Defender al otro lado del Atlántico | Ecos del Balón

Defender al otro lado del Atlántico


Yerry Mina ha fichado por el FC Barcelona tras casi dos años de seguimiento muy cercano de su evolución desde la casa culé. Ha llegado en enero dado que tanto club como jugador han pensado que era el momento, muy a pesar de un Palmeiras que quería seguir manteniéndolo en sus filas. No era para menos: son muchos quienes afirman que se trata del defensa central más dominante de América en los últimos años. Por lo menos, el mejor del Brasileirao. Con esas credenciales, sin embargo, un velo de duda ha caído sobre el fichaje. No tanto por su nivel, que también es un misterio para gran parte de la crítica, sino por su adaptabilidad al contexto Barcelona, un club bandera táctica europea que ha tardado más de un lustro en volver a contar con una batería de centrales compuesta por jugadores con esa denominación de origen.

¿Tiene sentido tanto escepticismo? El trasvase entre las culturas futbolísticas de Sudamerica y Europa siempre fue motivo de discusión. Hay algo entre la experiencia, la genética y la sensibilidad que produce formas muy diversas de expresar y sentir el mismo juego, aun hoy dentro del mundo globalizado. Sudamerica y Europa, como epicentros del fútbol que hemos conocido, separadas por un océano inmenso, durante todo el siglo XX tuvieron un entendimiento disímil del fútbol, más allá de una evolución táctica paralela que los llevó bien por caminos distintos al mismo lugar, o a lugares diferentes a través del mismo camino. En el archivo del blog de este medio, otros articulistas han explorado varias de esas teorías e historias, especialmente centradas en la relación del sudamericano con la pelota y como se diferencia de la que tiene el europeo con el balón. El fichaje de Yerry Mina sirve de excusa para revisar cómo en ambas culturas se entiende algo dispar por defender.

LA MARCACIÓN ELÁSTICA

El fútbol moderno empezó con el cambio de la regla del fuera de juego en 1925, que eliminaba la necesidad de tener por delante a tres futbolistas rivales para no caer en él. Desde allí se desencadenó todo: los repliegues, por ejemplo. Como ya no era tan fácil dejar en offside a los rivales, los equipos comenzaron a retroceder para organizarse cerca de la portería. O los marcajes al hombre. En ‘Táctica y Estrategia’, Carlos Peucelle cuenta como antes del cambio del reglamento, el sistema piramidal funcionaba básicamente con cuatro defensores, un medio-centro que creaba juego y otros cinco delanteros. Era un sistema estándar. Con el cambio de reglamentación, los sistemas de juego se diversificaron para afrontar la nueva realidad defensiva. En Inglaterra, y por influencia británica en el resto de Europa, se comenzó a defender con marcajes individuales muy de cerca y comúnmente ordenados por pares numéricos, potenciado esto por la afiliación de la mayoría del continente a la ‘WM’ de Herbert Chapman.

Pero en Sudamerica las cosas no fueron tan sencillas. El viejo sistema piramidal había convertido a los center-half sudamericanos en jugadores tótem del juego. Ni en Brasil ni en Argentina estuvieron prestos a adoptar el sistema inglés. Entre el orgullo y la razón, se negaron a abrazar la ‘WM’. Sí vieron con buenos ojos quitarle responsabilidades de llegada al mediocentro y se mantuvieron adeptos al 2-3-5, con muchas otras variantes y organizaciones, que incorporaban incluso alineaciones con cuatro defensas, pero siempre partiendo desde esa formación reina. ¿Cómo hicieron entonces en Sudamerica para afrontar los retos defensivos que traía consigo el cambio normativo de 1925? Peucelle, en el mismo libro, da la respuesta: la marcación elástica.

Sudamerica encontró sus propias soluciones al cambio de regla

Del otro lado del Atlántico, se siguió defendiendo en zona y se idearon una serie de ajustes colectivos para defender hombres, pelota y espacio sin que eso implicase perder a la emblemática figura del centrojás. Los jugadores del sistema defensivo no estaban obligados a centrarse en un jugador rival o un pedazo de césped, sino que eran obligados a leer y responder a las exigencias de la jugada, incluso a veces dejando algún hombre libre puesto que su peligrosidad, dadas las condiciones de ese momento particular, eran las menos, y alentando a cuidar a los jugadores más inmediatamente relacionados con la acción y sus posibilidades de tiro y acercamiento al área. En su exposición, Peucelle entra en el detalle absoluto: es imperdible.

Pero la marcación elástica no solo era la forma de organizarse, hacer permutas y tomar decisiones. También tenía que ver con la aproximación técnica al arte defensivo. Mientras las marcaciones al hombre de Europa promovían un atleticismo acentuado y un juego físico, en Sudamerica se promovía uno más de lectura, inteligencia y gesto técnico. En la apropiación que se hizo en el continente del foot-ball, el dribbling se convirtió en parte idiosincrática del juego sudamericano. Los atacantes sudamericanos eliminaban contrarios con mucha más facilidad que los europeos a través de su arte con el balón en movimiento. Peucelle, por ello, era muy receloso del jugador que iba a buscar al atacante, a riesgo de ser eliminado, y valoraba más aquel que esperaba, llevaba al delantero a una situación de la que no podía salir y así le quitaba el balón o este lo perdía por quedarse sin opciones.

En una entrevista recién llegado a España en 1953, Alfredo Di Stéfano es preguntado sobre las diferencias entre los sistemas europeos y sudamericanos, a lo que, tras explicar muy parcialmente el mecanismo de permutas en la defensa zonal, destaca brevemente que el defensor europeo es más rígido y el sudamericano más elástico, pues este dejaba dominar la pelota al contrario. La consciencia del defensor sudamericano de la destreza de sus pares ofensivos lo llevó a entregar algo de espacio y tiempo a costa de no perderlo todo, llevando el juego a un duelo de lectura y engaño antes que a una contienda atlética.

