Sin Busquets pero con Rakitic

El duelo de esta tarde entre Sevilla FC y FC Barcelona en el Ramón Sánchez-Pizjuán debería servir como antesala de la final de Copa. Esto quiere decir que, una vez concluido el partido, el resultado bien podría arrojar ciertas pistas de lo que podrá acontecer tras las puertas del Wanda Metropolitano en apenas mes y medio. Sin embargo, toda lectura que se haga del encuentro deberá partir de una misma premisa: Sarabia y Busquets no se vestirán de corto.

Sarabia y Busquets son las piedras angulares de Montella y Valverde. El extremo madrileño lleva 30 partidos consecutivos entre las tres competiciones, y su reemplazo en el 4-2-3-1 será, hasta el poco de empezar, una incógnita por las distintas variables con las que contará su técnico a raíz del regreso de Navas y ante la posibilidad de adaptar por derecha a Nolito o a Correa. Con respecto al de Badia, en cambio, no hay dudas: Rakitic, como ante el Athletic, será quien asuma las funciones más posicionales en el doble pivote.

Rakitic hará de pivote, como ante el Athletic Club

En su vuelta a Nervión, ante la que hace no tanto fue su afición, Iván Rakitic podrá demostrar lo mucho que ha cambiado su fútbol durante todo este tiempo. Su evolución en Can Barça está resultando tan reseñable que, ante la baja de una de las piezas más importantes del sistema, nadie se ha echado las manos a la cabeza. El futbolista croata ya es, a todas luces, un pasador más en el mediocampo blaugrana. Y prueba de ello, como decíamos, fue su última actuación justo antes del parón por selecciones. Sin Busquets, Rakitic ejerció de pivote ante el Athletic de Merino y Raúl García como si ni él mismo se acordase de que antes del gran mediocentro en el que se ha convertido, jugaba mucho más cerca de la portería.

La posición de Iniesta será clave en el Sánchez-Pizjuán

Entre otras muchas cosas, el parón internacional ha servido para constatar que Andrés Iniesta sigue siendo, con diferencia, el mejor interior del mundo para tener el balón. Por mucho que pasen los años, el de Albacete sigue entendiendo mejor que nadie aquello de que dominar, en los tiempos que corren, es sinónimo de adueñarse del círculo central y no, como (aún) auguran Coutinho o Dembélé, de pisar más veces y en menos tiempo el área que sus rivales. De hecho, por cómo se vienen desarrollando las cosas, debido a que el FC Barcelona ha dejado de gobernar como antaño y que sus partidos se resumen en atacar en pocos metros, defender grandes espacios y dividir, a medida que pasan los minutos, la posesión con sus contrarios, es ahora cuando más necesita el equipo de su capitán. Y el Pizjuán, visto lo visto, hoy no será una excepción.

Montella deberá encontrar un reemplazo para Sarabia

En primer lugar porque Iniesta, por izquierda, atacará el pico del área en el que Sarabia, con motivo de su sanción, no podrá echar una mano a su defensa. Y si Montella no consigue hacer ver esto al futbolista que ocupe el volante de Pablo por la derecha, las conducciones de Iniesta y las subidas de Jordi Alba por su lado podrían generar una superioridad que Messi –si es que está para el partido-, Paulinho o Suárez vienen materializando a la hora de probar fortuna desde la frontal; con la inestimable ayuda, eso sí, de quienes, llegando a la vez que el lateral izquierdo, hacen recular a todo el entramado defensivo hasta meterlo en su propia área.

Si Iniesta tiene el balón, esto querrá decir que el Sevilla podrá correr menos. Pero si el guion, o el Barcelona, dicho de otro modo, se lo permitiera –que tampoco sería extraño si ocurriese-, este Sevilla dispone de piezas para correr y/o asentar su juego tras la divisoria, para que luego sean sus hombres de banda los que transformen, tras ensanchar el campo, todos esos envíos en ocasiones. Aunque para ello será crucial la decisión que adopte el napolitano. A fin de cuentas, no es sencillo reemplazar a tu hombre más determinante (8 goles y 7 asistencias) cuando más falta te va a hacer; ya no tanto por sus cifras, sino porque ejecuta como nadie el patrón establecido.