altura, las diferencias se establecían de manera muy palpable. El sistema belga ha conseguido que Hazard pueda correr aunque no parta de la banda , que pueda jugar continuamente en la frontal, un indicativo de facilidad con la que su selección pasa de un campo a otro para terminar generando una ocasión de gol. Sin pedirle de más a sus mejores individualidades, todo está medido para que en ataque Hazard regatee, Mertens enlace o finalice y Lukaku imponga su definición. Debido a la irregular presión de los africanos, con la línea medular saltando a por la pelota y la línea defensiva reculando ante la velocidad de sus pares, no hizo falta que De Bruyne apareciera para organizar lo que ya estaba deslavazado.
Roberto Martínez ha conseguido activar a sus más talentosos
Lo que sí puede preocupar es el nivel defensivo demostrado. Es seguramente el verdadero caballo de batalla del sistema de Roberto Martínez y el paso que puede permitirle, de verdad, soñar con algo grande. Es cierto que al aparecer tantísimas transiciones, los equipos se partieron y pudieron salir con frecuencia, peor le costó a Vertonghen, Alderweireld o Boyata sufrieron mucho con los tres puntas tunecinos, mostrando, además algunas dudas a balón parado. La asignatura pendiente de una Bélgica que arriba puede cargarse a cualquiera.
Luis 24 junio, 2018
A mí cada vez me gusta más Bélgica. Cierto que flojean atrás, pero es que el potencial ofensivo que tienen lo compensa de sobra. No sé si es más mérito de Roberto Martínez o cosa de la propia evolución de algunos jugadores (De Bruyne, Mertens, Hazard) en sus clubes, pero lo que hace un par de años parecía un equipo con pocos perfiles y muy repetidos se ha convertido en un engranaje con piezas que encajan a la perfección. El que no me termina de convencer es Carrasco, ni en ese rol de carrilero ni por nivel en general (sigue decidiendo fatal como acabar sus jugadas), pero a esta Bélgica me la creo cada vez más… Y no me gustaría que España se la encontrase, menudo destrozo le puede hacer en transición.