El partido del Calderón empezó tras el del Insular de Las Palmas y mantuvo su misma constante pero por un motivo diferente: en Canarias, ninguno halló continuidad porque los dos querían la iniciativa, y aunque pretendían protegerla cuando la llevaban, el otro lograba arrebatársela; en Madrid, ninguno atacó dos veces seguidas porque la primera ya fue demasiado corta, visceral y desguarnecida, y así, todas las segundas jugadas eran propiedad de los defensas. De ahí que, en un encuentro de ritmo altísimo, ni Atlético ni Celta atosigaran a su adversario. Hasta que arribaron las sustituciones.
El primer cambio maestro corrió a cuenta de Eduardo Berizzo, que quitó al mediapunta Jozabed para dar entrada a un imprescindible, Daniel Wass. Con el danés en la mediapunta del 4-2-3-1, el ataque del Celta ganó muchísima movilidad y, a partir de ella, Iago Aspas ganó terreno para influir en el carril central, que frente al conjunto de Simeone, a día de hoy, es donde más diferencias se marcan. En esta nueva dinámica de juego, los celestes se mostraron superiores, crearon ocasiones de peligro y concretaron una magistral que puso de manifiesto, paso a paso, por qué habían pasado a llevar el timón.
Correa fue el motor de la recuperación de los rojiblancos.
Pero el Cholo también atesora banquillo, y talento para interpretarlo. En el minuto 73, quitó a Saúl (tocado), bajó a Koke de la banda derecha al doble pivote y fijó a Correa donde hasta entonces había estado el madrileño. Con Koke abajo, el Atlético ganó inteligencia y precisión en sus primeros pases, si bien fue el geniecillo argentino quien hizo que el Celta saltase por los aires. Recibiendo cerca del pico izquierdo del área de Sergio Álvarez, encarando a un Jonny que recibía en cada lance la ayuda doblada de Bongonda, supo generar ventajas desde el regate y con sus pases interiores y propiciar una inercia favorable a los colchoneros que el voluntarioso Carrasco, el altruista Gameiro y el preciso -aunque ayer quizá excesivamente frío- Griezmann supieron transformar en tan necesitada remontada.
Foto: Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images
adiazagero 13 febrero, 2017
Hay una acción de ayer que me pareció una auténtica locura, y que no será recordada ni recibirá el reconocimiento que seguramente debiera por no haber terminado en gol: el pase que le mete Griezmann a Carrasco en una acción del primer tiempo, que deja en mano a mano al belga y que detiene Sergio Álvarez. Voy a ver si encuentro el video porque es una delicia.