Durante más de una década -desde 2005-, en la etapa más gloriosa del Fútbol Club Barcelona, la defensa ha estado compuesta por tres parejas de centrales que ya son parte tanto de la historia del club como de las señas de identidad de cada equipo del que formaron parte. Primero Rafa Márquez y Carles Puyol. Más tarde, Gerard Piqué y el propio Carles Puyol. Y por último, el mismo Gerard Piqué y Javier Mascherano. Entre todos ellos había dos denominadores comunes. El primero es que la salida de balón, el primer pase, era labor del central diestro, tanto por su calidad técnica como por compartir sector con Alves, Xavi y Messi. El segundo es que el central zurdo complementaba como corrector con tal de garantizar velocidad y respuesta ante espacios abiertos.
En ese sentido, tanto Puyol como Mascherano jugaban en la izquierda siendo diestros, un aspecto tomado como secundario. Sin embargo, en los últimos años el Barcelona ha apostado por perfiles algo más mixtos, que pudieran tener un punto de velocidad en el retorno y que pudieran activar una salida desde la izquierda de manera natural, con su pierna zurda -Mathieu, Vermaelen-. Para confirmar esa búsqueda, el Barça fichó a Samuel Umtiti, un tipo de central que viene respondiendo con varios argumentos diferentes a la pregunta de qué papel representa en esta zaga barcelonista. Porque de entrada y teniendo en cuenta su exuberancia física, el primer encaje parecía ir encaminado hacia el papel de marcador, el de referencia en el juego aéreo y la anticipación.
El pase raso y la conducción definen a Umtiti sacando la pelota
Hoy eso es sólo el principio. Perdidas las figuras del interior de posesión y también la del extraordinario Dani Alves, la salida de balón del Barça ha ido perdiendo calidad y automatismos. Ante la dificultad, los culés han salido del paso con la calidad de sus futbolistas, empezando por Marc-Andre ter Stegen, siguiendo por Piqué, y también, una vez se asentó como titular, con la pierna zurda del francés ex del Lyon. un argumento per se para pasar de un campo a otro con el balón controlado y a poder ser con cierta ventaja para el receptor, que no es sino la esencia de una salida de balón protagonista.
Desde la búsqueda de soluciones, y tras la explosión de Neymar como generador de juego, recibiendo más balones que nadie, Umtiti ha pasado a ser alguien de quien esperar seguridad y valor desde que recibe. Su conexión para encontrar al extremo o al interior con el pase raso y su atrevida y potente arrancada en conducción mezclan bien ideas que están siempre presentes en el momento en el que un defensa tiene la pelota y su equipo, su club, sobreentiende que debe tratarse bien y ordenadamente el inicio del juego. Es difícil ver a Umtiti cometer errores en salida porque entre sus rasgos más características está una conciencia de mantener la pelota y no extralimitar sus funciones que sí le permitiría realizar una calidad mayor. Sin ser exquisito con el cuero, sabe cuándo y cómo forzar su técnica para no resultar escaso y sí valorado, algo fundamental a la hora de tomar decisiones.
Foto: KARIM JAAFAR/AFP/Getty Images
Abel Rojas 29 abril, 2017
Cuando el Barça fichó a Umtiti, se pudo pensar que fichaba a su propio Varane o a un proyecto de Mangala que saliese bien, como se intuía tras su paso por Portugal. Y no tiene absolutamente nada que ver. Ni en virtudes ni en defectos.
Sin embargo, Umtiti es exactamente el tipo de central que el Barça lleva intentando producir desde Piqué en su cantera. Umtiti es Sergi Gómez o Andreu Fontàs pero con calidad para ser titular en el FC Barcelona.
Ese es su trazo.