La andadura de Juan Carlos Unzué como entrenador del RC Celta de Vigo no ha arrancado de la mejor de las maneras posibles. Su equipo ya está logrando poner en práctica varios de los conceptos sobre los que debe estructurar su futuro, sobre todo en la salida de balón, pero continuamente se está encontrando con un problema que le está penalizando en exceso: los errores individuales atrás.
No es algo nuevo en Vigo. A pesar del gran trabajo de Berizzo a la hora de cuidar la competitividad individual y colectiva de todas las líneas, ya el año pasado este problema lastró sobremanera al Celta en Liga. Pero lo que está sucediendo esta temporada va más allá.
Errores en salida (1-1 Real Sociedad o 1-0 Espanyol), problemas de marcaje (1-2 Real Sociedad o 1-1 Betis), despistes técnicos (1-3 Real Sociedad), falta de tensión (2-1 Betis) o, directamente, fallos que engloban varios de estos apartados, como el 1-1 del Geta ayer. Son demasiados, sobre todo por no estar vinculados de ninguna manera con lo que va sucediendo en el partido. Cierto es que los errores en salida son una consecuencia derivada del modelo, que se asume que es un peaje que todo equipo así debe pagar y que incluso va a restar en fases como en la primera parte del Espanyol, donde a pesar de tener un 63% de la posesión de balón el Celta fue muy dominado, pero el resto de problemas no responden más que a temas individuales de futbolistas que, en todo caso, tienden al error.
Sólo Hugo Mallo tiene una línea regular en la parte de atrás.
Jonny Castro lleva dos temporadas sufriendo un cambio de perfil que en su caso parecía del todo natural. Gustavo Cabral, a pesar de ir ganando en experiencia, no ha ganado ni control sobre su juego ni control sobre los rivales. Andreu Fontàs, tras la lesión, siempre ha dejado a deber. Sergi Gómez siempre ha tenido como debe la falta de contundencia en ciertas acciones. Y Sergio Álvarez lleva más de dos temporadas con uno de los balances más negativos de la categoría por el exceso de fallos y, sobre todo, la falta de aciertos.
El partido ante la Real Sociedad fue paradigmático.
El partido de ayer dejaba, hasta el minuto 85, un bonito debate acerca de las diferencias entre el Celta de Pablo Hernández y el Celta de Daniel Wass, pero el tanto de Ángel Rodríguez volvió a poner el foco en las áreas. Mientras Maxi Gómez está consiguiendo convertir cada balón que se pasea por el área pequeña en un motivo de celebración para Balaídos, Sergio no está consiguiendo minimizar un problema endémico del que también es parte. Porque cada vez que un equipo pincha al Celta de Unzué, éste se desangra hasta cuando no hay ningún motivo futbolístico más para ello.
Gerardo 22 septiembre, 2017
Achacar el mal inicio de temporada a fallos individuales me parece bastante reduccionista – lo digo como aficionado del celta que se ha visto todos los partidos-.
Primero, el Espanyol nos dió una auténtica clase táctica que demuestra que o bien el equipo no está suficientemente trabajado, o el equipo no dispone de los elementos para jugar la táctica que se pretende o bien que los rivales saben como contrastar perfectamente este tipo de juego y que no disponemos aún de variantes de juego lo que enlaza con el primer punto.
Todas estas responsabilidades son del cuerpo técnico y la dirección técnica.
El partido del Espanyol fue digno de análisis táctico del que yo no tengo capacidades pero invito a que me iluminen, porque me dio la impresión de que el Espanyol sabía exactamente donde, como y con qué intensidad presionar para que el Celta se deslabazase.
La salida de balón llego a estar tan embotellada que Lobotka jugando de pivote tuvo que retrasar su posición hasta ponerse incluso por detras de los dos centrales. En esos momentos el Celta tenía tres jugadores por detras del primer jugador rival. No se cómo se van a generar superioridades, la ventaja de sacar el balón jugado, en otras partes del campo cuando partes con una desventaja de 11 vs 8.
Ayer en la segunda parte el Getafe subió la línea de presión y el Celta se deshizo como un azucarillo en un vaso de agua.
Yo como aficionado del Celta estoy muy preocupado y creo que el mal juego no obedece a fallos individuales, que también, pero a una suma de los factores antes mencionados.
Por último creo que un entrenador tiene como objetivo y meta sacar el máximo potencial de los jugadores que se tiene. Las limitaciones técnicas (técnicas y fallos de concentración que es una carcterística del caracter) de jugadores como Sergio, Cabral o Jonny, Sergi, eran conocidas por Unzué como eran conocidas por Berizzo. Insistir en una salida de balón que hace que el balón pase un alto % de tiempo por estos tres jugadores, que han cometido muchos fallos similares en el pasado, me parece arriesgar muchísimo, y una decisión quizá equivocada.
El tiempo dirá si el sistema funciona, de momento y claramente, no.