No jugó una mala eliminatoria el Deportivo de la Coruña e incluso se podría decir que a lo largo de la misma fue superior durante más tiempo que el Alavés, pero lo cierto es que el equipo de Pellegrino logró lo más importante: imponer su guión en ambos encuentros.
Esto evidentemente se antoja fundamental para cualquier conjunto, pero seguramente lo sea todavía más para el vitoriano. A fin de cuentas, su gran fortaleza competitiva, su repliegue bajo, tiene más sentido en situaciones de ventaja. Es ahí, con el equipo muy junto y muy metido atrás, cuando el de Pellegrino parece un equipo inabordable. En el carril central nadie toca el balón por el gran trabajo de Llorente+Torres, con lo que todos los balones llegan a la banda para terminar en un posterior centro lateral que suele ser dominado por Pacheco, Laguardia y Alexis. Y, a partir de ahí, el contragolpe de los Deyverson, Edgar, Camarasa y compañía.
Ante este contexto, aunque con otros protagonistas, lo cual debilitó la fase defensiva pero no el contragolpe de los vitorianos, se tuvo que enfrentar el Dépor durante demasiado tiempo. Anoche, en Mendizorroza y siempre con necesidad de marcar gol, los de Gaizka Garitano fueron superiores en el 11 vs 11 gracias a Emre Çolak. El turco sería un futbolista diferente en cualquier club, pero es que en el deportivista esto se nota hasta el extremo. Y en exceso. Porque mientras Çolak imaginaba, dibujaba y trazaba todas las jugadas del Dépor, la mayoría de ellas generando una situación de ventaja, sus compañeros eran incapaces de finalizarlas con acierto. Faltaran tres, dos o incluso un solo toque, al final siempre llegaba la misma imprecisión. Paradigmático fue lo de Marlos Moreno. El colombiano es un jugador que, hasta que se resbala, muestra muchas cosas interesantes. O, como mínimo, las insinúa. Pero nunca las concreta. Y el Dépor, ante el Alavés, si algo necesitaba era concreción.
El Deportivo no desbordó al Alaves pese a la superioridad.
Esto se hizo todavía más evidente tras el gol de Edgar, la expulsión de Theo y el cabezazo de Arribas tras gran córner de Çolak. En superioridad el Deportivo tuvo siempre el balón, vivió siempre en campo contrario y siempre cortó los intentos de contra locales, pero nunca desbordó al Alavés. Nunca. No estaba Fernando Pacheco, Theo Hernández había sido expulsado, Kiko Femenía no entró hasta la segunda parte y Laguardia apenas jugó diez minutos. Es decir, de los titulares sólo estaba Alexis. Pero primero la defensa de cuatro y después la de cinco se antojaron demasiado ordenadas y poco tendentes al error como para que el Dépor le pudiera hacer daño.
Garitano movió piezas y Emre Çolak lo intentó todo, pero al final cada jugada derivaba en un centro lateral. Algo que con Luisinho en banda y Joselu más Andone en el área tampoco es que sonase del todo mal, de hecho el Dépor ya había marcado de cabeza tanto en la ida como en la vuelta, pero que en realidad no era más que la última opción, pues dichos centros ni siquiera llegaban desde línea de fondo o desde el pico del área, sino desde posiciones mucho menos favorables. El muro de Mendizorroza no les dejó otra opción.
Foto: David Ramos/Getty Images
Shyestnadtzat 12 enero, 2017
Es que esa finalización y concreción que Colak y el Dépor necesitan lo tienen en su cantera: Óscar Pinchi. Es un extremo muy rápido y dañino, con gran capacidad para amenazar a portería y marcar (pichichi del filial), pero Garitano no está confiando en él ni a pesar de todas las bajas que hay (solo veinte minutos en ambos partidos de esta eliminatoria y en un contexto muy adverso, además de jugar fuera de su posición -delantero en la ida y extremo derecho en la vuelta-). Ojalá pueda ser el extremo izquierdo titular contra el Villarreal.