Aunque desde el primer día se vio una intención clara por pasar más tiempo en campo rival que en el propio, no ha sido hasta las últimas tres jornadas cuando hemos comenzado a vislumbrar al Sporting de Gijón de Rubi. El técnico catalán acumula poco más de diez meses como entrenador de Primera, pero su estilo es lo suficientemente reconocible como para intuir, desde el principio, en qué momento exacto del proceso se van encontrando sus respectivos equipos.
Burgui ha aparecido en el momento justo con Rubi.
Y su Sporting ya está avanzando. El primer paso fue encontrar la configuración ideal de su centro del campo: Mikel Vesga como mediocentro, Sergio Álvarez como interior derecho y Moi Gómez como interior izquierdo. Obviamente las alturas son tan diferentes como las funciones, pero el objetivo de los tres es común: situar al equipo en una posición de control a partir del balón, de manera que los atacantes puedan tratar de marcar la diferencia sin que el más que posible error termine penalizando su transición defensiva, pues tras pérdida el equipo estaría ordenado para luego poder presionar.
Esto el Sporting lo está haciendo bastante bien, sobre todo a partir de la aparición en escena de Burgui. El canterano madridista debía ser el sustituto de Jony Rodríguez, pero no lo estaba siendo hasta que irrumpió ante el CD Leganés para marcar la diferencia con su velocidad, su desborde y sus centros. Desde ese momento, el ataque del Sporting ha cambiado. Ahora cuenta con un elemento de desequilibrio constante que, además, está logrando traducir esta sensación en certeza (un gol y dos asistencias en tres partidos), pues sus carreras por banda están siendo muy bien acompañadas por la segunda línea (Carmona, Sergio y Moi), que a su vez se beneficia de la presencia de Lacina Traoré. Así, el Sporting ha vuelto a encontrar una ruta clara hacia el gol. Un atajo hacia la salvación.
Amorebieta-Meré no están aportando seguridad al equipo.
El problema es que a Rubi le está fallando lo que a un equipo en esta situación y con este plan de juego no le puede fallar: su pareja de centrales. Ni Jorge Meré ni Amorebieta están ahora mismo a la altura de la competición, cosa que durante todo el año pasado sí estuvieron Bernardo, Luis Hernández o el propio Meré. Sus fallos de coordinación como pareja ya parecen lo menos importante, incluso a pesar de goles como el del Celta, porque a título individual estos están siendo todavía más complicados de manejar. Y de digerir. El Sporting parece tener ya una idea, haber encontrado un sistema y también un jugador determinante en ataque, pero si su presente defensivo no mejora desde hoy mismo… El futuro parece inevitable.
Foto: Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images
Abel Rojas 130p · hace 424 semanas
MigQuintana 101p · hace 424 semanas
Jorge Meré está teniendo un año un tanto flojo, sobre todo fuera del área, pero es que ni el equipo ha acompañado ni su compañero en la zaga le hace ningún favor. Los últimos 3-4 meses de Amorebieta están siendo de los que evitan cualquier posibilidad de salvación. Y a Meré le está arrastrando el tema.
Jos · hace 424 semanas
Mnndz · hace 424 semanas
geminiani · hace 424 semanas
Mete evidentemente está fallando también pero demuestra que es un fenómeno aún fallando.
Vamos que pese a que el último partido no lo hayamos ganado debido a la debilidad de la pareja de centrales, no es una constante este año. Mañana es el día D, y en el sportinguistas el ánimo es mucho mayor que antes del anterior (y sseguno, tras el de Osasuna) día D de la temporada ante el Leganés, y se confía tanto en la pareja de centrales como en el resto del equipo.