Las temporadas de mayor esplendor futbolístico de Jesús Navas coincidieron, paradójicamente, con las de menos competitividad del Sevilla FC. Esto desde luego contribuyó a remarcar la importancia del de Los Palacios en el equipo, pues no es que fuera su estrella, sino que también era su sistema ofensivo. Pero esta ascendencia no dejaba de parecer demasiado condicionada por el nivel general. ¿Sobresalía más Navas por su propio nivel o por la falta del resto? ¿Que fuera tan protagonista le hacía bien al Sevilla? ¿Hasta dónde podía aspirar el club hispalense con Jesús como máxima estrella del proyecto? Estas preguntas, fueran justas o injustas, se repetían en el día a día del Sevilla. De ahí que su marcha, aunque muy dolorosa, pareciera una oportunidad tanto para el jugador como para el club.
Y así fue, sobre todo en el caso del Sevilla. Porque a pesar de que Navas consiguiera consolidarse como titular en el tan ambicioso como volátil Manchester City, lo cierto es que el gran ganador del traspaso fue Monchi. Con la venta del extremo, además de la de Negredo y Kondogbia, pudo firmar en aquel mismo verano a Bacca, Gameiro, Vitolo y Vicente Iborra, cuatro futbolistas que, articulados por Emery, elevaron desde el primer momento el techo competitivo del equipo hasta lograr sentar la base de un nuevo ciclo victorioso.
¿Qué habría sido Navas en el Sevilla de Emery?
Por eso cuatro años más tarde la historia es muy diferente. Jesús Navas vuelve a Sevilla para firmar sus últimos años encarnando un papel mucho menos protagonista, quizás incluso secundario, en lo que no deja de ser el comienzo de una nueva etapa de la que se intuyen muchas cosas pero todavía no se sabe nada. El papel de Joaquín Correa, la posición de Ever Banega, la importancia de Nolito abierto en banda… El Sevilla ahora mismo parece ordenarse por un sistema de contrapesos en el que el más ligero cambio provoca una reorganización del resto de piezas. Y es por eso por lo que de momento es imposible adivinar qué espacio hay reservado para Jesús Navas. Candidatos a jugar como extremo derecho hay muchos. Está Sarabia, Montoya o el propio Correa. En cambio, no hay un futbolista en plantilla que represente lo que puede aportar el extremo al equipo. Sobre todo en los últimos metros del campo.
Como vimos en Estambul, casi en su primer toque, el centro lateral tras desborde exterior de Jesús Navas sigue teniendo vigencia en el fútbol actual por mucho que, en general, el juego haya ido dando protagonismo a otros caminos. Es un recurso, además, que parece encajar muy bien dentro del estilo de Berizzo, un técnico caracterizado por el ritmo alto, la verticalidad y la vocación ofensiva que siempre ha hecho del regate en banda un valor básico de su sistema ofensivo. No hay que olvidar, de hecho, que hasta el final del curso pasado, el Toto casi siempre prefirió a Bongonda sobre Sisto. Sea como fuere, ¿está preparado el Sevilla para aprovechar esta jugada que sabemos que con Navas en el campo se va a repetir una vez cada 10 minutos? No lo parece tanto como debería.
El Sevilla no parece tener un 9 apropiado para Navas.
Al Sevilla de Sampaoli el año pasado le costaba mucho desordenar al rival cuando éste replegaba. Los andaluces tenían toque, pero les faltaba ritmo, desborde, velocidad y, sobre todo, una figura que no tenían en plantel: la del delantero de área. Porque aunque el Sevilla no tenía a Navas, sí contaba con Escudero, Mariano o Sarabia, jugadores que tanto en pico del área como en línea de fondo tienen calidad para encontrar a sus compañeros en el área. En cambio, este gol apenas se repitió cuando Iborra estaba en el campo. Y esta falta de remate, que no deja de ser la consecuencia que necesita la causa para tener sentido, parece que puede volver a repetirse.
Ni Luis Muriel ni sobre todo Ben Yedder son ese tipo de punta que lleven a Jesús Navas a las 10-15 asistencias por temporada. Son delanteros que se mueven bien, sobre todo con espacios por delante, pero que no parecen tener la intuición y la agresividad necesarias para habilitarse en la zona más poblada del campo. Es decir, no son ni Álvaro Negredo, ni Kanouté ni Luis Fabiano. Y esto, que igual no le resulta tan problemático al Sevilla de Eduardo Berizzo, sí que le puede restar valor al regreso de un Jesús Navas que ya no es la estrella ni el sistema, pero que, en todo caso, sigue siendo una carta que todo entrenador quiere tener en su baraja.
Foto: Aitor Alcalde/Getty Images
Abel Rojas 22 agosto, 2017
A la pregunta de "qué habría sido Jesús Navas en el Sevilla de Unai Emery"… buah. Se dispara la imaginación, ¿eh? Sobre todo en la versión que tuvo a Carlos Bacca de delantero centro. En este contexto de transición, ataque rápido, área cargada… Habría sido impresionante.
Aunque bueno, tampoco podemos quejarnos por haberlo visto en el Sevilla de Juande Ramos 😀