Cristian Portugués ‘Portu’ fue el autor del gol que le dio al Girona un nuevo punto en esta temporada, esta vez en el Metropolitano. Desde que desembarcó en Primera División, los de Machín se han expresado a través de su sistema de juego, tan claro, conciso y competitivo como el que más. Y todo eso pudo observarse incluso en un día gris. No porque pasara grandes dificultades sino porque se quedó atragantado con el particular planteamiento del Atlético y aún así, supo sacar partido en ataque, en gran parte por la posición, movimientos y tenacidad de su segundo punta, el propio Portu.
Simeone calcó el sistema del Girona: 3-4-2-1
De manera absolutamente inédita y quizás derivado de lo aprendido tras chocar con sistemas de tres centrales y cinco defensas, Diego Pablo Simeone planteó, desde el inicio hasta el final, por primera vez como técnico rojiblanco, un sistema espejo al de su rival, con tres centrales, dos carrileros, dos medios, dos mediapuntas y un delantero, exactamente el mismo dibujo que define al conjunto gerundense de Pablo Machín. El experimento fue especialmente raro en el argentino, cuya metodología, tanto defensiva como ofensiva, se ha labrado en todo momento por crear simetrías, con un reparto zonal equitativo organizado en un 4+4 innegociable, hubiese un mediocentro entre las dos líneas (4-1-4-1) o dos bandas más ofensivas (4-2-3-1).
El caso es que dicha idea tiene la contraindicación de despoblar el mediocampo si los carrileros forman con asiduidad en línea de cinco. El matiz estuvo en que Vrsaljko y Carrasco subían posición para emparejarse con Aday y Mojica. La cuestión era igualarse por mímesis. Ubicadas las 22 piezas, al Girona le costó construir; entender dónde podía generar la superioridad para desorganizarse y encontrar la veta. Por eso, Bernardo o Ramalho no encontraban líneas de pase fáciles -carrileros marcados, Granell y Pons jugando de espaldas- y jugaban en largo hasta perderla. El Atlético no pagaba ningún peaje de un plan algo inmovilista y que desdibujaba sus posibles ventajas.
Portu se movió por zonas que el Atlético no tenía controladas
En ataque, de hecho, la posición de Correa fue un problema, porque no equilibraba el ancho del campo, exigía demasiado a Vrsaljko y complicaba la circulación de la pelota. Seguramente no fue lo que buscaba Simeone, que encontró su premio, después de otra ocasión previa de principios similares, cuando sus tres puntas merodearon y dejaron entrever cómo se están repartiendo el último tercio. Diego Costa sólo, y de manera constante, cae a la derecha, la mediapunta y la punta queda para Griezmann y es Correa quien acompaña todos esos movimientos con actitudes de segundo punta y no de extremo. Así está funcionando la delantera de este Atleti.
Lo cierto es que potencialmente, Portu entendió mejor que nadie entre los suyos lo que podía suponer un contacto suyo con el balón. No dio muchos, no comprometieron en exceso a su rival, pero su posición y su dinámica de movimientos no tenían vigilancia ni corrección automática. Cabía la posibilidad de que no le detectaran. Portu es parte de un engranaje que de por sí facilita que Portu pueda quitarle puntos al segundo clasificado.
Foto: Denis Doyle/Getty Images
deris 21 enero, 2018
Demasiados partidos ya del Atlético jugando en el alambre. Intentando que en el partido pase lo menos posible, defendiendo ventajas exiguas (1-0) y dividiendo el balón en lugar de dominarlo.
En resumen, jugando de la misma manera un partido en casa contra el Girona que una visita al Camp Nou.
Jugando así, un día te puede salir cara, como en Ipurúa (donde el Eibar tuvo ocasiones para empatar y le faltó suerte) y otros días te sale cruz como ayer. Lo que tengo claro es que jugando a cara o cruz no se ganan títulos, y así le va al Atlético esta temporada.