A menudo, cuando un entrenador de estilo muy marcado, como es el caso de Quique Setién, llega a un nuevo equipo se suele hacer un ejercicio de proyección en el que se intenta intuir quienes serán los nuevos protagonistas que lo abanderen. O lo que es lo mismo en este caso, quienes serán los nuevos Roque, Tana, Vicente o Viera.
Pero en realidad esto no tiene sentido con Setién. Al igual que con Marcelino García Toral sí podemos hablar de determinados perfiles que se repiten por los conceptos que él maneja, en el caso del técnico cántabro se puede observar cómo los roles no son otra cosa que la consecuencia de unir el talento individual del jugador con los conceptos colectivos del equipo. Por lo tanto, como no hay dos futbolistas iguales, los perfiles no pueden ser más moldeables.
Es decir, en el libreto táctico de Quique Setién no existe la figura del mediapunta creativo e imaginativo que se involucra en el circuito asociativo y cae mucho hacia los costados con relativa frecuencia. Existen una serie de necesidades tácticas y unos requisitos técnicos para cumplir con ciertos objetivos, pero al final es Jonathan Viera quien se encarga de escribirse su propio guión adaptado. Entender eso, de hecho, fue el principal éxito de Quique con el futbolista canario. Y viceversa. Porque fue a partir de esa libertad lo que le permitió a Roque pasar de ser extremo a mediocentro, a Vicente de mediapunta a interior, a Tana de descarte a futbolista de Primera y a Viera de lo que pudo ser a lo que todos ya sabemos que sí es.
Víctor Camarasa no tiene una posición fija en el campo.
En base a esta premisa hay que entender que Setién no busca al nuevo Roque Mesa o al nuevo Jonathan Viera, porque básicamente ni existen ni, en caso de existir, el Betis podría firmarlos. El nuevo técnico bético lo que está buscando y va a buscar durante un tiempo es una serie de características, condiciones y talentos que le permitan diseñar un equipo que se ajuste a su visión del fútbol. Ordenarse a partir del balón, crecer desde el primer pase, formar muchos triángulos en campo rival, atacar con mucho hombre por delante de línea de balón, no renunciar a ser ancho ni profundo…
Y en esa búsqueda el Betis le ha encontrado a Víctor Camarasa, un futbolista que sabemos lo que es hoy pero no podemos asegurar lo que será mañana. Empezando por lo primero, del valenciano ya sabemos que ha jugado en un doble pivote (con Simao Mate), ha sido un interior box-to-box (con Verza y Lerma) y ha roto como mediapunta en Vitoria. Tres posiciones distintas y tres contextos diferentes, pero Camarasa los ha interpretado siempre de una forma parecida: luciendo su poderosa zancada, demostrando buen toque e insinuando una creatividad todavía no explotada del todo. Esto a su vez le ha llevado siempre a ser un jugador muy dado a cambiarle el ritmo a sus equipos. No de una manera individual, pues no es un jugador de acción solitaria, pero sí sin necesidad de involucrar a demasiados compañeros. Es cierto que a menudo en el Levante se le pedía que retrocediera unos metros para asociarse y dar un extra de fluidez a su ataque posicional, pero cuando Camarasa ha brillado es cuando ha recibido alejado, ha arrancado y ha lanzado el penúltimo pase. De ahí que como «10» del contragolpeador Alavés haya dado un salto cualitativo muy notable tanto en regularidad como en días muy especiales (aquel partido contra el Atlético…).
Puede encajar muy bien como interior mixto con mucho recorrido.
¿Qué será mañana Camarasa con Setién? Pues puede serlo todo. Debido a sus características, a lo que va a necesitar el Betis, al futuro de Dani Ceballos y a la flexibilidad de su nuevo técnico es tan posible que lo veamos de interior con recorrido, que parece lo más probable, a que se mantenga en la mediapunta, se reconvierta al mediocentro o, incluso, juegue partiendo desde un costado para liberar la banda al carrilero, ya sea Durmisi o Rafa Navarro. El Betis de Quique Setién no deja de ser una tabla rasa en estos momentos. Se sabe lo que se quiere y cómo se quiere, pero no de qué manera se va a tratar de conseguir. Lo positivo para el Villamarín es que desde hace una semana esto está más cerca. Porque Camarasa, sea lo que sea, tiene muchas de las cosas que Setién necesita.
Foto: Octavio Passos/Getty Images
Javier Cordero 4 julio, 2017
Te leí en Twitter Quintana y compro lo de que cumplirá un rol similar a Vicente Gómez. Al final era un jugador de buen toque pero sobretodo destacaba por lo bien que ofrecía y activaba líneas de pase por delante del balón. Camarasa se asemeja a eso, sabe leer muy bien los espacios que hay por delante suyo y el Betis debe sumar más amenaza desde segunda línea. Creo que ha sumado eso con Camarasa.