Correa entre la igualdad | Ecos del Balón

Correa entre la igualdad


Ángel Correa tuvo la inmensa fe de creer en aquello por lo que no destaca para desequilibrar un partido nacido y desarrollado para no tener vencedor. Atlético de Madrid y Valencia chocaron entre sí para asumir determinados papeles sin que por ello le tocara sufrir a ninguno de los dos. Habría algún matiz que podría explicar algunas fases concretas, ciertos parámetros que resumieron una mayor iniciativa de los rojiblancos en campo contrario pero no hubo un dominador claro porque así lo quisieron ambos. Sobre todo Marcelino García Toral. El asturiano viene haciendo sus cálculos para competir en enero y llegar a mayo con los deberes hechos. En el Metropolitano no encontró su equipo demasiada lucidez pero sí un orden defensivo, heredado del Camp Nou, que no alejó el asedio pero sí el peligro real.

Marcelino optó por un XI de orden y sacrificio defensivo

Hasta la genialidad del mediapunta rosarino, el encuentro estuvo en campo valencianista. Allí pasó más tiempo, allí recibió más preguntas que en ningún otro lugar y fue allí donde Marcelino quiso probarse competitivamente después del esfuerzo del Camp Nou. Garcia Toral habilitó un ‘XI’ con la misión, como ocurrió en Barcelona, de defender abajo, cerrar el espacio interior y guardar el área, obligando al Atlético a desordenarse y a vivir de su propia creatividad. Simeone situó a Koke en la base, donde viene jugando buena parte de la temporada y jugó con bandas muy ofensivas, que no fueron castigadas en transición pero que bien pudieron serlo. Maksimovic y Vezo en derecha y Gayá y Lato en izquierda trabajaron sin descanso. Su plan no fue bascular ni tener igualdad ante Carrasco, Correa, Vrsaljko y Lucas, sino responder a la recepción de uno de ellos y tapar cada envío o combinación con Griezmann o Costa.

Sin espacios para este último, pero sin ellos para Zaza y Mina, el choque se encalló. Al Atlético le cuesta encontrar ciertas sinergias en los costados. Sin Koke junto a Filipe y sin la posibilidad de incorporar al lateral croata ante el doble lateral che y la defensa tan baja de su equipo, las parejas exteriores del Cholo tocaron mucho la pelota pero sin demasiada gracia. El tipo de pase que se sucedió lo anticipó colectivamente el Valencia para que así fuera y poca imaginación e inspiración se percibió durante los primeros 45 minutos. Koke y Saúl no tenían con quien enlazar al no haber espacio entre líneas. El 4-4-2 del Cholo necesitó de uno de los pivotes para tener tres hombres por fuera y tejer alguna superioridad, pues Griezmann se movía pero no lograba pesar de esa manera en el duelo. Con Koke acudiendo a las bandas, el Valencia entendió que a través de Mina y Parejo, también de Kondogbia, podía escapar de su área y ganar metros.

Koke en la base trató de llevar la batuta

No tuvo tampoco demasiado efecto lo que Parejo dibujó. Su conexión más natural, con Rodrigo, no era posible, así que parar a su equipo arriba fue mucho más complicado. Con Zaza improductivo y con Mina jugando de espaldas y aguantando pero acosado numéricamente por un Atlético que siempre defendía de cara -no recibió ningún tiro a puerta ni fue girado sobre su portería-, el Valencia apenas podía amenazar. El talento y el físico de Kondogbia, impecable por momentos, sostuvo las presiones locales para erigirse como la principal salida de los suyos, un desahogo que no tuvo relevo en una franja posterior. Maksimovic, Mina, Zaza y Lato no pusieron las gotas de calidad.

