Una pluma entre bisontes

La aparición de Maxime Lopez en el fútbol francés es, contextualmente, una noticia maravillosa, por supuesto, para el Olympique de Marsella, pero también para la selección gala de cara a seguir construyendo su futuro más próximo. Pogba, Rabiot o N’Golo Kanté representan un perfil de centrocampista con el que no resulta fácil encontrar vías de control, y el canterano del cuadro sureño es una rara avis que le vendrá de maravilla.

Su aparición durante el curso pasado ya llamó poderosamente la atención. Un recién llegado Rudi García comenzó a darle mucho protagonismo como interior en un 4-3-3 en el que generalmente Vanquieur hacía de mediocentro más posicional, y ahí comenzó a tener peso, gracias a su soltura para conducir la pelota y su facilidad para colar pases entre las líneas rivales. Un año irregular pero una aparición ilusionante, que ha terminado de ganar trascendencia gracias al buen trabajo de Andoni Zubizarreta para completar la plantilla.

La mejoría colectiva ha ayudado a Maxime Lopez a ganar protagonismo

En el primer curso en el que el exdirector deportivo del Barcelona y Rudi García iban a tener todo el verano para trabajar, el equipo hizo algunos ajustes que han permitido a Maxime Lopez acabar asentándose como un jugador muy importante. La llegada de Luiz Gustavo, sin duda, ha sido la más importante, porque le ha permitido formar parte de un doble pivote, y sobre todo, hacerlo en contextos muy diferentes, lo que permite hablar de un jugador con bastante más versatilidad de lo que parece a primera vista.

Maxime Lopez ha acabado teniendo protagonismo cerca de Luiz Gustavo en el 4-2-3-1 de Rudi Garcia. El brasileño tiene un sentido defensivo que compensa el tremendo dinamismo del joven centrocampista, por lo que el equipo ha tenido en ambos una pareja equilibrada. Es otro tema, pero contar con el brasileño ha permitido incluso en ocasiones un 5-2-3 -con él como central- con muchísimo ritmo en el carril central, ocupado por Sanson y Maxime Lopez, dos jugadores de mucho recorrido.

Maxime Lopez es un interior de posesión que, más allá de ser muy dinámico, tiene una característica fundamental para que su equipo pueda organizarse a través del pase, precisamente gracias a la buena técnica del futbolista en ese sentido. Lopez le mete una tensión excelente a sus pases, y el abanico que domina es muy amplio, ya que cuela pelotas tanto a los jugadores que están relativamente cerca entre líneas, como si ha de hacer un cambio de orientación muy lejano. Aquí, la configuración del ataque marsellés es clave para que Rudi Garcia esté prescindiendo últimamente de un jugador con mayor presencia física como Zambo Anguissa para apostar por él.

El tremendo talento del Marsella en tres cuartos es oro para Maxime Lopez

Y es que esa línea de tres cuartos, generalmente constituida por Thauvin, Payet y Ocampos, necesita de un “alimentador”. Con Maxime Lopez en el terreno de juego, los tres mediapuntas tienen la opción de recibir en ventaja un escalón más arriba, sin tener que bajar tanto y por tanto, verse obligados a crear la ventaja con más rivales por delante. Además hablamos de tres jugadores con tipos de movilidad muy diferentes, y ese gran rango de pase de Lopez permite que sean activados con facilidad y frecuencia.

Por último y quizás una de las grandes virtudes del futbolista para tener esperanzas en él de cara a asentarse definitivamente en la élite, está en su movilidad e intensidad defensiva. Se trata indiscutiblemente de un jugador que está mucho más cómodo si el plan de su equipo está relacionado con salidas en corto y conservación de la pelota en momentos puntuales, pero su intensidad y orientación para recuperar el cuero y sobre todo su agresividad para encimar al rival compensan esa carencia.