LÍBEROS Y STOPPERS

Los sonados fracasos de las grandes tradiciones futbolísticas de Sudamerica durante la primera mitad de la década de 1950, más allá del triunfo uruguayo en la final del Mundial de Brasil, abrieron el camino de la importación de conceptos tácticos europeos. En realidad, los popularizaron puesto que ya en la década de los treintas algún centro europeo había llegado a sembrar semillas de europeísmo en ese lado del Atlántico. Si para el ataque se miró el legado húngaro, para defender se buscó el espejo suizo e italiano. En Argentina se habla de decadencia por la cada vez más masiva adopción de sistemas defensivistas, los marcajes pierden elasticidad y se hacen más fuertes, desembocando en una era de violencia que en Buenos Aires pone al fútbol como prisionero y que en Brasil corta las carreras de sus mejores jugadores. El defensor sudamericano se volvió duro. Violento y cínico, aunque no por ello abandonó su estilo. Quizás el más brillante defensor argentino de su generación, Roberto Perfumo, fue preguntado en 2002 sobre cuál de los defensas argentinos de entonces veía más parecido a él. Nombró a Walter Samuel y subrayó que a él le gustaba «cuando el defensor hace que el delantero vaya a él, cuando se lo chupa».

A nivel de sistema, las defensas de cuatro se convierten en el marco común. Aunque se siguió prefiriendo la zona, los marcajes al hombre, que antes eran extraños, por influencia extranjera se convirtieron en algo usual. Pero no se tardaría mucho en adoptar el sistema que en Italia y Alemania causaba furor: el del líbero. Un hombre detrás de la defensa que se encargaba de corregir todos los desajustes posibles del sistema de marcaje individual. Seguramente no fue Osvaldo Zubeldía el primero en traer el líbero, pero sí el de más éxito: con Ramón Aguirre Suárez de escoba y Raúl Madero por delante, Estudiantes le dio un giro al catenaccio: ellos tiraban el off-side. Achicaban. Se lo llamó antifútbol y era deplorado, pero creó escuela cuando ganó y no dejó de ganar.

La formula del líbero y el stopper se multiplica por Argentina y por Sudamerica. No solo por el éxito de Estudiantes, sino por el de la Holanda de Rinus Michels, que, de uno modo más extremo, aplicaba el mismo concepto: Arie Haan de líbero y Rijsbergen de stopper. Y achicando. En la Colombia de Yerry Mina, donde Zubeldía llegó en 1976 cambiándolo todo para siempre, se usó a rajatabla: el Nacional campeón del propio Osvaldo con el argentino Miguel Ángel López de líbero y, atención, Francisco Maturana de stopper, o más tarde el Deportivo Cali, subcampeón de Libertadores con Bilardo en el banquillo, con Miguel Escobar de líbero y Henry ‘La Mosca’ Caicedo, a quien el futuro técnico campeón del mundo apodaría El stopper de América’ por delante.

Tanto en Europa como en América, las defensas de ‘4’ se popularizaron

La fiebre del líbero y el stopper en defensas de cuatro estaba en todos lados… menos en Brasil. Quizá encandilados por sus triunfos mundialistas, los brasileños no tomaron tan a la ligera la nueva disposición estándar. Primero porque el culto al volante cabeça-da-área, el mediocentro, seguía existiendo, y segundo porque dentro del gen brasileño estuvieron desde el inicio los defensas que atacaban. Una de las observaciones típicas de europeos que veían el fútbol brasileño antes de que fuera el emperador del mundo era asombrarse de que en un momento dado alguno de los defensas tomara la pelota, subiera por el campo y terminara la jugada con un trallazo desde treinta metros a la escuadra. ¿Anarquía? Libertad y orden. El sistema del líbero y el stopper daba la opción a solo uno de los suyos de subir por normal general y el brasileño no estaba dispuesto a ello.

Es algo que queda realmente claro si se recogen declaraciones como la del genial Mário Sergio, fallecido en la tragedia del Chapecoense, y Fred, jugadores del Botafogo en 1977, quienes en una entrevista conjunta afirmaron que «Brasil no podía dejar de jugar con el volante cabeça-da-área y que aquello sería «como si los europeos aboliesen el líbero». O las del ex jugador de Barcelona y Real Madrid, Evaristo de Macedo, ya en su época de entrenador, criticó la decisión de Lazaroni de jugar con líbero afirmando que no había ningún equipo en inferiores ni en todo Brasil que usara la figura. Cuando se le confrontó porque él en algún momento lo había hecho en el Fluminense, estuvo rápido en decir que «el equipo que tenía era tan malo que no podía hacer otra cosa» y que apenas pudo reforzarlo, abandonó toda idea de líbero.

Los únicos ejemplos prominentes de líberos en Brasil fueron los dos centrales de Brasil durante la Copa de Alemania 74′, Marinho Peres y Luís Pereira. Ambos bajo la dirección técnica de Rubéns Minelli y ambos con un pasado común. Marinho jugó de líbero en el Internacional de Minelli de finales de los 70’s tras volver de Barcelona donde, en la manera europea, había jugado de líbero. Luis Pereira, el más brillante de los defensas brasileños de la década, vivió una experiencia similar en el Atlético de Madrid, incluso jugando en defensas de tres, y cuando volvió a Brasil en los 80’s, coincidió con Minelli en el Palmeiras y este lo puso a jugar de líbero.

