Formó parte de numerosos equipos tan reivindicables como talentosos durante toda su carrera, que fue extensa e irregular, de la que se rescatan años concretos y momentos puntuales de un nivel que apuntó muy alto no hace tanto tiempo. Anunciada su retirada a los 36 años, y habiendo sido parte de un fútbol anterior al de Cristiano y Messi, una era que cuesta casi recordar, Rubén Gracia ‘Cani’ construyó su nombre entre Zaragoza y Castellón, antes de marcharse entre lágrimas de su Romareda natal.
Hablar de Cani, pues, es hacerlo del fútbol español de la última década, la más importante en términos de estilo e identidad, pues fue un centrocampista que se vio reflejado en el ritmo de la España de Luis y que fue parte importante de equipos que se expresaron de forma parecida.
Cani: «Os anuncio públicamente mi decisión de poner fin a mi carrera deportiva. Después de casi 25 años disfrutando de este deporte maravilloso, ha llegado el momento de decir adiós. El Real Zaragoza ha sido mi vida, mi pasión, donde tendré siempre mi corazón. Aquí llegué de niño, y aquí me he hecho como persona».
Cani arrancó en Zaragoza como un mediapunta no especialmente clásico, que jugaba por dentro pero también por fuera y que no entraba en contacto con la pelota de manera continuada pero sí decisiva por las zonas y el ritmo imprimido en ellas. Recordando el equipo maño más completo del que fue partícipe, Cani fue pieza importante de un vértigo muy evidente que anticipaba las características del mejor momento de su carrera, que llegaría con posterioridad, en un Villarreal prototípico, el del 4-4-2 y bandas dinámicas y flexibles.
Con la particularidad de jugar siempre en equipos de dos puntas, y reforzándose el papel del lateral en campo contrario, Cani representó en su amanecer la figura del mediapunta que partía desde banda. Así pues, y hasta la llegada de Pep Guardiola, solía diferenciarse entre posesión y toque/combinación. Aquel Zaragoza, vibrante en la segunda; vertical y alegre, con Milito y Ewerthon, también Sergio García, y Cani y Óscar en bandas, colocaba a sus jugadores de una manera tan singular como representativa, con especial protagonismo de los costados para apoyarse y lanzar. Su última temporada en tierras aragonesas le valió para probar.
Con Garrido se vio al mejor Cani: técnica, zancada y verticalidad
El Villarreal de Manuel Pellegrini, semifinalista de la última Champions, pagó 10 millones de la época, una cantidad realmente considerable. Cani llegaba a un equipo realmente paradigmático considerando qué importancia, rol y lugar en el campo habría de tener el mediapunta. La línea y la altura que le correspondía al ’10’ iba a convertirse en una zona de paso, ocupada por muchos, dándole a los picos del área el punto de reunión en el que las jugadas se elaboraban y se aceleraban. El técnico chileno, con quien Senna, Riquelme y Forlán ya se habían puesto en el mapa, formó la estructura que dio y sigue dando cabida a muchos jugadores que nacieron para asistir tras recibir, esperando entre líneas y que tuvieron que crecer en la banda aún perteneciendo a sistemas protagonistas.
Pellegrini anticipó con Cazorla y Pires, dos futbolistas extraordinarios, lo que después, con Iniesta y Silva, también el propio Santi, representó el fútbol de posesión, toque y ritmo que levantó la Eurocopa de Viena. Sin tanta calidad para rasear y proteger la pelota, Cani se dio cuenta con el tiempo lo que le gustaba también correr y transitar. Si uno recuerda el Villarreal de Juan Carlos Garrido, que hizo de Cani uno de sus pilares en el juego, los matices más reseñables tenían que ver con el ritmo más alto. Con Bruno en el ‘5’, Valero a su lado, Cazorla y Cani, más Nilmar y Rossi, la fluidez era tan precisa que cada ataque posicional parecía vestirse de toques contados y rápida finalización, el fútbol más definido por el futbolista aragonés.
