Sevilla y Maribor jugaron un encuentro marcado por la diferencia de calidad entre ambos equipos, distancia que suele manifestarse cuando el conjunto superior propone para que todo eso se note. Así lo hizo un Sevilla que dejó cosas interesantes para el análisis de esta su primera victoria en la fase de grupos. Desde la teoría y el guión hizo casi todo bien aunque sigue necesitando de cambios de marcha cuando sube posiciones sobre el terreno. Su plantilla los tiene, no hay duda, pero sigue faltando una mejor interpretación para atacar defensas cerradas. Berizzo dispuso sobre el campo a jugadores capaces de mezclar y sumar todo lo necesario ante planteamientos tan defensivos como los del campeón esloveno.
Atendiendo a sus nombres y a su posicionamiento, el once inicial sevillista fue muy consecuente con la altura del campo que cada uno ocupaba. A diferencia de otros partidos o probaturas, los hispalenses salieron muy bien escalonados por dentro. Si bien la amplitud fue algo más irregular en el sector de Nolito, Escudero y Ben Yedder, por dentro el Sevilla colocó a sus piezas de manera muy definida. Primero N’Zonzi recibiendo de centrales, después Banega unos metros por delante y sin invadir o intercambiar la base con el francés, más arriba el Mudo Vázquez y Joaquín Correa, compartiendo zona pero no tanto parcela y Ben Yedder abriéndose entre central y lateral cuando uno de los mediapuntas contactaba con el balón. Corchia, siempre muy arriba, compensaba y medía cada movimiento interior del ‘Tucu’.
Joaquín Correa es mucho más que un momento concreto
Fue un Sevilla muy bien plantado para que la pelota no cayera en el aburrimiento, con roles muy determinados, potenciando la naturaleza de sus futbolistas. Así fueron los dos goles, con el Mudo recibiendo entre líneas, hablitando a Ben Yedder, preciso sobre el fuera de juego, o el primer tanto, en una jugada que evidenció el momento de forma del genial Correa, el atacante más autónomo y brillante que tiene Berizzo. La visita del Maribor fue, pues, un punto de encuentro del potencial técnico y táctico de un equipo que no debería sufrir más de la cuenta para atacar con el ritmo que elija, el pausado y el acelerado. Tiene, sobre el papel, estructura y nivel para elevarse. El único pero estuvo en activar, precisamente, el cambio de ritmo.
La velocidad de la circulación fue algo irregular, en parte por las imprecisiones, pero también por cómo se separaban sus mediocampistas, Ever y Steven, para organizarse, lo que repercutía en la calidad de la recuperación tras pérdida. No es que el Maribor saliera con peligro, pero entre la lentitud de los pases y lo que costaba a sus mediapuntas batir líneas, al Sevilla le costó desbordar desde la combinación. Como potencialmente la idea tenía argumentos de sobra, la calidad podía aparecer en cualquier momento pero es en lo que principalmente más tiempo ha de invertir el ‘Toto’ para despegar definitivamente.
Foto: Aitor Alcalde/Getty Images
Abel Rojas 27 septiembre, 2017
Me convence más el equipo titular de ayer que otros que hemos visto este año. N´Zonzi más responsable de su zona, Corchia dando profundidad… es más fácil que el fútbol sevillista fluya a partir de esas ideas, creo. Y muy importante que Ben Yedder las cuele. Incluso como revulsivo, puede tener un papel súper importante esta temporada. Salvando las distancias, en plan Gameiro de hace tres años.