En apenas dos días, su selección disputa ante Uruguay un partido trascendental de cara a la clasificación de Argentina para el Mundial del próximo verano. Será en Montevideo, en plena lucha por una plaza directa para la cita más importante que puede vivir un futbolista. Se llama Paulo Dybala y está comenzando una temporada especialmente importante en su carrera. En año de Copa del Mundo y habiendo integrado la máxima exigencia que se le impone a la gran figura de la Juvenus de Turín, el cordobés asume lo que le toca: tendrá que aparecer en cada partido importante que juegue. Una vez lo hizo ante el Barcelona del propio Messi nada volvió a ser igual. A sus 23 años, ya no hay marcha atrás. Sin embargo, sí la hay en una dirección concreta: de qué manera tendrá que hacerlo.
Sin Bonucci ni Alves, Dybala será el toque diferente
Dybala fue fichado por la Juventus cuando en Palermo demostró una relación con la pelota realmente embaucadora. Sus movimientos eran naturales y aunque dentro de su fútbol había muchos esbozos por definir, su talento era irrebatible. Desde su llegada al Piamonte, el sudamericano ha ido creciendo en un contexto muy parecido, sin sombra creativa que lo cobijase. Todas las plantillas de las que ha formado parte Dybala desde que fichó por la vecchia, incluido su entrenador, le han señalado como el gran talento creativo una vez recibía la pelota. El resto de compañeros que ha tenido, prácticamente sin excepción, tenían una misión complementaria al de su excelso control y toque de balón. En esta nueva temporada nada va a cambiar en ese sentido.
Seguramente porque Allegri tampoco quiere que Dybala cambie demasiado, el técnico italiano ha vuelto a rodear a Paulo de físico, especialistas en el regate en banda y centrocampistas de ida y vuelta que puedan recuperar metros atrás y buscar el robo arriba o castigar la pérdida innecesaria, dejando al argentino la libertad para moverse y cambiar las jugadas de signo. El tipo de aparición de Dybala, el giro repentino y el golpeo de balón que le definen, le convierten en la joya si lo hace en el balcón del área, pero lo que debe saberse es que la Juventus ha perdido dos figuras muy relevantes que ayudaban al ya ’10’ a transformar a la Juventus de la última temporada. Sin Bonucci ni Alves, Dybala va a tener que construir una nueva manta con la que abarcar las necesidades creativas de su equipo. Y no sabemos si dará para todo.
Dybala siempre ha estado rodeado de poca creatividad
Porque en su crecimiento como elemento individual, Dybala ha conquistado al aficionado desde la participación y las apariciones en zona de medios para llevar la pelota a zonas vacías, para ordenar las jugadas y juntar a su equipo arriba, una misión que puede distraerle, aún más, de convertir goles o asistirlos. Una vez comprobado que le necesitaron para pausar los partidos, la Juventus no solo no ha potenciado desde la configuración de su plantilla que pueda aparecer más arriba, sino que su salida de balón y sus recursos con la pelota se han estandarizado, sin aristas ni matices. Dybala va a tener que crear más que antes. Y no es que no esté capacitado, todo lo contrario, pero en su progresión de crack indiscutible, acorde a los tiempos en los que tanto participas, tanto eres, el gol puede verse descuidado.
Entendiendo que al argentino le interesa un ritmo de juego medio en el que elaborar, trenzar y enlazar para atacar arriba, algo que él hace a la perfección aguantando la pelota, la Juventus ha vuelto a construirse para que Dybala sea más de lo ya visto. Los de Allegri son los subcampeones de Europa y todos conocen a lo que se dedica cuando rueda el balón. Lo nuevo, lo que ha llegado este verano, son recursos que completan y aderezan una estructura muy definida que tiene a un hombre pensando entre todos. Un hombre que hasta ahora ha pensado más que ejecutado cuando la jugada se iniciaba, y que deberá seguir siendo eso para ganar la Copa de Europa. Pero… ¿tiene la Juventus potencial a su alrededor para que Dybala sea su cabeza pensante, para que tire de la misma manta? Por lo pronto, el argentino se ha dedicado a golear en los dos primeros partidos de Serie A. Dybala quiere estar preparado para que la manta sea lo más larga posible.
Foto: Valerio Pennicino/Getty Images
Henry 30 agosto, 2017
¿Y como veis todo esto aplicado a Argentina? La ecuación parece igual en algunos aspectos pero cambia muchísimo… ya sabemos todos por quién ^^