La derrota ante el Alavés dolió. Después de haberse presentado otra vez en semifinales de Copa tras eliminar también otra vez a uno de los mejores equipos de Europa, el Celta se ahogó en la orilla de la competición. Otra vez. En esta ocasión no había sido por falta de comprensión competitiva, como le sucedió en el Pizjuán, sino más bien por una especie de vértigo estilístico que le hizo plantear una eliminatoria de mínimos, partiendo por un partido de ida en el que Berizzo prefirió apostar por Bongonda en vez de por Sisto y por juntar cuatro centrocampista en vez de rodear mejor a Iago Aspas.
Anoche jugaron Pione Sisto, Guidetti y Iago Aspas juntos.
Pero anoche, en una eliminatoria todavía más importante en clave histórica para el Celta de Vigo, el técnico argentino decidió soltarse. Decidió arriesgar Quería que su Celta defendiera arriba, atacara de forma muy vertical e incluso tendiera a romper el partido. Esto último no parecía una consecuencia deseada, pero sí asumida por un Berizzo que no paraba de gritar desde la banda a sus jugadores para que estos fueran arriba. Para que anticiparan en vez de aguantar la posición. Para que arriesgaran buscando a Pione Sisto, John Guidetti o Iago Aspas en vez de controlar con los defensas. Y el Genk de Stuivenberg, que es un equipo bien construido y con calidad ofensiva pero no muy sólido atrás, pareció hacer lo propio.
Por eso fue tan normal ver a Jonny Castro o Castagne defender a sus pares como atacar el punto de penalti. Por eso el fútbol pasó más por Trossard o Sisto que por Pozuelo o Pablo Hernández. Y por eso también el Celta de Vigo se llevó un resultado positivo, aunque insuficiente, para el partido de vuelta en Bélgica, ya que quien tenía la calidad diferencial anoche fue el conjunto de Eduardo Berizzo.
El Celta fue tan eficaz arriba como insolvente atrás.
El Celta volcó su juego sobre Pione Sisto, que lejos de la banda comenzó a atacar los espacios intermedios. Allí siempre encontraba a un John Guidetti tan creativo como dominante en los apoyos, que a su vez hacía lo propio con un Iago Aspas menos protagonista en la creación y mucho más enfocado a la aceleración y finalización. El negocio era perfecto para los celestes. Con sólo un par de pases encontraban a su tridente y con otros dos más se plantaban delante de Ryan. Además, el acierto de cara a puerta fue pleno. Al menos mientras acompañó la frescura ofensiva del delantero sueco. Una vez este dejó de moverse para todas las zonas imponiéndose a los centrales, la clarividencia ofensiva del Celta de Vigo se nubló.
El resultado era muy bueno. Sobre todo porque la reacción de los gallegos había llegado tras el gol inicial de Boetius, lo cual podía haber desequilibrado emocionalmente a un conjunto demasiado emocional. Pero a la postre no pudo ser definitivo. Al igual que el Celta se mostró eficaz arriba a partir de la actuación de sus tres atacantes, atrás se demostró insolvente a partir de la actuación de Jonny, Cabral y Sergio. Cometieron fallos de concentración, fallos de concepto y, sobre todo, fallos a la hora de atacar el balón. Fueron demasiados errores concentrados en muy pocas jugadas que le costaron a Balaídos vivir una noche completa. Al menos, en esta ocasión, el Celta del Toto sí supo poner en valor sus aciertos.
Foto: MIGUEL RIOPA/AFP/Getty Images
AOGOG7 · hace 412 semanas
Además, opino que el Celta es uno de los equipos con menos nivel en la portería de Primera División, y eso pasa factura. Esperemos que el resultado logrado ayer sea suficiente para que el Celta pase de ronda.
MigQuintana 101p · hace 412 semanas
Lo veo parecido a ti. Es que fueron demasiados errores.
En el primer tanto falla Fontàs cuando va a banda, falla Jonny cerrando el segundo palo y falla Sergio en el remate. Todo demasiado inocente. Todo demasiado laxo. No fueron errores provocados.