Con 21 años, Gonçalo Guedes ya ocupa un lugar de trascendencia en el fútbol internacional. La primera explosión de su carrera deportiva, la que está experimentando en Mestalla a las órdenes de Marcelino García Toral, le sitúa como uno de los upgrades más interesantes de la vigente selección campeona de Europa de cara al Mundial de este verano. Y algo quizá más potente si cabe: también como una de esas apariciones que concede la oportunidad de ganar La Liga a un club que no sea ni el Barça ni el Madrid.
Guedes reúne en esta prematura etapa de desarrollo suyo dos de las tres condiciones que convierten a un gran futbolista en uno de esos pocos jugadores que marcan la diferencia de verdad: posee varias virtudes acentuadas hasta alcanzar un nivel tan superior al promedio que provocan un claro efecto de fascinación y complejo -siendo la más clara su brutal velocidad mientras lleva la pelota controlada- y es perfectamente consciente del potencial que eso le atribuye y de cómo tiene que enfocarlo para sacarle el jugo.
Gonçalo Guedes representa un perfil único y sin semejante en la sugerente plantilla del Valencia CF.
Su papel en el Valencia CF consiste en equilibrar y completar un sistema ofensivo donde él es la única fuente de aquello en lo que él destaca. Es decir, se trata del único atacante ché provisto de cambio de ritmo, de una conducción de balón impactante, de un esprint de rapidez sostenida en distancias largas y capacitado para canalizar un contragolpe por sí mismo. En una plantilla y, de hecho, un once titular donde prima la especialización y no tanto un dominio global del juego, Guedes es quien da sentido práctico y competitividad a los sugerentes pero a su vez limitados registros de hombres como Simone Zaza o Rodrigo Moreno, que hoy por hoy, acompañados para la súper promesa lusa, constituyen una pareja de delanteros sumamente influyente, y siempre para bien, en los envites del conjunto valenciano.
Pese a su visual disparo a portería, la determinación es uno de los puntos a consolidar por el chaval.
Los otros dos grandes atributos que atesora este extremo pasan por su capacidad de desmarque y por el descomunal chut que insinúa. Guedes es oriundo del país de Cristiano Ronaldo y muestra una gama de movimientos seguramente no comparables a los de la leyenda pero desde luego sí de una ambición, una complejidad y un acaparamiento espacial bastante superior al habitual. No es en absoluto extraño distinguirle movimientos que nacen en el costado izquierdo y que terminan en el pico opuesto del área del adversario; o sea, es capaz y acostumbra a completar desmarques que, zonalmente, implican a dos o tres defensores que deben escalonarse en su atención o dejar sus lugares iniciales, ocasionando un conato de desorden que pasadores como Parejo y Soler alimentando a maestros sensitivos como Zaza o Rodrigo aprovechan con creces para inspirar ataques colectivos, reflexionados y de mucha calidad.
El otro de los sellos a los que se ha hecho mención radica en su poderoso disparo de larga distancia, sobre el que de momento sólo ha habido flashes. Extraordinarios, desde luego, pero flashes. Y es que precisamente en consolidar su poder de intimidación estriba el salto que debe afrontar y superar de cara a instalarse no en el escalón de Neymar y Mbappé como modestos sucesores de Messi y Ronaldo, pero sí en la terna que dará relevo a esa otra aristocracia compuesta por los Ribéry, Rooney y resto de aspirantes teóricos al Balón de Bronce. Sus guarismos en 11 partidos de Liga no están nada mal, al fin y al cabo le avalan tres goles y cinco asistencias, pero por lo que se infiere de su juego, son cifras que difícilmente vayan a seguir creciendo al mismo ritmo. De hecho, crea menos de dos ocasiones y chuta menos de dos veces por partido pese al notable funcionamiento que ha exhibido hasta la fecha el Valencia CF. Un notable funcionamiento que, como ya se dijo, sin Gonçalo Guedes se vería inaccesible.
Foto: JOSE JORDAN/AFP/Getty Images
roumagg 30 noviembre, 2017
Con el subidón de ser la primera generación campeona de su país, Pepe a este nivel, la consolidación de los Silvas y de Guerreiro, la mejora de Carvalho y la irrupción de Guedes, un Rui Patricio que ya se demostró capaz de marcar diferencias hace año y medio, y Semedo, mucho ojo a Portugal este próximo verano si puede disfrutar de que su estrella no llegue entre algodones como en 2014. Son muchos más recursos que en 2016, y en dinámica ganadora. En concreto, Guedes para planes de repliegue más contra es una inyección de velocidad que puede ayudar muchísimo a que los CR, Nani y Quaresma ataquen los espacios de cara. Y ya no es que sea un jugador de rol; es que si mantiene este nivel ahora mismo posee una autosuficiencia que en un torneo de selecciones es oro.
PD: Siento el off topic, pero, hablando de jóvenes promesas, ¿en qué posición veis a esta " https://mobile.twitter.com/KaizerT8_/status/93550… " haciendo carrera? ¿Mediocampo? Yo estaba seguro de que acabaría jugando en la base por su falta de gol, pero su evolución física me está haciendo dudar.