El fútbol brasileño siempre dio espacio a los defensores que atacan

Marinho y Pereira fueron de los primeros defensores sudamericanos en ir a Europa. La transferencia de delanteros, aunque no era común, tampoco era extraña en la era en blanco y negro, pero la de gastar el dinero en traer defensores era raro. El más destacado fue seguramente José Emilio Santamaría, que dijese sobre su paso por España que «quizá esperaban que fuese más contundente, pero aquella no era mi forma de jugar». Parecido se pensaría de los brasileños, que impresionaron al público español con sus subidas al ataque, tranquilidad y pachorra para jugar, muy lejos del juego físico y áspero al que asociaban el defender. Lo mismo pasó con Ramón Heredia, central en San Lorenzo, pero convertido en líbero a su llegada al Atlético de Madrid, donde sorprendió que «siempre saliese jugando» y de donde destacó una mejora física para darle más contundencia a su juego como única mejora respecto al jugador que se fue de Argentina.

Esa narrativa se seguiría viendo por lo menos durante una década más. Por ejemplo, el brasileño Edinho tuvo un paso fenomenal por el durísimo Calcio italiano de los 80s. En Brasil, jugando con el Fluminense, Edinho se hizo famoso por sus subidas y su vocación goleadora, una fogosidad que incluso era extrema para el paladar brasileño. Tras tres años en Italia, fue entrevistado por Placar y anotó que en Italia lo habían adaptado a la posición de líbero, desde la que seguía incorporándose al ataque, pero ahora era un jugador mucho más «consciente a nivel táctico» y que, no solo se había adaptado al sistema de marcas al hombre, guardando la espalda de los creativos, sino a «guardar energías» para cuando sus idas al ataque tuvieran sentido.

LA LÍNEA

Habíamos dicho que Sudamerica y Europa avanzaron paralelamente a nivel táctico y quizás no hay ejemplo más claro de ello que la superación de la defensa al hombre. Desde sus inicios, el marcaje individual había causado disgustos. Y aunque la fórmula del líbero y el stopper se hizo regla, hubo quiénes o bien se negaron a ella, como Menotti, o decidieron partir de allí para trabajar en algo nuevo.

La oposición a la marcación individual no podía ser la del marcaje en zona. Esa discusión había tenido su momento treinta o cuarenta años antes y al final había ganado tracción la primera y no la segunda al descubrirse que se podía defender hacia adelante y cuidar los desajustes defensivos que podría causar sin renunciar a ese extra que te daba ese tipo de marcaje. Sin embargo, el ejemplo de Holanda 74′, dio pie a que promotores de la defensa en zona tuviesen voz. El famoso «la mayoría de los goles son por no achicar» de Menotti no era el grito al aire de un Quijote sino un sentimiento muy generalizado.

Sudamerica tuvo sus versiones autóctonas del fútbol total

La clave la tuvo una escuela de entrenadores uruguayos dirigida por José Ricardo de León y que tendría ramificaciones en Paraguay con Aníbal Ruíz y muy especialmente en Colombia. Entrenado por Zubeldía, el mismo Ruíz y por Luis Cubilla, además de admirar a De León, un muy joven Francisco Maturana se le dio por la dirección técnica en 1986 y tuvo un éxito inmediato. Su discurso de juego, que conectaba la sensibilidad estética del fútbol sudamericano con las necesidades tácticas históricas que este tenía entonces y había tenido en el pasado, lo llevó a las plataformas de Atlético Nacional y la selección Colombia, causando furor. El modelo de juego de Maturana no solo rompía con el molde líbero-stopper, y apostaba por la zona, sino que le daba un nuevo giro: se debía defender en línea.

Además de defender teniendo más en cuenta el espacio y la pelota que a los jugadores rivales, Maturana había diseñado un sistema defensivo que se movía como una coreografía, al unísono, y que daba flexibilidad de presionar más o menos y a diferentes alturas del campo. La que prefería Maturana, no obstante, era la más alta posible… siempre y cuando tuviera al portero líbero más extremo que había visto el fútbol, y que tardaría veinticinco en años en volver a ver algo similar, en la portería. René Higuita era el complemento ideal para el invento, pues permitía reducir el campo a sus mínimas proporciones sin miedo a dejar mucho espacio activo a la espalda de la línea.

En Europa, al mismo tiempo, Sacchi hacía sus cosas con el Milan, en una versión mucho más agresiva en el pressing y de un nivel físico superior. Y quizá por ello el italiano estaba tan maravillado con la obra de Maturana: no necesitaba de las piernas bestiales de sus futbolistas para lograr el mismo efecto. La postal de la célebre Intercontinental de Tokyo, jugada en muchos momentos con ambos conjuntos en un espacio no superior a treinta metros donde los veinte jugadores de campo operaban para hacer caer a su contrario en fuera de juego una y otra, y otra vez.

Con la zona en línea, la preocupación del central pasaba menos sobre el duelo individual y más sobre la disciplina táctica y la lectura de juego para llevar a cabo las tareas del sistema. En Colombia, la idea fue rápidamente acogida por todas salvo por los discípulos de Bilardo y en Sudamerica tardó entre poco y nada en ser acogida por todos. El dominio de los clubes que la aplicaban en la Copa Libertadores, bien los colombianos o los paraguayos, era notorio. En Europa, el éxito del Milan hizo lo propio. ¿Significaba eso que los defensas europeos y sudamericanos estaban en sintonía táctica por primera vez? Puede que sí.

