Nada ni nadie es eterno. Rubén Castro, el gran artífice de todo lo bueno que le ha pasado al Real Betis durante el último lustro, viene de completar la primera temporada en mucho tiempo en la que no ha podido sostener con goles las constantes vitales de su equipo. La cifra no ha sido ni mucho menos mala (13), sobre todo teniendo en cuenta la nula clarividencia del conjunto bético en el último tercio del campo, pero se ha quedado bastante corta para lo que venían necesitando los suyos. A falta de escasos días para cumplir los 36, Rubén ya no es ese tipo de delantero que cae a banda, dinamiza un sistema ofensivo y concreta las jugadas. Ahora sólo llega al último toque, y este año ni siquiera ha conseguido mostrar la precisión de antaño. El tiempo no perdona. Tampoco a los grandes goleadores.
Por eso el Betis, tras firmar a Setién, lo primero que ha hecho es tratar de garantizar la continuidad de dicha figura con el fichaje de Sergio León. Andaluz, canterano y nueve, Sergio parece encajar a la perfección tanto con las necesidades del club como de su nuevo entrenador. Su año en CA Osasuna, en este sentido, vino a ser la prueba del algodón de un delantero que no había llegado todavía a Primera, pero que ya en Elche demostró ser uno de esos puntas de maduración tardía -como Rubén-. Porque algo raro debería suceder para que vuelva a tener que lidiar con un contexto tan complejo como el que ha vivido en Pamplona, pero aunque fuera así, como ya ha demostrado, lo cierto es que tendría muchas cosas que aportar.
En Osasuna, Sergio León demostró hacer muchas cosas bien.
Sergio León ha hecho de todo en El Sadar. Solo o en compañía, sin parecer necesitar ni una cosa ni la otra para tener impacto, el ex-delantero de Osasuna producía a partir de lo poquito -en cantidad y calidad- que le llegaba. A los rojillos les costaba salir, les costaba hilar y, por supuesto, les costaba desbordar, pero bastaba con un envío directo a su ‘9’ para sentirse cerca del gol. A partir de su velocidad y de su juego de espaldas, sin rehuir el contacto con los centrales, Sergio lograba hacerse el espacio necesario y sacar el tiempo justo para convertir en peligrosa una situación de juego que antes no tenía nada de amenazante. Ya fuera por descargar de cara para sus compañeros, ya fuera sobre todo por habilitarse para buscar la portería contraria, cada toque de Sergio León hacía daño. Y si éste era el último de la jugada todavía más, pues si algo ha puesto en valor su fútbol este año ha sido su definición tanto fuera como dentro del área. En definitiva, él no pudo hacer más. Incluso ante los gigantes de la competición, el de Palma del Río dotó de colmillo a un equipo al que le faltó su idiosincrásica competitividad.
Y es precisamente este colmillo no sólo lo que necesita el Betis, sino también lo que necesitará Quique Setién para transformar sus buenas intenciones en victorias, las victorias en dinámica y la dinámica en confianza. Así fue como en la UD Las Palmas consiguió completar una segunda vuelta de ensueño. Sergio Araujo no estaba funcionando, ni en el fondo ni en la forma, lo que le llevó a apostar por un Willian José que tan rápido mezcló con el juego como lo apuntaló a partir de su remate. Fue el brasileño, y no otro, el que terminó de poner en valor lo que ya estaban haciendo Roque Mesa, Jonathan Viera o Tana. Fue el ‘9’ el que hizo mejores al ‘5’, al ‘8’ y al ’10’. El que comenzó a cerrar los primeros triunfos. El que comenzó a sentar las bases de una racha inesperada. El que cerró el círculo de confianza que había abierto Setién desde su presentación.
Pese a ser diferente, Sergio León puede cumplir un rol parecido.
¿Podrá hacer Sergio León algo parecido? Aun teniendo en cuenta que el Betis debe cambiar bastante en el verano y que Sergio León no es exactamente un delantero como Willian José, aunque puede aportar cosas parecidas salvo en términos asociativos, lo cierto es que la temporada del nuevo delantero bético da para ser optimistas.
Por encima de todo, Sergio León ha demostrado ser un punta muy completo. Al espacio o de espaldas, a un toque tras centro lateral o a dos ya desde fuera del área, es un ‘9’ con recursos tanto para involucrarse como para concretar lo que el resto genere. Ya lo decía Petar Vasiljevic, su anterior técnico: «Nosotros jugábamos un fútbol más directo, pero Sergio se puede sentir más cómodo con más posesión de balón. Él es participativo en este aspecto y en un equipo que llega, mucho más. […] Con poco mete un gol, de cara a puerta no se arruga, ve la puerta fácil». A falta de saber que tendrá por detrás y también al lado (¿Alegría? ¿Tonyny? ¿El mismo Rubén? ¿Nadie?), el Real Betis Balompié ha podido encontrar lo que más buscaba en los primeros días de mercado: una idea que cambie la inercia del club y un goleador que la proteja/redondee con victorias.
Juanjo 5 junio, 2017
Desde luego es un fichaje muy necesario de cara a construir una columna vertebral nueva, digamos Adán-Mandi-Durmisi-Ceballos-Sergio León. Aunque a mi me falta alguien todavía, o bien entre Dani y Sergio, o bien un pivote entre Mandi y Ceballos. Tiene trabajo Setien porque este Betis tiene muy pocos perfiles asociativos, ningún extremo con desborde o explosivo y demasiados treintañeros. Y eso contando que Ceballos y Durmisi se queden, que lo veo difícil.