Tras el retorno de Marcos Llorente al Real Madrid y la adquisición de Dani Ceballos por dicho club, tres eran los jóvenes centrocampistas con progresión para llegar a la selección española que permanecían en clubes que no lucharán por todo la próxima temporada: Carlos Soler, Mikel Merino y Pablo Fornals. El Villarreal CF, siempre atento a lo que pasa en La Rosaleda, ha reclutado al tercero. Esto promete.
Pablo Fornals tiene el sello de centrocampista español impreso en su fútbol porque aúna las tres virtudes que tienen todos: un manejo del balón superior al promedio, la capacidad para crear con él y el don de controlar el juego usándolo. Juntarlo con Bruno Soriano y Manu Trigueros abre un abanico de posibilidades a Fran Escribá que puede llevar al Submarino Amarillo a una nueva dimensión. ¿Cómo?
Girar hacia un 4-3-3 sería la medida más revolucionaria.
1. El paso al 4-3-3. La primera fórmula para diseñar un once que incluya a Bruno, Manu y Pablo pasaría por un cambio de esquema que rompería con el arquetípico 4-4-2 que ha caracterizado al club en los periplos de Pellegrini y Pirés, de Garrido y Cazorla, de Marcelino y Cani, y de Escribá y Roberto Soriano. Lo de Fornals y Trigueros como pareja de interiores se presume sugerente porque combinan en lo técnico y en lo táctico, ya que son distintos pese a hablar el mismo idioma. En un partido cerrado y conservador, Trigueros es un gran primer pasador y Fornals un lujo entre líneas, mientras que en uno más abierto, se puede combinar la magia de Fornals para castigar fallos siendo el foco del balón con esas irrupciones de Trigueros llegando por atrás que tantas puertas tiran.
El 4-2-3-1 sería más viable con Fornals en la mediapunta.
2. Consolidar el 4-2-3-1. Durante la campaña pasada, varias fueron las pruebas de Escribá que llevaron a Trigueros a la mediapunta con Rodrigo escoltando a Bruno en el doble pivote. El problema de dicho invento consistió en que los dos de abajo eran demasiado mediocentros -sufrían para mezclar alturas- y en que Trigueros entre líneas no es tan bueno como viendo el fútbol de cara. Instalar a Trigueros abajo y apostar por Fornals a la espalda de los pivotes sí dotaría a este esquema de una mejor adaptación. El ex-malaguista, de centro de gravedad más bajo, atesora una sutileza en el espacio reducido que le permite sobrevivir mejor a situaciones de ahogo. Sería una medida más segura a título defensivo que el 4-3-3 (con el 4-2-3-1 es más fácil formar el 4-4-2 en defensa que tanta seguridad ofrece a Escribá) pero se pagaría el peaje de restar espacios para las diagonales de Castillejo y Roberto Soriano así como la riqueza que otorgaría el intercambio de funciones entre Trigueros y Fornals como interiores.
En un 4-4-2, Fornals daría casi todo lo de Jona… y algo más.
3. Fornals por Jonathan Dos Santos. En caso de que Escribá se decantase por perpetuar el 4-4-2, Fornals podría tener hueco en el interior derecho, un lugar que el año pasado fue competencia de los muy diferentes Castillejo y Dos Santos. El zurdo representaba el desborde y, en definitiva, un arma ofensiva que diversificaba los caminos hacia el gol del Villarreal; el diestro, un plus de solidez que mejoraba las prestaciones en defensa. Fornals sería muy capaz de reunir en una sola pieza la consistencia que aportaba el Jonathan Dos Santos con un extra de virtuosismo e imaginación que haría que el ataque de los amarillos añorase menos la imprevisibilidad de Castillejo. Con un extra: Fornals, para colmo, agrega olfato de gol.
4. Rotación en el doble pivote. Sin poseer la fuerza física de los más provistos, Fornals es un jugador de brega que no rehuye del contacto y que sabe utilizar su cuerpo para hacerse valer. Su participación en la salida de balón no alcanza el nivel de los especialistas, pero al lado de Bruno, Trigueros o Rodrigo, su despliegue dibujaría líneas de pase que se convertirían en fluidez potencial. Por supuesto, de continuar Bruno y Trigueros en plantilla, su asalto a la alineación titular se vería harto improbable, pero incluirlo en una rotación activa refrescaría la energía de un proyecto que, a lo largo de las temporadas, ha tendido a ir de más a menos.
Foto: David Ramos/Getty Images
vi23 27 julio, 2017
No sólo es atento a lo que pasa en la Rosaleda, que también. Es que Pablo es de Castellón y jugó en el Villarreal desde prebenjamin a infantiles… Era un movimiento, digamos, lógico. E interesante, claro