Maturana fue el nombre bandera de toda una escuela de entrenadores sudamericanos

Con excepciones, la línea de cuatro se tomó el fútbol de todas las latitudes y en menos de diez años el marcaje al hombre pasó a verse como obsoleto. En relación a la adaptabilidad del defensor sudamericano al juego europeo, significó un alivio: las principales críticas del europeo no aplicaban más: por un lado, la pérdida del marcaje rígido había acabado con la necesidad de excesivo roce con la que el sudamericano no se sentía cómodo, además de que el desembarque de cada vez más atacantes sudamericanos a Europa daba sentido al estilo elástico a la hora de defenderlos; y por otro, la organización sincronizada reducía la sensación de anarquía y desorden que generaba dudas en el europeo. Así, jugadores como Lucio eran mejor recibidos porque ya de fábrica traían un mayor sentido de la responsabilidad táctica y la disciplina de cuidar la posición, quedando simplemente en manos de sus entrenadores en Europa el moldear su madurez.

UN MUNDO NUEVO

No obstante, la progresiva pérdida de calidad en el fútbol sudamericano producto de la imparable fuga de estrellas que causó Bosman, más pronto que tarde supusieron un cambio en ese status quo adquirido. La baja calidad generó un fútbol en el que la organización inicial desapareció, transformando los campos de fútbol de América en latifundios enormes que nada tenían que ver con los espacios mucho más cerrados con los que se jugaba la Champions League. El ritmo, las edades de los jugadores, la preparación física y un sinfín de factores volvieron a disparar las diferencias culturales. El defensor sudamericano de repente pasó a ser un hombre de área, que sufre lejos de la misma, y nada fiable, per se y en general, dentro del ecosistema europeo.

El caso que mejor puede ejemplificar esa transformación es el de Thiago Silva. Con un talento y un carácter de campeón que lo llevó a ser considerado en algún momento como el mejor central del mundo en la época de Sergio Ramos, Silva tuvo que regresar a Brasil rápidamente tras su primera aventura en Europa por no haberse adaptado. Luego, tuvo que recalar en el fútbol de élite más rezagado del viejo continente para poder brillar, lo que no evitó que un vez salió de allí sus carencias quedasen retratadas cuando fue expuesto a escenarios más modernos.

Sudamerica se está comenzando a adaptar a los nuevos modelos de juego

Asimismo, las revoluciones europeas de la última década han tocado fieramente el rol del central en Europa y lo que significa la posición. Valores como la anticipación sempiterna y lejana o la salida de balón sistematizada han ganado peso frente a virtudes antiguas como la defensa del área o el mano a mano puro donde los sudamericanos solían ser reyes. Y allá apenas se están poniendo al día.

 
 

Foto: David Ramos/Getty Images


30 comentarios

  • ManuelXeneixe 31 enero, 2018

    Genial ….con respecto a modelos de jugadores colombia parece el unico pais sudamericano en querer producir un pepe en este lado del mundo

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  • Uruguayoafull 31 enero, 2018

    Precioso repaso de la historia de la defensa en ambos continentes. A modo de aporte Ricardo De León fue técnico de C.A. Defensor que en el año 1976 con su estilo de juego rompe con la hegemonía de los equipos grandes del fútbol uruguayo (Peñarol y Nacional siempre habían salido campeones) y sale campeón por primera vez un equipo denominado chico.
    Y por otro lado quisiera saber estimado Eduardo José algún concepto del defensa chileno ELias Figueroa que para mi viejo fue de lo mejor que vio como defensa técnico, abrazo grande y gracias por la cátedra.

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  • Abel Rojas 31 enero, 2018

    @ Uruguayoafull

    Los contenidos que hay sobre Figueroa de los partidos de los Mundiales son preciosos. Si te interesa mucho, te recomiendo su visionado.

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  • Abel Rojas 31 enero, 2018

    El artículo es una auténtica barbaridad. Enhorabuena a Eduardo, porque se ha salido del pellejo.

    Y me quedo con su duda, ¿eh? Hay una duda latente: el futuro. Para mí, futuro va a haber porque la preparación física y técnica de los defensas latinoamericanos les da una versatilidad muy importante. De hecho creo que tienen más margen de maniobra que muchos europeos y además, por norma, más condiciones. Pero… hay ahí un tema con el chip que… a ver cómo se resuelve.

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  • Eduardo Ustariz 31 enero, 2018

    @ Manuel Xeneixe

    Bueno, yo creo que no deja de ser irónico que nombres precisamente a Pepe (Caso que estaba en el primer draft de este artículo, pero saqué porque se me iba a 5000 palabras) que es brasileño.

    En el caso colombiano hay un tema de inferiores que no me parece baladí: la cultura de juveniles está muy poco estructurada. Los clubes en general dejan el trabajo formativo a escuelas de fútbol amateur, muchas de ellas poco organizadas y en condiciones precarias, y a profesores no muy formados. El caso de Mina es muy típico: realmente no hizo inferiores. Salió del pueblo en el que vivía, se probó en los dos equipos de Cali, no quedó, se fue a la otra capital más cercana, Pasto, y ahí con edad de debutar, entró al equipo y en cuestión de nada ya era titular en primera división.

    ¿Qué tipo de formación es esa? Yo mismo hice parte en mi niñez del ciclo de escuelas de fútbol y sé que los conceptos que me enseñaban, el lenguaje con el que hablaban hace veinte años sigue siendo el mismo: líberos, stoppers, etc, etc. La actualización de paradigmas viene, en el mejor de los casos, dentro del fútbol profesional y no en los ciclos de formación juvenil. Pero no es anormal que pase cuando el futbolista llega a Europa.

