Al igual que Louis van Gaal, José Mourinho acostumbra a decir que en ataque posicional hay que tratar de crear el máximo número de líneas posibles para así romper con mayor facilidad las del contrario. El técnico holandés propugnaba que para él lo ideal es «formar ocho líneas», lo que viene a significar ocupar ocho alturas diferentes del terreno de juego. Y ayer, su colega y amigo luso, hizo lo propio.
El Manchester United repitió defensa de tres centrales, como en Rostov o ante el Chelsea el pasado lunes, pero esta vez lo hizo de una forma algo diferente. Ante el esperable repliegue ruso en 5-3-2, Mourinho decidió vaciar las bandas y sobrepoblar el carril central. De esta manera, el United en ataque se ordenó de la siguiente forma: Smalling cerrando (1), Bailly y Rojo acudían a la banda para ofrecer un pase atrás a los carrileros (2), por delante de los tres centrales aparecían Pogba (3) y Ander (4), que nunca estaban en paralelo, un escalón más arriba esperaban los carrileros (5) y, a partir de ahí, iban apareciendo Mata (6), Mkhitaryan (7) e Ibrahimovic (8). Es decir, diez jugadores de campo para ocho alturas diferentes.
Lo más significativo, además, era la plena libertad de la que dotó Mourinho a sus cinco hombres de ataque. Estos bajaban a recibir, se abrían, rompían hacia adelante, apoyaban al carrilero, ocupaban la frontal, organizaban como mediapuntas… Siempre alternándose, pero siempre ocupando los ocho escalones de la escalera red devil.
El Mancherster atacó muy bien. Pero sin premio.
El resultado fue muy positivo. El United tocó el balón de manera calmada, ordenándose y desordenando, sobre todo a partir de la actuación de Juan Mata en la primera parte y de Ander Herrera en la segunda. Los españoles interpretaron el sistema con la naturalidad con la que una madre abraza a su hijo, y fue a partir de su movilidad y de sus toques cómo nacieron las ocasiones de mayor peligro. Ocasiones, claro, que no goles. Porque el Manchester United, pese a que en ataque posicional cumplió con cada condición que te exige «el Dios del gol» para ser premiado, sólo pudo marcar en el último tramo del encuentro y al contragolpe, fruto en parte de las necesidades de un Rostov que comenzó a soltarse buscando el gol.
Sea como fuere, a los de Old Trafford les valía con no encajar y el FC Rostov, que no salió durante toda la primera parte, apenas inquietó un par de veces a un notable Sergio Romero. Mourinho, como avisamos, quiere llegar a la Champions League pasando por Suecia. Su equipo está preparado para ello… Y para mucho más. Da la impresión de que están muy cerca de romper. Muy cerca de erigirse en una de las sensaciones del Viejo Continente. Sólo les aleja el último toque. Sólo les falta lo más valioso de todo: el gol.
Foto: Stu Forster/Getty Images
hola1 17 marzo, 2017
Problema serio el del gol por parte del United. Dominan, momentos de gran fluidez pero les falta el gol.