Decía la semana pasada Quique Sánchez Flores que la efectividad de su RCD Espanyol está directamente relacionada con la forma en la que llega su equipo a la zona de ataque. Que no es lo mismo plantarse dos veces en mano a mano ante el portero, como hizo su equipo ante el Leganés, que disparar cinco veces desde el fuera del área o centrar más de diez desde los costados. Ciertamente esto parece indiscutible. La cuestión es: ¿cómo lo consigue el Espanyol?
1. Contención. Aunque Jurado y José Antonio Reyes maticen la propuesta perica cuando ambos son de la partida, lo cierto es que el equipo de Quique Sánchez Flores es, junto al Deportivo Alavés, el que más tiempo pasa en campo propio. Su repliegue, medio a veces y bajo casi siempre, no tiene puntos débiles. El doble pivote es muy sólido, los de fuera siempre retornan, la pareja de laterales es una de las más fuertes a nivel defensivo y, por supuesto, el trío que forman los centrales y el portero son garantía competitiva. Al Espanyol nunca le desbordan. Y, de hecho, normalmente tardan mucho tiempo en siquiera acercarse.
2. Concesión. Cada minuto que pasa sin que nada pase acerca al Espanyol a su objetivo. Los rivales, cansados de estrellarse contra dos muros de cuatro hombres, comienzan a asumir más riesgos, a realizar pases indebidos y, por ende, a conceder oportunidades fruto de aceptar desordenarse para desordenar al conjunto catalán. Sus laterales se sueltan, algún medio realiza alguna aventura atrevida, no le guardan el sitio… Y llega el error.
3. Penalización. En ninguna ciudad del mundo se penalizan los errores como en Barcelona. En lo referente a la parte blanquiazul de la misma, Quique encuentra en Gerard Moreno al perfecto hilo conductor de cada una de las concesiones que los rivales puedan ir realizando a lo largo de un partido. A partir del juego de espaldas, sus caídas hacia las bandas, su sentido asociativo y su posterior olfato goleador, el Espanyol no necesita demasiados elementos para crear peligro. Basta un pase filtrado de Jurado, un toque de Gerard y una carrera de Pablo Piatti, quien además de correr está viendo puerta de todas las maneras posibles.
Éstas son las tres fases que han posibilitado que el Espanyol sea uno de los equipos que más puntos gana pasado el minuto 80 de partido (5 puntos) y, sobre todo, que sea el equipo que menos necesita chutar para marcar gol en la segunda parte (4’95 disparos por tanto). Y Quique Sánchez Flores sabe que no es casualidad.
Foto: Denis Doyle/Getty Images
El 14 de Xabi 22 abril, 2017
Gran análisis @Quintana. ¿Tú crees que la figura del mediapunta clásico podría mejorar a este equipo de comportamiento "cásico"?
Porque el problema que le veo yo al Espanyol es que le falta gol, y a partir de ahí el margen de maniobra es complicado. Y no sé si la idea de Leo Batistao de jugar en banda puede ayudar a mejorar este aspecto. Es curioso que parece cómo si ya no bastase construir una de las mejores defensas del campeonato para estar en el top 5 de la liga.
Y llegados a este punto, ¿David López "es" central o centrocampista? De ser lo primero, hasta se le deberían abrir las puertas de la selección, pero de la información que he ido leyendo siempre se desliza que existe la voluntad de que vuelva al medio campo en el futuro.