El momento de forma e inspiración de Neymar JR permitió que un partido complicadísimo para el FC Barcelona se resolviese con una holgada goleada a favor. El Villarreal CF de Fran Escribá presentó sus credenciales durante un primer tiempo en el que controló cada factor ofensivo culé. Además, pese a disponer de una cuota de posesión sensiblemente más baja, gozó incluso de más ocasiones de gol nítidas. No obstante, no fue capaz de contener el huracán del “11” tras el tiempo de descanso.
Luis Enrique apostó por el 4-3-3 que dota a su conjunto de mayor equilibrio. Superado el efecto sorpresa del 3-4-3, parece una cuestión diáfana. El Submarino, por su parte, dibujó un 4-4-2 con el joven Rodrigo donde Bruno -lesionado- y con Jonathan Dos Santos como interior derecho en detrimento de Castillejo, en lo que viene a ser la decisión técnica que matiza la propuesta castellonense con un acento más defensivo.
El Barça tuvo problemas para sumar a sus laterales al ataque.
En virtud de ese cariz conservador, el Villarreal logró dos objetivos que le concedieron la paz. El primero consistió en minimizar el tiempo que pasó el Barça con el balón controlado en el último cuarto de cancha. Así, redujo el número de veces que Sergi Roberto y Digne pudieron atacar. El segundo, consecuencia del primero, estribó en que Messi y Neymar se enfrentaban a situaciones de uno contra dos de manera constante que les hacían perder eficacia e impacto. El trabajo del Submarino entre líneas era fantástico, y más abajo, aún mejor. Como prueba, que los dos tantos del Barça en el primer acto vinieron de sendos rebotes. No había claridad alguna.
Soldado y Bakambú estuvieron muy bien en cuanto a movimientos.
Sí que la había en el otro lado, gracias al ejercicio de Bakambú y Soldado. Los azulgranas, a pesar de su opacidad ofensiva, estaban cuajando un encuentro muy serio, con Busquets pudiendo manejar la transición ataque-defensa con bastante consistencia, valiéndose, en especial, de que Rodrigo carece de la fluidez de Bruno filtrando el primer pase; pero cuando Trigueros comenzó a comparecer, se percibió que el quehacer de la doble punta amarilla sobre Piqué y Umtiti estaba siendo notable. Los dos centrales estaban atentos y nada torpes, pero el cruce de movimiento de la ultra compatible dupla del Villarreal anuló la capacidad de anticipación de Gerard y Samuel -aunque la idea defensiva del Barça radicaba precisamente en achicar hacia delante, presionar y anticipar- y proporcionó a su equipo, para empezar, aire y, para continuar, peligro. La puesta en escena de los de Escribá había sido estupenda.
Neymar destrozó al Villarreal en cuanto tuvo espacio para correr.
Mas Neymar JR es un jugador supremo y adaptado de forma ideal a romper cerrojos como el orquestado por el Submarino. Ayudado por que el 2-1 forzó al Villarreal a adelantar sus líneas y a conceder más contragolpes a su oponente, el genio brasileño hizo gala de su imparable uno contra uno, enlazó desbordes que se traducían en ocasiones o, como poco, acercamientos de peligro, y el Barça fue adueñándose de la contienda porque, a partir de esa profundidad obtenida por Neymar, podía esgrimir todos los argumentos que había dejado entrever desde el minuto 1 al 45. Con la entrada de Castillejo y Sansone, Escribá metió más mordiente, pero el partido ya había derivado hacia unos cauces donde Neymar, Messi y Suárez son, en apariencia, invencibles.
Foto: Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images
Abel Rojas 7 mayo, 2017
Pedimos disculpas por la caída que ha sufrido la web en las últimas horas. Ha sido un problema externo a Ecos pero hemos tomado medidas para que intentar evitar que vuelva a producirse. Disculpas de nuevo 😉