Con la final de Copa en el horizonte, Balaídos recibió a un Barça inédito, en todas direcciones, en un choque igualado en lo concerniente a la presencia en las áreas, que tuvo en Ter Stegen a uno de los protagonistas de la noche. Con el error, forzado y no forzado, muy presente, con el dominio alterno y las fuerzas parejas, la contienda dejó algunos detalles rescatables entre más de una dificultad para ver puestas en escena de gran calado. Valverde alineó a toda su segunda unidad, dando especial peso a las bandas y a la verticalidad, mientras el Celta se encomendó a su contragolpe y a su estrella, un Iago Aspas que hizo lo que viene haciendo durante toda la temporada.
El choque se jugó en el espacio generado tras un error
Ambos equipos reconocieron mucha facilidad para aprovechar espacios. Sin la intensidad ni la importancia de otros tramos de temporada, vigueses y culés se soltaron posicionalmente con mucha continuidad. Sus hombres interiores, Lobotka, Jozabed, Denis Suárez y Paulinho, dejaron desguarnecido el carril central en favor de una verticalidad que provocó el intercambio constante de transiciones y golpes. Los interiores culés acompañaron a Gomes, mediocentro en el día de ayer, lo que alejó al Barça de muchas fases de control. Apoyándose en un Coutinho más conductor que pasador, la receta del pase no fue una opción. Sólo algunos toques de Paco Alcácer en descarga unía al Barça en sus transiciones. Con ambos interiores rompiendo o llegando a portería, el encuentro se partía con cierta facilidad.
Aspas bailó entre Mina, Vermaelen y Gomes
En esos espacios, el quinteto celtista, formado por Wass, Aspas, Sisto, Maxi y Mendez, atacó en superioridad y lo pudo hacer por los tres carriles. Los cuatro alternaban funciones de amplitud, ruptura y apoyo para articular contragolpes. Y no sólo contragolpes. En situaciones más intermedias, la movilidad del genio de Moaña, sacando de posición a los centrales y castigando la zona de Andre Gomes, el Celta pudo abrir todos los espacios, gozar en ellos y verse con un Ter Stegen prolífico y determinante en muchas acciones de la primera mitad. No obstante, tanta jugada finalizada no le permitió al Celta vivir tranquilo. Su estructura tampoco fue especialmente fiable en la construcción del juego y ciertas desatenciones y errores permitieron al Barça sumarse al ataque con mucho número.
Denis Suárez y Paulinho verticalizaron siempre
La naturaleza de su once inicial se dejó ver en cada ataque. Semedo y Digne subían a la par, Dembelé se dejaba caer por detrás de Alcácer y Denis Suárez verticalizaba en cada contacto con el balón de Coutinho. Quizás fue la intención del líder pararse en el brasileño y que el resto se moviera alrededor de su diestra, pero las potenciales sociedades carecían de altura y finura para templar. No fue lo buscado. El partido se había construido en base al espacio, el pase hacia delante y el ataque multiplicado. En la segunda mitad, con la entrada de Nemanja Radoja y Leo Messi, Unzué y Valverde buscaron un punto de apoyo que había pasado completamente inadvertido en la primera mitad, pero fue Aspas quien continuó generando problemas hasta el gol del empate.
Foto: Octavio Passos
Coronel 18 abril, 2018
Veo al Barça y cada vez estoy más convencido de que le hace falta un centrocampista – interior – que organice y sepa leer los partidos… Ese centrocampista de control, que aporte calma y serenidad en según que momentos, y cree desde la base de la jugada. Llamemosle un Xavi.
Un centrocampista para dominar, controlar los partidos y protegerse a través del balón. Y con un jugador de ese perfil y de calidad, y que aporte ese plus, el salto de calidad en el Barça sería abismal. No entiendo como el Barça lleva 3, 4 años así, careciendo de dicha pieza.
Y no sé si Arthur puede aportar ese plus, porque no lo he visto nunca jamás, aunque sí hablan de que en ese sentido puede aportar grandes cosas. ¿Qué opinas?
Y respecto a lo que comenta @Alejandro Arroyo, gran articulo y muy, pero que muy atinado. Poco más que decir.