    Las mejores canteras, por captación y estructura, son las del Deportivo Cali y el Envigado, pero la de Nacional quizás sea la más moderna por influencia de Juan Carlos Osorio. Ahora hemos sacado un chico que a mí me tiene muy loco, que me parece de un potencial superior tanto a Mina como a Sánchez, y que ya se verá si llega o no, pero tiene en su formación fútbol de ahora. Es decir, llegó así al profesionalismo.

    @ uruguayofull

    Sí, tuve que recortar mucho la parte de De León y esa escuela porque, de nuevo, se iba a un artículo exageradamente largo. Pero el profesor dejó una huella muy grande en el fútbol sudamericano. La suya fue la revolución del "Fútbol Completo". El haber aterrizado en un país sin identidad futbolística, más allá de algunas cosas que dejó El Dorado, sirvió de lanzadera para que sus ideas dejaran una huella muy fuerte sin haber sido campeón ni nada por el estilo.

    Sobre Elías, quise centrarme más en jugadores que hubiesen jugado en Europa y sus experiencias en la adaptación a un fútbol distinto, pero muy posiblemente, Figueroa fuese el mejor defensor sudamericano de los años 70's. Y tuvo su repercusión. Ganar el Rey de América en la década de los 70's no era cosa sencilla y él lo hizo tres veces. Aunque sus partidos más conocidos son como líbero, y de ahí muchas comparaciones con Beckenbauer, en Brasil, Elías jugaba de central. En Youtube hay varios partidos de él (Hay una librería inmensa del fútbol brasileño de la época, de hecho). Y también sus partidos en Copa del Mundo.

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  • AArroyer 31 enero, 2018

    No sé si me gusta más el contenido, la exposición y desarrollo o el debate potencial. T-e-x-t-a-z-o.

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  • Lucas 31 enero, 2018

    Sin duda un lujazo .

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  • Abel Rojas 31 enero, 2018

    Lanzo dos preguntas y me encantaría que Kun las respondiera, pero invito a todos a hacerlo:

    – ¿Qué habría sido de David Luiz de haberse formado en Europa?
    – ¿Qué habría sido de Gerard Piqué de haberse formado en Sudámerica?

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  • Eduardo Ustariz 31 enero, 2018

    @ Abel Rojas

    Yo creo que ahora mismo se está dando un caso primerizo en la historia del juego: América ha tenido que copiar a Europa. No es que haya llegado al mismo lugar a través de un camino distinto, sino que ha tenido que ir a copiar lo que está pasando en la Champions League. Pero claro, las circunstancias, el contexto, las herramientas, etc, están generando una versión autóctona del juego. Y es muy interesante lo que está pasando. Bajo las mismas consignas, se están creando realidades y paradigmas tácticos que en Europa no. La Copa Libertadores del año pasado fue la de más nivel en muchos, muchos años. Y la de este año invita a superarla. Los entrenadores de vanguardia están marcando diferencias como lo hiciesen los de la "línea" en la generación de Maturana. De ahí pueden salir cosas muy chulas.

    Luego, a mí hay un caso que me llama mucho la atención porque lo viví muy de cerca y es un jugadorazo de culto: se llama Alexis Henríquez. Al final, ha terminado siendo el mejor central colombiano de su generación, que es la de Falcao, Macnelly y tal, así que tampoco es que lo tuviese muy difícil, pero en 2010 fue su último convocatoria con la selección y tampoco ese que figurase mucho. Y era normal. Hasta entonces era un tipo normalito, con menos condiciones que gente como Zapata. El caso es que a su vida llegaron Juan Carlos Osorio, Reinaldo Rueda y Juan Manuel Lillo, y con 30 y tantos firmó un 2017 de locura jugando a salir como se sale en Europa. Y vivió retos muy europeos, como el Barcelona de Ecuador y su versión del gegenpressing o el Botafogo de Jair (el hijo de Jairzinho) que también plantaba una defensa posicional en campo contrario. Henríquez, central zurdo, se salió del pellejo superando esas cosas. Con ciencia y arte. Y eso es algo que aprendió casi que pasados sus 30 años. No tenía un talento especial ni destacaba por eso. Lo aprendió… sin perder su carisma autóctono. De hecho, lo acentuó.
    https://www.youtube.com/watch?v=YYIZ9kfoUew

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  • Abel Rojas 31 enero, 2018

    Desde luego parece un jugador muy afín a tus gustos ^^

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  • 9Luther_Blissett 31 enero, 2018

    Ostras vaya textazo se ha marcado el amigo Kun, me parece muy dificil realizar un comentario que haga justicia a su trabajo.
    Yo voy a hablar de donde me dí cuenta de que en ambos continentes se llegó a un punto parecido aunque por caminos distintos y fue cuando visione la final de la Intercontinental entre Estudiantes de Zubeldia y el Feyenoord de Ernst Happel y me dí cuenta de que, en una versión setentera de la Intercontinental entre Milán y Nacional, ambos equipos achicaban el campo y tiraban la trampa del fuera de juego. Cuando uno piensa en tirar el fuera de juego uno piensa en el Ayax de Cruyff pero aunque podía haber sido una influencia para su rival holandés estaba claro que no podía serlo para los argentinos en primer lugar porque el Ayax aun no dominaba el mundo y en segundo porque los años anteriores ya había realizado esta táctica en las Intercontinentales (recuerdo un gol de Rivera en la vuelta de la Intercontinental anterior por tirar mal el fuera de juego). Ambos habían llegado al mismo lugar pero por distintos caminos (hay quien dice que Maslov y su Dinamo de Kiev es el eslabón que une ambos equipos) pero realmente la finalidad del achique en ambos equipos no era similar. En el equipo pincharratas se trataba de acortar la cancha, que se jugase en menos metros mientras que los holandeses lo realizaban sobre todo para dejar a sus rivales en fuera de juego y recuperar el balón (al menos eso me parecio a mí, no se que pensareís vosotros).
    Por cierto que poco valorado está a este lado del Atlántico (el europeo) la figura de Maturana. Su Nacional fue el equipo que más difícil se lo puso en una final al gran Milán de Sacchi (solo en la prologa con un gol de tiro libre de Evani lo pudieron superar) y con muchos menos medios, sin supercrack fichados y con mucho trabajo y buenas ideas.

