Sergio Busquets ha sido uno de los nombres propios relevantes de la pretemporada azulgrana. Con la llegada de Ernesto Valverde, el equipo ha buscado de inicio una presión adelantada que ha hecho que su mediocentro se reencuentre con zonas y funciones que sabe interpretar con especial acierto. En lo visual, es algo que no se ha escapado del ojo del espectador, que, de manera unánime, ha señalado su mejoría -o su aumento de protagonismo- como uno de los cimientos que más optimismo ha generado de cara al futuro del proyecto. Busquets no es sólo uno de los pocos pasadores TOP de los que dispone la plantilla; también es uno de los pocos pesos pesados del ciclo de Messi que siguen en el Camp Nou y a quien, en teoría, pueden quedarle varios de los mejores partidos de su carrera.
Valverde es presión; pero no la presión típica del Barcelona.
Dicho esto, el asunto no se le presenta hecho. Aunque a día de hoy, con estas campañas de 60 partidos oficiales y luego un Mundial, los veranos futbolísticos tienen un valor muy relativo de cara al análisis, hay un background y una serie de hechos que merecen atención.
Para empezar, cabe destacar que Valverde siempre ha estado suscrito a la presión pero no de la manera en la que el Barcelona ha orquestado sus presiones más eficaces. El vasco ha dirigido equipos de perfil más físico que técnico al menos en la posición de pivote, e incluso cuando ha podido decidir, como sucedió en un Athletic Club que contaba con Iturraspe -que con Bielsa parecía el futbolista de la Liga más similar a Busquets– y San José, optó por el central reconvertido para aprovechar su poderío físico, más apropiado por el contacto y la lucha. Por supuesto, la titularidad del de Badía no está comprometida, pero la sostenibilidad de un rendimiento alto en él deberá superar la barrera de que Valverde ordene sus presiones desde la posición y el físico más que desde una circulación de pelota que desordene al rival e instale piezas arriba, como sucedía antaño con los culés. Y en la breve muestra de partidos que representa esta pretemporada, la idea ha parecido ir por ahí, pues, con el balón, el Barça no ha creado tantas ventajas a partir de los pases, sino que, aunque de otra forma a la vista con Luis Enrique, las conducciones de Neymar y Messi han sido el principal motor creativo y ofensivo.
El Madrid siempre ha sido bastante complicado para Valverde.
La Supercopa frente al Real Madrid guarda un interés extra porque a los blancos, si logran mantener un nivel parecido al suyo a pesar de la ausencia de Modric, no se les debe presionar con persecuciones agresivas dejando huecos atrás, ya que no existe equipo con más capacidad que el suyo para convertir ese posible reto en una ventaja estratégica decisiva. Esto va a permitir descubrir, de un modo algo más fiable, cuál es el verdadero plan de Valverde para su sistema defensivo y para Busquets en particular. Desde luego, a tenor de su impecable expediente, no va a pedirle nada que no pueda dar. Salvo sorpresa, vamos a ver una versión de Sergio superior a la de las dos campañas precedentes. Pero falta por definir el cómo y el porqué.
Foto: JEWEL SAMAD/AFP/Getty Images
Gravesen 13 agosto, 2017
También tengo curiosidad por ver, una vez más, quien es el relevo de Busquets como mediocentro cuando este no pueda estar presente: Sergi Roberto ahora que el lateral derecho está cubierto? Mascherano como estos últimos años (si Marlon y Vermaelen se quedan, el Barcelona cuenta con 5 centrales y se lo puede "permitir" más), Rakitic para aprobechar su potencia física? Andre Gomes como intento Luis Enrique?