Ariel Ibagaza fue el argentino con más partidos disputados de la Liga española hasta que lo rebasó un tal Leo Messi. Es decir, jugó más que Fernando Redondo, Roberto Fabián Ayala, Diego Pablo Simeone, Juan Román Riquelme o Mario Alberto «el matador» Kempes. No por nada traspasó el ser profesional para convertirse en parte de la cultura de nuestro fútbol. Ni hablar de su rol en el deporte balear. Como prueba, el hecho de que en Mallorca se lleve una década utilizando su nombre propio en sustitución de los calificativos «mediapunta» o «enganche». El Caño, aquel niño de 165 centímetros que se trajo Héctor Cúper desde CA Lanús hace (agárrense fuerte) 20 años, triunfó a lo bestia dentro de nuestras fronteras.
La relación principal de Ibagaza no era con los centrocampistas, sino con su delantero centro.
Recuperar partidos suyos y verlos con ojos del presente puede llevar a la sorpresa. Por sus condiciones técnicas y físicas, el subconsciente nos recrea un centrocampista cerebral de mucha participación y enfocado a tareas eminentemente organizativas; o lo que es lo mismo, al típico interior derecho de un 4-3-3 de los que pretenden dominar a partir de la posesión. Pero nada más lejos de la realidad. Incluso dotado de pausa, como todos los futbolistas oriundos de Buenos Aires, Ibagaza destacaba por ser un centrocampista directo y vertical, cuyas principales fijaciones tras recepcionar cada balón residían en el desmarque de su delantero centro y en el espacio que había dejado la defensa del adversario detrás de su espalda. Por eso lo aprovecharon Luis Aragonés y Gregorio Manzano para potenciar al indómito y profundísimo Samuel Eto´o. Por eso se lo llevó Goyo al Vicente Calderón con la intención de presentarlo y consolidarlo como el acompañamiento perfecto para otro joven ariete superdotado: Fernando Torres.
Cuando llegó al Villarreal, tuvo que actuar más como especialista que como jugador global.
Con la intención de definir por completo el perfil de mediapunta al que respondía Ibagaza, cabe señalar que, al ser preguntado por sus referentes, se quedaba con dos hombres de virtudes inconfundibles: José María Gutiérrez «Guti» e Iván De la Peña. Apología por el último pase. Locura por la asistencia final.
El fútbol cambió con el paso del tiempo y la trayectoria de Ibagaza duró lo suficiente como para vivir, y sufrir, esa evolución. 10 años después de emigrar a España, recibió la oferta del Villarreal CF de Manuel Pellegrini, un conjunto que había alcanzado la semifinal de la Champions League dos cursos antes y cuyos estiletes habían sido tres sudamericanos: Marcos Senna, Juan Román Riquelme y Diego Forlán.
Ese Villarreal exigía algo más que encontrar al delantero a la espalda de los defensores, e Ibagaza tardó en adaptarse, amén de que nunca terminó de exhibir el nivel que había tocado en sus dos etapas de bermellón. La batería de interiores compuesta por Robert Pirès, Cani y Santi Cazorla atesoraba condiciones y, sobre todo, lecturas más modernas o variadas que el veterano «Caño», que sin embargo sí cumplió un rol importante como revulsivo activando los desmarques de Rossi y Nilmar cuando los partidos se rompían y estos gozaban de más espacios. En cualquier caso, siempre quedará la duda de qué tipo de futbolista habría sido Ariel Ibagaza de haber llegado a la Europa de los pasadores en lugar de a la Europa que, condicionada por el triunfo de Francia en su Mundial, se agarró a los dobles pivotes como clavos ardiendo. ¿Qué habría sido de su primer pase? ¿Y de los destinados a ordenar? ¿Habrían estado a la altura de aquel que empezó a enseñarnos el potencial de Fernando Torres y Samuel Eto´o? ¿Habría mostrado la calidad de aquel que convirtió en el pichichi de Primera División… a Dani Güiza?
Foto: Jasper Juinen/Getty Images
Calas 2 marzo, 2018
Normalmente, uno asocia los jugadores de su infancia, especialmente los "diferentes", con cierto sentimiento de nostalgia. No es el caso. Dicho esto, dejó una asistencia antológica a Torres en el Camp Nou con un taconazo por encima de la defensa.
Aquí lo dejo, aunque la calidad del vídeo es dolorosa.
https://www.youtube.com/watch?v=z7fEjsB51zI
Yo siempre asocié a Ibagaza con lo que define Abel, un jugador enfocado al último pase, tal vez porque eso es lo único que recuerdo de él, algunas asistencias al espacio para Fernando.