    Por cierto Eduardo José estaría bien que nos hablases de la Curva Maturana para que nos enteraramos bien de hasta que punto llegó la sofisticación del cuadro "Verdolaga".

    Una pena que no se le diera la oportunidad en Europa que merecía Maturana, se pensó en él para el Real Madrid pero finalmente se fichó a Benito Floro, Mendoza veía en ellos ecos de Sacchi pero al final se decidió por el español, hubiera estado muy chulo y seguro que nos hubiera divertido mucho ver a Maturana al menos un par de temporadas en el Madrid.

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  • ManuelXeneixe 31 enero, 2018

    @Eduardo el tema de nombrar a pepe viene ligado al prototipo de central que se quiere fomentar vender aca en colombia …un central rapido, atletico que de ser inferiores de algun equipo europeo fuesen bestias … es una gran verdad el tema de inferiores … creo que recien se empezo un trabajo para años futuros … pero no dejan de ser exponentes por ejemplo el santa fe y tipo de central que maneja sus ultimas versiones

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  • Vilariño 31 enero, 2018

    @Kundera

    Qué textazo! Lo he disfrutado muchísimo. Quizá, en los 70 hubiera añadido a Oswaldo Piazza, que fue una estrella europea en el Saint Etienne. Su preparación física era inigualable y subía como un loco. Era casi un hombre extra en el medio del campo. Piazza subía y Bathenay cubría en el mediocampo. López, el stopper por antonomasia del fútbol francés, era quien les guardaba las espaldas.

    @LutherBlissett

    Maturana hubiese pegado mucho en ese Madrid de inicios de los 90, que seguía buscando darle continuidad a la Quinta y su fútbol. No sé si habría triunfado con un equipo en la cuesta abajo, pero habría sido interesante, desde luego. Aunque la apuesta de Floro también lo fue.
    Bonito ejercicio de fútbol ficción imagina a Maturana usando la pareja Sanchís-Hierro en defensa, dirigiendo al rey de las pisadas Prosinecki o a Gica Hagi.
    Una cosa sí tengo clara: Andrés Escobar en lugar de Ricardo Rocha hubiese sido una locura. Sanchís-Escobar y Hierro por delante suena fantástico.

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  • Adrián Cervera 31 enero, 2018

    En la actualidad nos viene un nuevo update, defender alto teniendo que controlar los apoyos de los adelantados más desmarques que exploten los tremendos espacios a la espalda.
    Hasta ahora los equipos de Posición están encarando las presiones altas a través de sumar más apoyos con los adelantados (Willian Jose, Joaquin, Zurutuza, Oyarzabal, Tello, Suarez, Messi, Maxi Gómez, Aspas, etc.). Pero cada vez tienen más problemas para tener continuidad en campo rival (por eso el Barça empieza a jugar a través de la Presión+Recuperación). Equipos como el Betis o la Real Sociedad dan muchísimos pases en campo propio y no se asientan en el rival, por esto mismo, la evolución será atacar los espacios con los más adelantados y por esta misma razón triunfa el Modelo Leganés, veremos si los Mantovani, Bustinza, Siovas y compañía son capaces de sujetar acosos y de repente correr hacia atrás 25 m. a máxima velocidad.

    En mi caso, también somos equipo de posición, estamos utilizando el 3-3-4. Los 4 delanteros fijan cada uno a un miembro de la línea de 4 para que no puedan salir a medios, si consigues una circulación completa, el interior que recibe en lado débil tiene multitud de espacios a explotar simplemente con un apoyo de un atacante que te saque un defensor de la última línea. Evidentemente necesitas 1 ó 2 jugadores que dominen el juego al espacio. La verdad es que nos está funcionando muy bien, de momento…

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  • Adrián Cervera 31 enero, 2018

    Por cierto @Kun, felicidades por el texto. Magnífico.

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  • Rodrigo 31 enero, 2018

    Tremendo! Una joya. Me interesa mucho el tema táctico-cultural y como se manifiestan las idiosincracias en algo tan simple como jugar a la pelota (como le decimos aca en Chile)
    Me tomo el atrevimiento de pedirles recomendación de lectura conplementaria al tema.
    Llevo tres años leyendolos y este artículo es de lo mejor que me he topado, aplausos de verdad.

    De los centrales de los ultimos años en Sudamérica, me quedo con Godín y Gary Medel (tira la nacionalidad). Mezclan buenas virtudes tácticas, físicas y de liderazgo defensivo.

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  • David_Mata_Ecos 31 enero, 2018

    Aporto mi granito de arena.

    José Nasazzi, mariscal del fútbol olímpico uruguayo y estilisticamente, un claro precursor del libero. Se adaptó de maravilla al cambio en la ley del offside y le sacó mucho partido. No era tan fuerte con balón como otro olvidado, Domingos da Guia, jugador con el que, por cierto, compartió equipo en Nacional de Montevideo. Quizás haya sido la pareja defensiva más fuerte de la historia del fútbol mundial.

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  • JCValeron 31 enero, 2018

    ¿Y Yerry Mina? ¿Qué opinión os deja?