Con ese recuerdo, y con el submarino descendido, Cani había encontrado la manera de expresar, ante una hipotética pregunta, cómo se le recordaría; cómo jugaba Cani. En la categoría de plata, Marcelino, en una temporada extraordinaria, otorgó el último gran papel al exzaragocista, la última pincelada que dejaría Cani en sistemas basados en el 4-4-2 de toque, no tanto de posesión, y verticalidad. Los hombres de banda creaban triángulos con Pellegrini, después también carriles con Garrido y García Toral. Cani fue un ‘hombre Villarreal’, un concepto que sigue presente en un club cuyos equipos responden al sentir de una escuela transversal.
Cani: «En general, lo que plantea el entrenador (Marcelino) nos hace más directos y menos previsibles para el rival. Quizá en Primera no, pero en Segunda era necesario ese cambio y nos ha venido bien. Los equipos quieren jugar menos y nos tenían tomada la medida”.
Con la intención de hacerle recordar por última vez quién era, Diego Pablo Simeone llamó a su puerta en enero de 2015, seguramente para darle sentido a sus contragolpes, necesitados de un punto de apoyo y arranque, también su ataque posicional, huérfano en esa banda de Filipe Luis, que marchó a Londres. No sirvió apenas para lograr ese objetivo, pero la intención y la idea que escondía definía bien el perfil de futbolista que fue Rubén Gracia, un tipo de centrocampista plenamente vigente y que en sus mejores años fue, también, plenamente fantástico.
Foto: JAVIER SORIANO/AFP/Getty Images
AArroyer 101p · hace 391 semanas
Personalmente le recuerdo impresionante en el Villarreal de Garrido. Ya fue importante con Pellegrini, aunque no titular, pero con Garrido creo que se vio no sólo al mejor Cani, sino el más cercano a sus mejores virtudes.
Coincidió con una generación tremenda en la Selección pero yo creo que tuvo nivel en ese momento para ser convocado, sinceramente. Tuvo momentos buenísimos.
deris · hace 391 semanas
Recuerdo cuando Simeone le trajo al Atlético a mitad de temporada, fue bastante intrascendente porque le pilló ya un poco pasado de forma y encima entrar al Atlético recien llegado no es fácil, sin embargo me queda la sensación de que un Cani en plenitud habría sido un jugador ideal para el Cholo. Si nos fijamos en sus virtudes y estilo de juego, cumple casi a la perfección con lo que pide Simeone de sus interiores de banda. No es difícil entender por qué le reclamó, pese a que ya no estuviera al nivel necesario para rendir como se vió después.
AArroyer 101p · hace 391 semanas
Ofensivamente sí, pero defensivamente el Cholo hubiera tenido muchisimo trabajo con Cani, diría que más que con Arda. Creo que Cani hubiera tenido problemas similares a los de Nico Gaitán, jugador que se me asemeja bastante.
MigQuintana 101p · hace 391 semanas
Carlos · hace 391 semanas
Aunque me quedo con los partidazos que hizo en las goleadas al Villarreal (4 a 1) y Real Madrid en la Romareda.
Pienso que más jóven y motivado, sobre todo, con Marcelino pudo haberse visto al mejor Cani pero no lo vi así. Coincido que en su irregular pero larguísima carrera con Garrido se vio al mejor Cani.
Abel Rojas 130p · hace 391 semanas
Mmmm. Yo la verdad es que sí que creo que llegó a su pico jugando con el Villarreal de Juan Carlos Garrido en aquel equipo que tenía a Bruno, Borja Valero, Cazorla, Nilmar y Rossi. Para ir más allá... no creo que tuviera la técnica o el físico necesarios. Y desde luego, me parecía flipante en aquel conjunto. Yo me quedé muy contento con su carrera :-P
Luis · hace 391 semanas
Por cierto, que buena la distinción entre juego "de posesión" y "de toque", a veces me da la sensación de que se tiende a englobar en la misma idea a equipos que hacen cosas muy diferentes con el balón. El ejemplo más claro es el de la Selección, se habla de Aragonés y Del Bosque como una misma cosa, y para mí eran completamente distintas, aunque tuviesen en común el protagonismo con el balón.