En este encadenamiento que es el fútbol español, en el que los equipos se turnan en picos de summa inspiración previa respuesta prática de sus estudiosos contrincantes, los pinitos de 2017 nos han venido dejando la consolidación efectiva del camino alternativo que en verano emprendió el Celta de Eduardo Berizzo. Una reformulación casi nuclear originada en las hirientes bajas de su delantera, que tras haberse encomendado a la deslumbrante figura de Iago Aspas con tal de no aminorar el paso de forma excesivamente pronunciada, durante las últimas semanas ha dado con la estabilidad y confirmación de su renovada propuesta a partir del fortalecimiento de su estructura en el mediocampo y del rendimiento individual que han ofrecido las piezas que lo componen.
En la liga de los mediocentros, Radoja es uno de los más en forma.
Muy probablemente, si hay un emblema que personalice el paso al frente que tanto en valor como en provecho ha dado recientemente la medular celeste, éste sea el del serbio Nemanja Radoja. Siempre útil estos años en el catálogo del Toto, pero otrora recurso de uso en clave de contención como refuerzo defensivo, la estampa de Radoja, de un tiempo a esta parte, viene caracterizando a un mediocentro completo de los que no requieren pareja asociada y agradecen la soledad del pivote único como una oportunidad para hacer sentir con mayor vigor su influencia en el juego. El fútbol del Nemanja de hoy es el de los de esa estirpe, capaz de aumentar la solvencia sin balón de un Celta que por tenerlo menos tiempo arriba debe empezar a defender atrás más veces, se ha erigido, al mismo tiempo, en un argumento de peso con el esférico.
Con sentido de la posición y una confianza desenfrenada que le invita a participar y a ofrecerse constantemente en el apoyo, resulta el sostén y el trampolín del mediocampo vigués desde la base del mismo. Como muestra un botón. Lindante la media hora de partido en la visita celtista a San Mamés, al serbio le llegó el cuero tras un saque lateral, descargó ante la presión hacia el central con su pierna izquierda, cruzó al sector derecho del campo para recibir de nuevo el cuero de pies del segundo receptor y devolverle la pared con la pierna diestra. Apenas unos segundos más tarde, ya instalado en campo contrario, volvió a ofrecerse y a recibir un balón del compañero que tras un primer control trasladó a la otra orilla con un envío largo. Un Radoja distinto. Un Radoja nuevo cuya mejorada versión está permitiendo a su entrenador desligar lo que antaño fue un peón circunstancial, de un complemento en forma de doble pivote que en la actualidad se antoja innecesario.
La versatilidad de Daniel Wass, clave en el sector de Iago Aspas.
Por ello, desde el equilibrio entre iguales, los otros dos integrantes de la línea de medios del Celta están siendo potenciados. Pablo Hernández, símbolo del nuevo planteamiento defensivo que alterna fases de presión con momentos de descanso, obtiene correa para el recorrido en vertical, con balón y sin él, como elemento de golpeo, solución para la salida en largo y mensajero de Bongonda sobre el perfil izquierdo del ataque celeste. Comparte con el tercer miembro de la medular, el danés Daniel Wass, la habilidad de encontrar al compañero libre pese a la centelleante rapidez con que transcurre la transición defensa-ataque del actual Celta, y la capacidad en la primera presión, con Radoja por detrás, que desacompase los intentos de salir de su adversario.
Si en un mediocampo con tres patas, prefigura del Celta como colectividad, Radoja encarna la de la evolución y Hernández la que hace referencia al carácter vertical y verticalizador del equipo, Wass es quien mejor viene representando la versatilidad del cuadro de Berizzo. Interior, mediapunta, extremo y puntualmente lateral derecho, es la pieza que le permite al técnico argentino la mayoría de variantes en los planteamientos previos al partido y, quizás más importante todavía, la posibilidad de alterar sus desarrollos con el reloj en marcha. Nexo de Hugo Mallo y Iago Aspas en el sector donde descansan las grandes esperanzas celtistas, su alternancia posicional entre la banda y el centro le está dando la oportunidad a los suyos de multiplicar los escenarios a los que el rival debe dar respuesta, y de poder arropar con comodidad la libertad de acción que el equipo necesita conferirle a Iago Aspas.
Segundo Asalto – El nuevo camino de Eduardo Berizzo:
Foto: MIGUEL RIOPA/AFP/Getty Images
Abel Rojas 18 enero, 2017
Por ponerle un pero a Radoja, ¿no os da la sensación de que en el campo tiene poca presencia física para el cuerpo que posee? No hablo de presencia en el juego, que se está multiplicando hasta el punto de que hay partidos en los que participa más que Marcelo Díaz, pero para medir lo que mide y pesar lo que pesa, tengo la sensación de que carece de esa fortaleza o esa contundencia que le iría un paso más allá en la faceta defensiva. ¿Alguien me lo compra?