Los futbolistas más próximos a la élite que tiene la Selección son los que componen su pareja de centrales titulares, Kostas Manolas y Sokratis Papastathopoulos; dos defensores que se han modernizado y pueden competir en equipos de líneas adelantadas pero que responden al molde de salva-vidas cueveros para cuyo diseño se utilizó el fútbol de Traianos Dellas. Incluso uno de los grandes ausentes de la convocatoria, el épico protector de Butarque Dimitrios Siovas, actúa en esa dicha posición. Y la verdad es que no habría modo en que yo me creyese más las posibilidades de Grecia para meterse y competir en el próximo Mundial que un eje de tres centrales con los tres citados marcando con su sello el tono colectivo. Manolas, Sokratis y Siovas, la única herencia de la Euro de 2004, no son peores que Dellas ni Fyssas.
6 comentarios
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No estaría mal un articulo intentado entender como en un ciclo de 4 eurocopas y en tiempos modernos (1992-2004 ) se pueden producir dos "accidentes " que pongan como ganadores a equipos como Dinamarca o Grecia , unos con sus jugadores 10 dias antes de vacaciones y el otro ganando con un futbol residual …
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Cierto es que lo de Dinamarca fue espectacular. Menudo despliegue atlético y menuda verticalidad. A tumba abierta. Campeonato impresionante de Polvsen. El partido con Holanda fue memorable y la final con Alemania heroica. Lo de Grecia fue más una resurrección momentánea del catenaccio ancestral con alguna pincelada moderna
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@Lucas
No creo que sea fútbol residual. Me ví todos los partidos de Grecia y casi todos de aquella Eurocopa. El equipo heleno jugó muy bien a su manera. Un sistema defensivo cerrando filas, unas contras punzantes, los segundos tiempos de Tsartas… jugó a lo que tenía que jugar y lo hizo de escándalo.
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Dinamarca y Grecia no fueron accidentes. Ambas exprimieron al maximo sus virtudes. Otra cosa es que casi nadie apostaramos por ellas al comienzo del campeonato. Y que otras muchas selecciones con a priori infinidad de recursos no dieran la talla.
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De Dinamarca hay una intrahistoria muy triste, la de Kim Vilfort. Acudió al torneo con su hija de 7 años hospitalizada por leucemia. Solo aparecía a la concentración para los partidos y se marchaba al finalizar a Dinamarca para irse al hospital. Tuvo el premio de marcar el gol definitivo en la final y es emocionante verlo llorar solo en el centro del campo, seguramente consciente de la desgracia que iba a ocurrir solo 10 días después de acabar la Euro.
Marcos kriger 7 octubre, 2017
Me imagino un escrito del gran Marc Roca hablando de los 3 centrales helenos.