Como sucediera la semana pasada, en la primera tanda de los octavos de final de esta Champions League, en la que Liverpool y Manchester City sentenciaron de manera virtual sus respectivas eliminatorias, el Bayern Munich puso pie y medio en los cuartos de final tras recibir a un Besiktas que, como Oporto y Basilea, cayó tras la primera acometida. Tras los ocho primeros minutos del choque, la resistencia tocó a su fin y el partido dejó paso a un dominio incontestable de un Bayern que jugó con uno más durante 75 minutos pero que momentos antes ya había comprendido lo que necesitaba. El plan pareció clarísimo, escenificado en tres hombres, pero quizás necesitó de cierto descontrol previo para darse cuenta de dónde estaba la ventaja y la tranquilidad.
En el inicio, Talisca cosquilleó a Javi Martínez
Entrezmezclada la sensación de nervios propios con las particularidades del Besiktas, el campeón alemán saltó al Allianz descolocado, adelantando los procesos que posteriormente le llevarían a la victoria, sin la mesura que anticipa su demostrada verticalidad. El conjunto turco de Senol Günes aprovechó la falta de estructura del partido, que la hubo hasta ese citado minuto ocho, para plantarse arriba, intercambiar posesiones de corta duración y estirar a un rival que no encontraba dónde apoyarse. Talisca, Quaresma y Babel tenían situaciones de uno contra uno en sus respectivas parcelas sin haber pensado antes cómo llegar a ellas. Fruto de la precipitación en la que cayó quien más armas tenía para evitarla, el Besiktas inquietó. No lo suficiente, pero el partido estuvo cerca de romperse.
James fue quien comprendió que antes había que pausar
Seguramente hubiera el Bayern pescado más en ese hipotético río, pero un centro al área de Müller, una diagonal con posterior disparo de Coman y un desmarque de apoyo de Lewandowski a la espalda del desorden de los turcos en defensa posicional, todo ello en cuestión de dos minutos, desató… el control. Jugando con el lenguaje, el Bayern rompió la dinámica del choque para templarlo. Y desde la templanza y la horizontalidad, activó su plan, definido anteriormente en tres nombres: James Rodríguez, Kingsley Coman y Thomas Müller. Entre el 9′ y el 15′, hasta la expulsión de Vida, la contienda repartió nuevos papeles y cada uno comenzó a memorizar el nuevo texto. Ese que escribió el cafetero de Cúcuta.
Coman fue, de nuevo, la gran inspiración bávara
James Rodríguez partió de inicio en posición de interior derecha pero rápidamente fue acercándose al balón para ser el mediocentro real de la posesión bávara. Su posición, retrasada y horizontal, fue un mensaje que entendieron los atacantes para colocar peldaños intermedios con los que subir al equipo y juntarlo arriba. Una vez James puso el primer tablón, Coman apoyó como interior, Alaba y Kimmich correspondían con amplitud para fijar defensores y Lewandowski y Müller se repartían apoyo por dentro y presencia en el área. James comenzó a dar pases diagonales y horizontales para instalar a los suyos arriba. Dada la inconexión, en orden y concentración, de las piezas del Besiktas, muchas de ellas dispersas a nivel defensivo, el partido se encaminó hacia el gusto de toda Baviera.
El extremo francés convirtió una victoria en una goleada
Porque una vez ganó estructura el choque a través de la iniciativa del colombiano, el Bayern activó sus bandas y su cambio de ritmo. Y ahí cuenta con un nombre inspiradísimo. Coman, por dentro o por fuera, llegando o combinando, fue quien permitió al Bayern golear en lugar de ganar. Su impulso hizo muy reconocible al Bayern, ofreciendo la posibilidad de sentenciar un cruce que se había puesto para ello. Con la ventaja numérica y táctica, el Bayern ganó línea de fondo para que Müller, Lewandowski y Robben ganaran como el Allianz Arena y Jupp Heynckes han ganado siempre. En el primero de los pasos, con dos matices. James Rodríguez, primero. Kingsley Coman, siempre.
Foto: THOMAS KIENZLE/AFP/Getty Images
Carlos · hace 368 semanas
Carlos · hace 368 semanas
rj-alarcon · hace 368 semanas
MigQuintana 101p · hace 368 semanas
El mejor James es el que mezcla ambas cuestiones.
Y yo creo que sí, que su techo está en esa suma de funciones.
@rj-alarcon
Es que es la gran noticia individual del Bayern. Lo de James se esperaba, lo de Kimmich también... Lo de Coman, con esta contundencia, yo no lo esperaba. Es un futbolista muy desequilibrante ahora mismo. Quizás no tan intimidante como lo va a ser, pero es que eso se coge con los años. Robben bien lo sabe.
Héctor · hace 368 semanas
Carlos · hace 368 semanas
No comprendo tu constante rechazo a James, debo reconocer
Héctor · hace 368 semanas
Desde que llegó al Bayern la prensa le ha querido dar apelativos que no son ciertos: que es el jefe del Bayern, que es el que dirige el juego del Bayern, que es el alma del Bayern, cuando la realidad es que no es así.
Es sólo tomar en cuenta el partido de ayer. Sale James y el Bayern ni lo siente, es más mete 4 goles cuando en la primera parte (con James) sólo hizo 1. Y así hay otros ejemplos, como cuando se goleó al Hoffenheim (5-2) sin James.
Y si nos ponemos a analizar con detenimiento, cuando es el momento en que el Bayern realmente brilla es cuando sus bandas están acertadas, como ayer Coman y luego que entra Robben.
Yo no puedo decir que es mal jugador, en efecto es bueno y se adaptado al Bayern, pero si el Bayern juega bien no es por James, sino que trae una memoria colectiva desde hace rato que Jupp ha sabido aprovechar. Pero la prensa sigue con que las victorias del Bayern se deben a James, como es el caso de este artículo, cuando realmente la aportación para la victoria fue mínima,
rj-Alarcon · hace 368 semanas
Héctor · hace 368 semanas
Me tranquiliza encontrar a alguien que comparta mi pensamiento.
Un saludo