Desde ese escenario, la segunda mitad, una vez Correa abrió el marcador, Simeone, a través de Koke y Griezmann, buscó mantener igual de cerrado el choque pero teniendo más la pelota. La entrada de Rodrigo Moreno tuvo un significado inmediato. Partiendo desde la izquierda, el Valencia se posicionó más arriba. El ’19’ comenzó a moverse, a mezclar y a tocar y todo tuvo un color más propicio para elaborar un asedio prolongado. El Atlético, que comenzó a defender cada vez más abajo, pensó en tocar antes que en contragolpear, restando continuidad ofensiva a un Valencia ya posicionado, táctica y mentalmente, sobre la frontal de Oblak. El ‘6’ y el ‘7’ sumaron pases y cerraron el marcador, el que abrió Correa de la manera menos pensada, con un disparo desde fuera del área.

 
 

Foto: GABRIEL BOUYS/AFP/Getty Images


5 comentarios

  • DavidM_SVQ 5 febrero, 2018

    "Maksimovic, Mina, Zaza y Lato no pusieron las gotas de calidad."

    Como dice Arroyo, ayer no pusieron las gotas de calidad, pero es que lo raro sería que lo hicieran. Ninguno de esos 4 me parecen futbolistas capacitados para doblegar a un Atleti basándose en la calidad. De hecho, para mí juntar a esos 4 es quizás la combinación con menos calidad de las que puede disponer Marcelino (Guedes, Soler y Rodrigo sería la más talentosa).
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  • elfutbolero 5 febrero, 2018

    Típico partido en el que el Atlético impone el partido que más le conviene (ritmo bajo, pocas ocasiones, interrupciones que eviten la continuidad fluida del encuentro) y lo acabó ganando por la calidad de sus jugadores, superior a la de 17 equipos de la competición. Los centrales valencianistas lograron secar a la peligrosa doble delantera local, pero no se mostraron intimidantes en campo contrario hasta que Rodrigo, en un sorprendente rol de centrador, logró agitar un poco el encuentro, aunque sin premio en el marcador final.

    Me gustó el partido que Correa hizo después de anotar el gol. Pareció como si ello le liberara de esa especie de ansiedad que lo lleva tantas veces a la precipitación, a jugar sin levantar la mirada del piso cuando recibe el balón. Un gran talento el argentino, por pulir sin duda, pero talento al fin y al cabo.

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  • AArroyer 5 febrero, 2018

    @DavidM_SVQ

    Fue un XI de circunstancias y de "sufrimiento". Y de ahí intentó Marcelino seguir dotando de competitividad a jugadores de rotación, pero evidentemente se echaron en falta muchísimas cosas. Mismamente, cuando entró Rodrigo, ya se sentía otra cosa. Qué bien juega Rodrigo. Qué bien juega.

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  • igmomae 5 febrero, 2018

    Un falo y el sistema se viene abajo. Una mala interpretación de una situación y un gol. Ayer Gaya, mejor dicho los últimos partidos, de nuevo fue el eslabón que rompe la táctica del Valencia. Correa encontró y marcó su gol, ese gol que tanto le cuesta. El partido fue una disputa táctica con un Valencia teniendo el balón en su campo e intentando obligar al Atlético a ir a por el balón dado su once "ofensivo", pero Simeone tiene bien entrenado a los suyos y el repliegue bajo lo mantuvo obligando al Valencia a jugar horizontal hasta encontrar un hueco en el sistema colchonero movido por el ansia de los jugadores de Simeone. Ni con una defensa "al hombre" de Simeone con sus centrales el Valencia pudo acercarse al área, tan solo esa última jugada de la primera parte que atrapa Oblak.
    La segunda fue un calco de la primera hasta que llegó el gol. El aficionado pedía hacer daño pero Simeone sabía que eso significaba riesgo y sus jugadores lo interpretaron a la perfección. Con Rodrigo y Soler el equipo fue más vertical pero le faltaba profundidas, esa profundidad que Montoya da a su equipo. El partido es una idea de lo que querrá Marcelino el jueves, un sistema que obligue al rival a desesperarse y buscar su oportunidad para buscar el gol que empate la eliminatoria.

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  • Ujfalusi 7 febrero, 2018

    Yo es un tema que quería comentar desde hace ya un tiempo: ¿Tiene Maksimovic nivel para el Valencia,incluso para un equipo de mitad de tabla?

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