La ausencia de Iker Munain ha condicionado de forma muy negativa la temporada del Athletic Club. Sin él, el juego entre líneas de los de Ziganda se ha visto muy penalizado. Raúl García y Aduriz son una pareja de ataque indiscutiblemente dominante en la gestión del juego directo y cuando se trata de cargar el área tras un centro lateral, pero si el rival demandaba algo más de agilidad interior, o un conductor para las transiciones rojiblancas, la referencia del pase tras el movimiento interior de Iker ha estado perdida. También, lógicamente, su soltura para manejar la pelota tras recibirla. Incluso Iñaki Williams, atacando el lado débil desde el perfil derecho, se ha visto penalizado al perderse la influencia de un Muniain que vuelca la atención del rival sobre la banda izquierda del Athletic.
Además de esos tres jugadores del Athletic que generalmente juegan por delante de la pelota, ha habido otros damnificados. A los problemas físicos de Beñat hay que sumar que al ex del Betis se le hace imprescindible un jugador que abra líneas de pase de poca distancia por delante suya. Sin duda, Muniain es el más capacitado para alimentar su juego. En cualquier caso, no todo ha sido negativo con la ausencia del diez rojiblanco, ya que Íñigo Córdoba ha conseguido ganar un gran peso en la primera plantilla. Su explosividad y la precisión mostrada a altas revoluciones han sido un soplo de aire fresco para el Athletic, y ahora una de las prioridades del técnico debe de ser potenciar a ambos a través del sistema.
elfutbolero 14 abril, 2018
Apática temporada del club vizcaíno. Han pecado de una falta de creatividad individual y colectiva imperdonable en la Primera División española, aunque hay que matizar la responsabilidad de Ziganda en todo ello, ya que la grave lesión de Muniain y la falta de continuidad de Beñat ha implicado precisamente el carecer de focos capacitados para la generación de fútbol.
De cara al año que viene, independientemente si se le da o no un voto de confianza al técnico navarro, se hace imprescindible que la secretaría técnica del Athletic peine su mercado particular en busca de opciones que doten a la plantilla de una mayor proporción de perfiles técnicos. Una auténtica lástima el no haber logrado convencer a Ander Herrera antes de que renovara en invierno; habría sido una incorporación brutal, encima a precio cero. En cuanto a los fichajes ya cerrados, el de los laterales Ander Capa y Christian Ganea, aun sin entrar dentro de la mencionada clasificación, suponen refuerzos de interés: al primero ya lo conocemos todos, un lateral predominantemente físico y con alma de extremo, entrará en la rotación con Lekue y permitirá que De Marcos oposite a titular en alguna otra posición (me encantaría verlo de centrocampista con vuelo); el segundo, gran desconocido para la mayoría por su pertenencia a una liga menor, parece ser un lateral de claras tendencias interiores que posee además un magnífico golpeo de balón.
Veremos como acaba la temporada el club de Lezama. Parece extremadamente complicado que logren ni siquiera competir por un puesto europeo, aunque si algo se puede decir de este deporte es que aquí lo imposible solo se da cuando las matemáticas lo dicen de forma explícita.