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  • Charlie Saa 31 enero, 2018

    @Tema Pepe

    Dávinson es el producto más parecido que ha Pepe que ha salido de Colombia en los últimos años. Sin duda. Aunque, valga la pena mencionar, durante su formación fue mediocampista y fue en Atlético Nacional, lleno de hambre, donde debutó de central "porque fue donde le tocó".
    Mina es bastante distinto a Pepe. Hombre, es que es lento. Se parecería algo más, por mecionar nombres del debate, a Henríquez. Incluso, salvando proporciones, siempre he mencionado que me recuerda esa lentitud con notable sentido de anticipación de Piqué.

    Me llamó la atención que Eduardo llamase a Henríquez el mejor central de su generación. Nunca lo pensé así. Creo que la dirección técnica colombiana ha prorizado por un largo tiempo centrales con condiciones físicas dominantes. Aunque bueno, Mario Yepes tampoco era un central rapidísimo y tuvo una carrera altamente notable, tanto en la selección como en clubes. Claro que es 8 años mayor.

    @Tema Mina

    El artículo ha sido muy interesante. ¡Felicidades!

    Sin embargo, me quedé con las ganas de saberlo. Detrás de esto, ¿Eduardo piensa que hay un reto de adaptación a Mina que tomará tiempo, o que hay una distancia "insalvable"? De ser un tema de tiempo, ¿cuánto tiempo llevará? ¿Es el Barcelona el mejor contexto para Mina? Tengo mil preguntas más, pero conformaría con esto! Saludos!

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  • Rusia2018 31 enero, 2018

    @ Eduardo

    "Las mejores canteras, por captación y estructura, son las del Deportivo Cali y el Envigado, pero la de Nacional quizás sea la más moderna por influencia de Juan Carlos Osorio. Ahora hemos sacado un chico que a mí me tiene muy loco, que me parece de un potencial superior tanto a Mina como a Sánchez, y que ya se verá si llega o no, pero tiene en su formación fútbol de ahora. Es decir, llegó así al profesionalismo. "

    ¿ A quien te refieres ? tengo mucha curiosidad.

    excelente texto!

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  • Homero 31 enero, 2018

    Me gustaría conocer la opinión de Mina. Creo que por desgracia Valverde no le va a dar mucha bola y yo creo que con muuuucha paciencia y minutos ahí, hay central.

    Respond
  • Eduardo Ustariz 31 enero, 2018

    @ Abel Rojas

    ¿David Luiz en Europa? Pues, principalmente, se hubiera domado la bestia, quizás al punto de matarla. Imagino que el resultado hubiese sido algo del estilo de Sergio Ramos, que no deja de ser algo como lo que Enric González definió en un artículo que enlazo como "tipos con las piernas de un lateral, el físico de un central, los pies de un líbero y el cerebro de un mediocentro". El mejor Luiz posible encaja en esa descripción y supongo que eso es lo que se hubiera intentando esculpir.

    ¿Piqué en Sudamerica? Tengo la impresión de que no hubiera sido un futbolista tan dominante. Por su altura y biotipo, habría sido convertido en un central puramente cuevero. Y luego, su juego con pelota hubiera estado inclinado hacia otras cosas en las que creo no hubiera destacado tanto: el pase largo, por ejemplo. Hubiera sido, sin dudarlo, un futbolista peor. Aunque quizás hubiera estado más capacitado para lidiar con ciertos jugadores y ciertas situaciones. Al suelo habría ido mejor, por ejemplo ^^.

    @9LutherBlisset

    Lo que cuentas de Maturana y el Madrid está bien encausado, pero los detalles no los tienes perfectos. Cuando en 1991 hubo elecciones a presidente del Real Madrid, la carta de reelección de Mendoza en el banquillo era Maturana, que contaba con un prestigio altísimo a pesar de la irregular campaña con el Valladolid. Mendoza pactó con Maturana que de ganar las elecciones, él sería el entrenador para la 1991-1992. La temporada en curso había iniciado con Toshack, pero ahora dirigía Di Stéfano. Maturana aceptó. No podía asumir de inmediato por estar entrenado al Valladolid. Mendoza ganó y en medio de la temporada, Di Stéfano tuvo que dar un paso al costado y para la jornada 28 llegó Antic. Maturana y su cuerpo técnico llegaron a firmar contrato según noticias del 28 de mayo de 1991, pero tras el gran rendimiento de Antic, Mendoza quiso confiar en el yugoslavo para la plantilla. A cambio, le ofreció a Maturana ser el director deportivo y bala de recambio por si lo de Antic no salía bien, que fue lo que pasó al final. Maturana, coherente con su discurso y personalidad, desechó el ofrecimiento de Mendoza aludiendo que, primero, a él lo que le gustaba era entrenar, y segundo que no pensaba que era justo con un colega de profesión aceptar ese juego. Maturana había pedido jugadores. Dos de ellos, Andrés Escobar y Carlos Valderrama. Seguramente hubiera sido un Real Madrid muy distinto que pudo cambiar muchas cosas de hoy ^^.

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  • Eduardo Ustariz 31 enero, 2018

    @ManuelXeneixe

    Bueno, pero yo creo que eso es perder la esencia de lo que es Pepe. Y tampoco creo que sea el prototipo de central que Colombia ha formado ni creado. De hecho, diría que se busca y se forma otra cosa. Mismamente, Sánchez recuerda más a Varane que al portugués y creo que él mismo intenta tirar por ahí. ¿Qué central colombiano me parece "más Pepe"? Felipe Aguilar. Lo que pasa es que no tiene el físico del portugués, pero él quiere jugar a eso. Creo que su talento está en otro lado, pero el propio Aguilar no deja de intentarlo ^^.

    @Svilariño

    Sí, ese es otro que también entra dentro del molde de adaptación de los brasileños que nombré. Como Passarella, también, diría.

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  • 9Luther_Blissett 31 enero, 2018

    @Vilariño
    A mi la única duda que me da el Maturana por Floro es hasta que punto le hubiera respetado la plantilla al colombiano, quiero decir, no tengo claro si lo hubieran tomado en serio. Mis recuerdos de la época no son demasiados claros pero recuerdo al Valladolid de Maturana que, a pesar de hacer un buen primer año, se le tomaba como un poco extrafalario.

    Por cierto uno de los últimos reductos del marcaje al hombre ha surgido desde Sudamérica. Me refiero a la influencia de Bielsa quien prefiere la marcación individual a la zonal aunque en este caso, en vez de defensivismo, lo que busca Bielsa es apretar al contrario arriba pero una de sus bases es que para hacer una buena presión no debe haber un hombre libre en la zona por lo que debe haber igualdad numérica. "(Bielsa) era agresivo, buscando que cada hombre ganara su duelo personal (…) era la sumatoria de batallas individuales ganadas" reconocía Manuel Llop que jugó para él en Newell´s. Esto lo hemos podído ver en la Liga con uno de sus discípulos, el Toto Berizzo quien realizaba marcajes individuales por todo el campo.

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  • 9Luther_Blissett 31 enero, 2018

    Eduardo Ustariz

    Toda la razón, acabo de ver una entrevista a Maturana en la que lo cuenta. Mendoza apostó por Antic después de hacer 19 de 20 puntos posibles. Al año siguiente Antic fue destituido cuando iba en primera posición con tres puntos de ventaja sobre el Barça de Cruyff en la primera liga de Tenerife. Dejo aquí el enlace a la entrevista http://www.elpais.com.co/deportes/firme-con-real-

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  • Eduardo Ustariz 31 enero, 2018

    @charlie saa

    Tampoco creo que Dávinson sea parecido a Pepe. Es otra forma de defender y jugar, aunque sea un bicharraco físico. También es otro tipo de cuerpo. La elasticidad de Pepe no la tiene Sánchez. Un jugador que yo sigo viendo verde en todo, pero sus condiciones son tan fabulosas, y su carácter tan demoledor, que se impone a todo. Quizás está tocado por la varita de los grandes.

    Cuando hablo de la generación de Henríquez, hablo precisamente de esa generación que vino después de los Iván Ramiro, Yepes o Perea. Esa que más o menos empieza con Aquivaldo Mosquera, pero que tiene nombres como José Julián de la Cuesta, Cristian Zapata, Carlos Valdés, Francisco Nájera, Andrés Felipe González, Humberto Mendoza… esa gente. Creo que simplemente su mejor versión es entre mejor y bastante mejor que cualquiera de las de sus pares de generación. Sin embargo, su explosión tardía lo marginó de la selección de los suyos. Creo que hoy sería titular si hubiese entrado al grupo de 2012, algo que por nivel quizás mereció más que, por ejemplo, Valdés o Aquivaldo en ese entonces.

    @Rusia2018

    Hablo de Carlos Eccehomo Cuesta. Generación 99, la misma del 'Cucho' Hernández. Este vídeo es de un día normal. https://www.youtube.com/watch?v=skTZQhfrOjA

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  • Daniel 31 enero, 2018

    Pienso igual en que el sistema defensivo europeo hoy en día pide cualidades muy diferentes a las que la mayoría de defensores sudamericanos poseen. Y para rematar el central colombiano joven y con todo ese escepticismo en cuanto a su juego llega nada más y nada menos que al Barcelona que es el equipo que en Europa por su sistema exige aún más de esas cualidades que son más innatas del europeo. Pero espero que el seguimiento que hizo el Barça haya tenido cómo conclusión que es un jugador al que se le pueden explotar y potenciar dichas cualidades

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  • Roger 1 febrero, 2018

    Poco puedo decir respecto al tema, por lo que dejaré el comentario dando las gracias por lo increíble del texto. Seguid así!

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  • Santiago Estrade 1 febrero, 2018

    @Adrian Cervera

    Interesante ese dato, porque en efecto vendría a ser una evolución en el modelo de ataque posicional (y por ende, la defensa) que lo hace híbrido entre posicional y transicional. Se parte el campo en mitades y en la propia se construye en posicional para "forzar" una transición hacia la mitad rival con espacios a la espalda de la defensa (básicamente, inventarse una contra).

    ¿Podría ser este el nexo que una la Premier con Europa? Quizás, esa reinvención sea la que tienda a buscar perfiles de atacantes más mixtos, más físicos (por velocidad y recorrido, no tanto por fuerza), más premier. Puede que lo que se está viendo ahora en Inglaterra sea el homólogo en ataque UK-Europa de lo que se está hablando en defensa Sudamérica-Europa. Se está llegando al punto medio que une los dos estilos, pero viniendo desde el lado opuesto. Por un lado, ellos adaptan su fútbol de box-to-box a algo más asociativo y controlado y, por otro, nosotros mutamos hacia un juego de posesión + profundidad.

    Europa crea los espacios a la espalda para transitar gracias a que el propio estilo combinativo con salida en corto de los equipos grandes favorece el achique. Así que se baja la fase de creación al primer tercio, practicamente. Y se lanza a los atacantes desde donde el achique no les penaliza al espacio: en tu campo no hay fuera de juego.

    Inglaterra se suaviza para poder controlar los partidos en Champions. Pero no puede perder su esencia, entre otras razones, porque dejarían de valerle la mitad de los jugadores de la liga por su biotipo y la idiosincracia táctica en la que se han formado.

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